La discreta y humilde familia de narcos de Tarifa
Los agentes investigan por narcotráfico a un clan familiar de 28 miembros al que han intervenido 1,7 toneladas de droga
Si no fuera por la luz de una cámara, apenas se vería nada. El temporal de lluvia y viento hace que la noche sea más oscura de lo normal en el Estrecho. Aparece un fardo abandonado en la arena de la playa. A unos pasos, otro más. Son como migas de pan hacia el hallazgo final: dos todoterrenos cargados hasta arriba con 1,7 toneladas de hachís. El alijo, abortado por la Guardia Civil y la policía el pasado mes de noviembre, estaba orquestado por un clan familiar que actuaba en Tarifa (Cádiz). Pese a su apariencia discreta y humilde, ahora 18 de ellos...
Si no fuera por la luz de una cámara, apenas se vería nada. El temporal de lluvia y viento hace que la noche sea más oscura de lo normal en el Estrecho. Aparece un fardo abandonado en la arena de la playa. A unos pasos, otro más. Son como migas de pan hacia el hallazgo final: dos todoterrenos cargados hasta arriba con 1,7 toneladas de hachís. El alijo, abortado por la Guardia Civil y la policía el pasado mes de noviembre, estaba orquestado por un clan familiar que actuaba en Tarifa (Cádiz). Pese a su apariencia discreta y humilde, ahora 18 de ellos han acabado detenidos y otros diez están investigados por su supuesta vinculación al narcotráfico.
Con apenas 14,4 kilómetros, el municipio de Tarifa es el punto más cercano con África del Estrecho de Gibraltar. Esa fue localización escogida por la banda, que los agentes dan ya por desmantelada, para introducir grandes cantidades de hachís desde las costas del norte Marruecos. El grupo criminal estaba radicado mayoritariamente en Bolonia, una pequeña pedanía ubicada en una de las playas prácticamente vírgenes del municipio.
Con vistas al famoso yacimiento romano de Baelo Claudia, la familia de supuestos narcos había construido la coartada perfecta en un conjunto de pequeñas viviendas rurales interconectadas entre ellas. “Era gente en apariencia humilde. Algunos eran transportistas o se dedicaban a arreglos de mecánica”, reconoce un guardia civil que ha participado en la investigación. Sin embargo, tras esa coartada discreta habían conseguido crear una banda dedicada al tráfico de hachís que movía importantes cantidades de droga en cada alijo.
Para muestra, lo que los agentes consiguieron intervenir en un porte frustrado el pasado 11 de noviembre. Esa noche, los investigadores descubrieron al clan familiar mientras descargaba un gran volumen de fardos ayudados por narcolanchas, en la tranquila costa de El Ancón, un paraje natural entre Bolonia y Punta Paloma. De aquella operación, los agentes consiguieron recuperar 1.745 kilos de hachís y dos todoterrenos robados y adaptados para el transporte de la droga. En su huida, los traficantes dejaron parte de los paquetes abandonados en la playa, tal y como se puede apreciar en un vídeo difundido este lunes por la policía y la Guardia Civil.
Fue ese el primer golpe a la banda, pero el cerco sobre los narcos de Tarifa había comenzado a estrecharse dos meses antes. En septiembre, agentes de la Guardia Civil y de la policía descubrieron al, hasta ese momento, discreto grupo mientras se reunía con una organización investigada que daba apoyo logístico a los traficantes con todoterrenos. Ambas mafias se habían citado para cerrar un acuerdo para que esta "subcontrata" le surtiese de estos vehículos, habitualmente procedente de robos en otras localidades.
La operación ha necesitado más de cuatro registros en distintas propiedades privadas para completar el rompecabezas de la banda. Las propiedades investigadas se encuentran tanto en la costa como en otros terrenos rústicos del interior de la provincia. Estas segundas fincas vinculadas a la ganadería servían como guarderías de la droga, donde se ocultaba la mercancía en zulos y diversos escondrijos, antes de ser enviada a otros puntos de España y Europa.
La mayor parte de los registros se realizaron en las casas de Bolonia, donde la familia guardó todas las cautelas posibles para evitar ser descubiertos. “Estaba todo muy repartido y escondido”, reconoce un guardia civil en referencia a los bienes incautados. Además de la droga y los dos todoterrenos incautados en noviembre los agentes han recuperado 47.350 euros en efectivo y un quad con la matrícula doblada. A eso se suman dos armas largas con los números de serie troquelados, un revolver y dos pistolas de fogueo.
La llamada operación Bamby-Aerogenerador suma 28 investigados, de los cuales 18 han sido detenidos, según explican desde la policía. De los apresados no ha trascendido su actual situación procesal en unas investigaciones que han sido dirigidas por el Juzgado Número 4 de Algeciras. Además de los delitos directamente vinculados al tráfico de estupefacientes, fuentes de la investigación resaltan la importancia de “ir a por todas” en esta operación, en referencia al descubrimiento de otros ilícitos penales como el blanqueo de capitales.
En este caso, la tanto la Guardia Civil como la policía dan por desmantelado a este clan familiar. Sin embargo, los investigadores no descartan nuevas detenciones “en territorio marroquí, tras colaboración con las autoridades policiales del citado país”, según han precisado ambos cuerpos.