Análisis

Ninguno lo tiene fácil

El programa de Rubalcaba ha sido destrozado por la persistencia de la crisis Pero, según el CIS, poco más de un 25% de españoles se fían de Rajoy

España está sumida en un clima de enorme pesimismo sobre su futuro político y económico y lo paga el partido del Gobierno. Es la principal conclusión de la encuesta del CIS. Es verdad que Rubalcaba lo tiene fatal el 20-N. Su programa, diseñado en julio y pensado para la recuperación y la reivindicación de la acción del Gobierno ante a la inacción de Rajo,y ha sido destrozado por la persistencia de la crisis.

Pero Rajoy tampoco lo tiene nada fácil si, como vaticina el CIS, gana las elecciones de calle. Solo poco más de un 25% de españoles se fían de él como presidente, algo menos que de ...

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España está sumida en un clima de enorme pesimismo sobre su futuro político y económico y lo paga el partido del Gobierno. Es la principal conclusión de la encuesta del CIS. Es verdad que Rubalcaba lo tiene fatal el 20-N. Su programa, diseñado en julio y pensado para la recuperación y la reivindicación de la acción del Gobierno ante a la inacción de Rajo,y ha sido destrozado por la persistencia de la crisis.

Pero Rajoy tampoco lo tiene nada fácil si, como vaticina el CIS, gana las elecciones de calle. Solo poco más de un 25% de españoles se fían de él como presidente, algo menos que de Rubalcaba. La mayoría no ve en él esa alternativa esperanzadora que va a sacar a España de la crisis. Con esos avales, va a tener muy difícil gobernar una crisis de este calibre y su desgaste puede ser rápido. No se presenta ante los electores como el Felipe González de 1982. Por todo ello, Rajoy hace bien en ser prudente.

También porque, como señalan los socialistas —es el clavo ardiendo al que se aferran— hay un 31% de indecisos que puede alterar la diferencia de 17 puntos que el PP saca al PSOE ya que la mayoría son antiguos votantes socialistas. La encuesta puede movilizar a una parte de ese electorado para evitar el poder omnímodo del PP. Ha pasado otras veces, aunque nunca las distancias han sido tan grandes. Para ello, Rubalcaba apelará al temor a que el PP recorte derechos sociales. Pero, también, la encuesta podría ser la confirmación del desaliento.

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