Malestar en un sector de Ciudadanos con la participación de Vox en la manifestación contra Sánchez

El ala más progresista del partido aguanta con incomodidad tener que compartir la protesta de este domingo con la extrema derecha

Ciudadanos hace gala de su disciplina interna, pero esta no significa uniformidad. El sector más moderado y progresista del partido aguanta con incomodidad tener que compartir la protesta de este domingo con Vox. El candidato a las elecciones europeas, Luis Garicano, lo confiesa en la entrevista a EL PAÍS, pero no es el único. Otras fuentes del partido admiten su malestar, aunque no ha provocado un debate interno. La decisión se tomó en tiempo récord.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, en el Congreso.Javier Lizon (EFE)

Que Ciudadanos no haya entrado en Gobiernos hasta ahora le ha granjeado una inusual paz interna. El liderazgo de Albert Rivera es indiscutible en el partido, pero es que además Rivera, a diferencia del resto de formaciones, no tiene aún presidentes autonómicos o alcaldes que tengan autoritas por sí mismos para discutirle. De ahí que nunca se escuchen voces críticas en público a las decisiones del líder. No obstante, en el partido hay distintas sensibilidades, y existe un sector más progresista al que ...

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Que Ciudadanos no haya entrado en Gobiernos hasta ahora le ha granjeado una inusual paz interna. El liderazgo de Albert Rivera es indiscutible en el partido, pero es que además Rivera, a diferencia del resto de formaciones, no tiene aún presidentes autonómicos o alcaldes que tengan autoritas por sí mismos para discutirle. De ahí que nunca se escuchen voces críticas en público a las decisiones del líder. No obstante, en el partido hay distintas sensibilidades, y existe un sector más progresista al que no entusiasma aparecer de la mano de Vox en la manifestación del próximo domingo, como tampoco le entusiasmó su participación, aún pasiva, en el pacto andaluz.

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El formato de la concentración del domingo, al final sin discursos de los líderes políticos en el escenario, viene a aliviar en parte a este sector, al que pertenece el candidato a las europeas, Luis Garicano. Esa sensibilidad más moderada, en la que algunas fuentes encuadran también a Inés Arrimadas, líder en Cataluña, manifestó en discusiones en privado sus reticencias por la participación de la extrema derecha en el pacto andaluz.

“En el partido hay una visión más centrada en las políticas públicas y progresistas, y otra que lo está más en la identidad nacional. Pero son tonalidades, porque todos compartimos el patriotismo constitucional”, explica una fuente encuadrada en esa ala más socioliberal. “A nadie le gusta ir de la mano de Vox. Yo no comparto nada su visión de las libertades individuales, ni de Europa. Ciudadanos es todo lo contrario. Pero hay una visión coincidente con respecto al conflicto catalán”, reconoce esta fuente. El cofundador de Ciudadanos Francesc de Carreras, ahora desvinculado del día a día de la formación, no comparte la manifestación del domingo, pero no porque acuda Vox. “Creo que es una equivocación convocar una manifestación contra el Gobierno, la oposición se hace en el Parlamento”, explica.

En todo caso, incluso los más reticentes argumentan que el partido no puede evitar que Vox participe en la manifestación del domingo, y que en el pacto andaluz no se transigió en ninguna de sus medidas. Esta vez la manifestación no provocó debate interno. La decisión se tomó en muy poco tiempo, en menos de dos horas, la mañana del miércoles, en el espacio entre la primera rueda de prensa de Albert Rivera sobre el relator, a las 10.30 de la mañana, hasta su segunda comparecencia, a las 12.45, en la que ya anunció la convocatoria de la manifestación. Rivera y el secretario general, José Manuel Villegas, se reunieron en el Congreso con los asesores más próximos para decidir la estrategia tras la comparecencia de Carmen Calvo, pero la decisión se tomó vía telemática, en el chat de WhatsApp de la ejecutiva permanente.

El partido marca distancias con el tono de Pablo Casado

Ciudadanos comparte con el PP un estilo igualmente duro de oposición al Gobierno socialista, pero menos bronco y faltón. El partido quiere diferenciarse así de los populares, a los que Albert Rivera acusó la semana pasada de haber emprendido una deriva "guerracivilista". Ayer, su número dos, José Manuel Villegas, evitó acusar al presidente del Gobierno de haber cometido "alta traición", como dijo el líder del PP, Pablo Casado, y marcó distancias con sus descalificativos.

“Los que nos parece que han cometido un delito son los separatistas que han dado un golpe a la democracia. Y lo que está haciendo Pedro Sánchez es ceder a sus propuestas. Lo que está haciendo Sánchez es tan grave que no necesita insultos, es de tal gravedad que no hace falta utilizar calificativos, más que describir la realidad”, reflexionó Villegas en comparecencia de prensa. El secretario general reconoció que Ciudadanos comparte el “diagnóstico” y la “solución” (las elecciones) con el PP, pero a partir de ahí nada más.

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