El bisnieto de Agatha Christie impulsa el cambio del título de ‘Diez negritos’ en España y Francia
En el país galo el libro pasará a llamarse ‘Ils étaient 10’ (Eran 10), mientras Espasa, que publica la versión en castellano, reflexiona sobre el nuevo nombre. La razón para esta iniciativa tiene que ver con las connotaciones racistas
¿Una nueva capitulación ante los adalides de lo políticamente correcto o una rectificación justificada de un término racista que no debe tener lugar en 2020? En Francia, la decisión de la editorial que publica las obras de Agatha Christie de cambiar el título de uno sus libros más exitosos, Diez negritos —”la novela negra más vendida de todos los tiempos”, para la Agatha Christie Limited, la compañía que gestiona su legado—, está siendo motivo de discusión acalorada. Según adelantó la emisora RTL, l...
¿Una nueva capitulación ante los adalides de lo políticamente correcto o una rectificación justificada de un término racista que no debe tener lugar en 2020? En Francia, la decisión de la editorial que publica las obras de Agatha Christie de cambiar el título de uno sus libros más exitosos, Diez negritos —”la novela negra más vendida de todos los tiempos”, para la Agatha Christie Limited, la compañía que gestiona su legado—, está siendo motivo de discusión acalorada. Según adelantó la emisora RTL, los nuevos ejemplares a la venta a partir de esta semana de la popular novela de la británica ya no saldrán con el título original de Dix petits nègres (Diez negritos), sino Ils étaient 10 (Eran 10). Una decisión que pronto también seguirá España, aunque todavía no hay fecha para ello, según ha adelantado a este diario la editorial Espasa. En Estados Unidos, desde 1940, y en Reino Unido, desde 1985, ya tenía títulos distintos.
Los cambios en la edición francesa van más allá del mero título: la palabra nègre —que tiene una connotación despectiva, según destacan la mayoría de los diccionarios galos— aparece un total de 74 veces en el texto y en todos los casos ha sido reemplazada por el término “soldado”. “No es solo un cambio de título, se trata de toda una traducción revisada en el interior. Hemos tenido que adaptar el contenido del libro al cambio de título: la isla del Negro se convierte, como en la edición estadounidense, la isla del Soldado”, explicó Beatrice Duval, directora general de Livre du Poche que, al igual que la editorial Le Masque, publica las obras de Christie en Francia. Esta última se ha apresurado a precisar en un comunicado que la decisión no fue suya sino de la familia de Christie y que ellos se han limitado a “alinearse con las ediciones inglesa, estadounidense y todas las otras traducciones internacionales”.
Efectivamente, el impulsor del cambio ha sido el bisnieto de la gran dama de la novela negra británica y actual responsable de su legado, James Prichard. “Cuando el libro fue escrito [en 1938, en Francia se publicó por primera vez en 1940], el lenguaje era diferente y se utilizaban palabras hoy olvidadas”, justificó en declaraciones a RTL. “Creo que lo que quería Agatha Christie era sobre todo entretener y no le habría gustado la idea de que alguien se sienta herido [por su manera de escribir]. No me gustaría que un título desvíe la atención de su trabajo […] si una sola persona sintiera eso, sería ya una de más”, continuó y concluyó: “No debemos utilizar términos que puedan herir: ese es el comportamiento a adoptar en 2020”.
James Prichard: “Creo que lo que quería Agatha Christie era sobre todo entretener y no le habría gustado la idea de que alguien se sienta herido”
“¡Vaya estafa, el resultado es monstruoso!”, replicó en otra entrevista, esta vez en la cadena LCI, el filósofo francés Raphaël Enthoven, para quien no es válido el argumento de actuar ocho décadas más tarde y tras la polémica generada este mismo verano en torno a otro clásico, esta vez del cine, como es la película Lo que el viento se llevó. “Como si la decisión en 2020, cuando estamos derribando estatuas y cambiando los nombres de calles y colegios, de cambiar el título de un clásico de la literatura en nombre de no sé yo qué buenos sentimientos fuera la conformación tardía del deseo de la autora hace 80 años. Es ridículo. El resultado es monstruoso”, denunció. “¿No habría que tener en cuenta que una palabra como nègre puede resultar ofensiva para alguna gente?”, le preguntó el entrevistador. “Lo que es menospreciar a la gente es creer que son incapaces de diferenciar entre racismo y Agatha Christie […] que Diez negritos es un clásico donde no hay ningún elemento de racismo”, replicó el popular filósofo.
“¿Hasta dónde va a llegar lo políticamente correcto?”, se preguntaba por su parte el diario Le Figaro, que también se hace eco de lo “absurdo” que considera el cambio de título François Busnel, fundador del popular programa sobre libros La Grande Librairie. “Podemos suavizarlo todo, pero un libro se aborda en su tiempo. En vez de juzgar, deberíamos leer”, dijo en la emisora France Inter.
Casi no queda ningún recuerdo del título original de la novela policíaca más exitosa de la historia, Ten Little Niggers, excepto por el caso español, que sigue manteniendo Diez negritos, y el griego. Pero pronto la versión castellana tendrá nuevo nombre, solo queda por definir cuándo y cuál: “Está en nuestros planes cambiarlo tal y como es petición de la familia y también para hacer honor al deseo de sus herederos. Es algo que se ha ido haciendo en varios países europeos y España estará entre ellos”, afirma la editorial Espasa, que publicó una edición de la novela el año pasado. En 2004, RBA lanzó una edición que llevaba la traducción estadounidense del título, Ya no quedó ninguno, al lado de Diez negritos, puesto entre paréntesis.
El debate sobre el nombre empezó ya con la publicación de la obra en el Reino Unido en 1939, cuyo nombre se inspiraba en una canción de Septimus Winner de 1868, luego convertida en Ten Little Indians o Ten Little Injuns (Diez pequeños indios). A principios de 1940, la versión estadounidense, consciente de la carga despectiva del término nigger, optó por And Then There Were None (Y no quedó ninguno), que alude al asesinato en serie que acaba con la vida de todos los invitados a la mansión de la isla. Por la misma razón, se eliminaron todas las referencias en el libro menos el “nigger in the woodpile” (literalmente “negro en la pila de leña”, pero en EE UU también se utilizaba para entender “algún hecho de considerable importancia que no se revela”) del segundo capítulo. En Reino Unido, Ten Little Niggers se quedó hasta 1985, cuando se reeditó la versión de 1963 de Fontana Paperback con el título estadounidense. Con ella, niggers desapareció del resto de la obra, como en el caso de la isla, que pasó a llamarse Indian Island.
‘Diez pequeños indios’
La versión italiana salió a la venta con Mondadori en 1946 y también eligió la segunda opción, ...e poi non rimase nessuno (Y no quedó ninguno), aunque la lengua distingue entre nero, el color, y negro, que más se acerca al insulto de naturaleza racial. Sin embargo, en 1977 se prefirió Dieci piccoli indiani (Diez pequeños indios), como en la canción de Winner, pese a que la palabra negretto es utilizada en la rima infantil con la que Agatha Christie adelanta las dinámicas de los homicidios que ocurren a lo largo de la novela.
La edición alemana es la que ha sufrido más cambios antes de alinearse a los otros países, utilizando el título definitivo Und dann gabs keines mehr (Y no quedó ninguno) en 2003. La primera edición ni siquiera fue publicada en Alemania, sino en una editorial de Berna (Suiza) en 1944, con el nombre Último fin de semana (Letztes Weekend). En el medio, hubo una fase en la que la obra empleó Diez negritos (Zehn kleine Negerlein), como actualmente se conoce en España.
El mundo audiovisual cuenta con más alternativas. La primera adaptación cinematográfica de René Clair en 1945 llevaba el nombre And Then There Were None, mientras cuatro años después la versión de la BBC se ajustó al original Ten Little Niggers. Desde entonces, la novela de Christie apareció en transposiciones más o menos libres otra decena de veces, adoptando títulos nunca vistos como en Identidad, de James Mangold (2003). El último producto es el de BBC One, que en 2015 lanzó una miniserie de tres episodios, And Then There Were None, para conmemorar el 125° aniversario de la escritora. Dado el éxito extraordinario, la obra pudo verse en otras versiones, como la de Broadway de 1946, bajo el título Ten Little Indians, o el videojuego de 2005, conocido como Agatha Christie: And Then There Were None.