A Rajoy le suena mejor “la música distinta” de la nueva oferta griega

El presidente del Gobierno español lanza su propio ultimátum: "Esto se tiene que acabar, para bien, ojalá, o para mal, ojalá que no"

Mariano Rajoy durante la rueda de prensa.Foto: atlas | Vídeo: Atlas

A Mariano Rajoy le ha gustado la nueva oferta planteada por Grecia, pero tampoco quiere lanzar las campanas al vuelo y, sobre todo, quiere que esta situación de incertidumbre termine y lanzó esta tarde en La Moncloa su particular versión de un ultimátum a todas las partes implicadas: "Esto se tiene que acabar, para bien, ojalá, o para mal, ojalá que no". El presiden...

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A Mariano Rajoy le ha gustado la nueva oferta planteada por Grecia, pero tampoco quiere lanzar las campanas al vuelo y, sobre todo, quiere que esta situación de incertidumbre termine y lanzó esta tarde en La Moncloa su particular versión de un ultimátum a todas las partes implicadas: "Esto se tiene que acabar, para bien, ojalá, o para mal, ojalá que no". El presidente español, eso sí, valoró este último esfuerzo realizado por Grecia: "La música es distinta a la escuchada hasta ahora" pero ahora quiere leer con detenimiento, hasta el fin de semana, "la letra" de la carta enviada por el Gobierno griego de Alexis Tsipras a las instituciones europeas pidiendo un tercer rescate para la economía de ese país a cambio de reformar ya las pensiones.

"Grecia ha movido ficha. Ha pedido al presidente del Mede un programa de tres años, pero ha comprometido reformas desde el lunes; se ha comprometido a cumplir las normas y los procedimientos y esto es capital. Ha manifestado su voluntad de hacer frente a los pagos y han asumido que mañana presentarán reformas en el apartado fiscal y las pensiones", enumeró el presidente Rajoy. El dirigente español matizó que el actual Gobierno griego de Tsipras "ha perdido mucho tiempo" y ha causado el giro de la situación prevista hace seis meses de crecimiento y creación de empleo a la vuelta a la recesión, la deuda insostenible y el corralito con los bancos limitando sus cajeros a 60 euros diarios.

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Rajoy abogó por "acabar ya con esta incertidumbre" que él entiende que es mala para los griegos, para el Gobierno griego y para todos los europeos. El jefe de Gobierno español admitió que si al final la letra de la oferta griega no es del gusto de las instituciones europeas, los ministros de Economía y los presidentes de los ejecutivos del Eurogrupo se reunirán este próximo sábado y domingo para determinar el plan B para Grecia.

El presidente español reconoció que hasta ahora la repercusión en España de este nuevo capítulo de la crisis griega ha sido muy limitada, en las bolsas y la prima de riesgo e incluso en la emisión de bonos a 10 años, y vaticinó de nuevo que "pase lo que pase, el euro seguirá y España seguirá siendo parte importante del euro".

El dirigente español demandó a Tsipras y su Ejecutivo "valentía" ahora para poner en marcha las reformas que cree necesita la economía griega para crecer y crear empleo y reiteró el ejemplo de España y sus cambios estructurales. Rajoy quiso ser más comedido que otros ministros y dirigentes de su partido que han recurrido estos días a la estrategia del miedo para alertar sobre que si en España se impusieran tras las próximas elecciones una alianza entre el PSOE y Podemos podría correrse el riesgo de un corralito como en Grecia. Dijo que no quiere ponerse en ese escenario pero repitió que si se produjera un pacto entre el PSOE y Podemos para dar marcha atrás en las actuales políticas económicas eso sería "un disparate". Y añadió: "Cuando veo que el PSOE quiere cambiar todo lo que hemos decidido en los últimos tiempos, con el apoyo de Podemos, la verdad, pienso y lo digo, eso es malo para España y muy malo para los españoles".

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Rajoy sí rememoró que cuando él llegó al poder en diciembre de 2011 la situación en España "no estaba muy lejos de la quiebra y el rescate" y agregó que ahora la situación es mucho mejor y con una previsión de crecimiento superior al 2,9%. Y rubricó: "La demagogia choca con la realidad. Hablar y prometer es muy fácil. Gobernar es más complicado. Tomar decisiones difíciles no es agradable y no tiene ninguna gracia, pero es una de las obligaciones de un gobernante que se precie. Lo fácil es no hacer nada aunque al final solo sirve para una cosa: hacer daño a tus compatriotas y no resolver ningún problema".

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