El fiscal considera a Otegi "dirigente de ETA" y mantiene su petición de 10 años

El ministerio público afirma que Bateragune era un proyecto que no se desvinculó de ETA Díez Usabiaga, ex secretario general de LAB, se enfrenta a la misma propuesta de condena El fiscal señala que Otegi era conocido como 'Ronaldinho' en la estructura por sus quiebros

El exportavoz de Batasuna Arnaldo Otegi, durante el juicio por el caso Bateragune.EFE

El fiscal de la Audiencia Nacional Vicente González Mota ha solicitado esta mañana penas de 10 años de prisión para los líderes de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi y Rafael Díez Usabiaga por considerarles "dirigentes de la banda terrorista ETA", en el juicio por el caso Bateragune...

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El fiscal de la Audiencia Nacional Vicente González Mota ha solicitado esta mañana penas de 10 años de prisión para los líderes de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi y Rafael Díez Usabiaga por considerarles "dirigentes de la banda terrorista ETA", en el juicio por el caso Bateragune. La acusación plantea que habrían intentado la reconstrucción de las estructuras de la ilegalizada Batasuna, siguiendo instrucciones de ETA.

La fiscalía ha señalado el papel "relevante" de Otegi, al que los demás acusados han considerado como "una persona líder en la estructura, un referente; no es creíble que actuara sin un órgano de referencia". Según el ministerio público, ambos dirigentes tenían la experiencia y conocían la situación y estaban listos para desarrollar y aleccionar a los jóvenes.

El fiscal ha rebajado las peticiones de pena de 10 a nueve años para Miren Zabaleta y a ocho para Arkaitz Rodríguez y Sonia Jacinto. En el caso de Amaia Esnal, Txelui Moreno y José Manuel Serra, ha retirado la acusación. La asociación Voces contra el Terrorismo mantuvo la petición de 14 años de cárcel para todos ellos.

Según la fiscalía, ETA hace un diseño de la negociación y da "campo libre a los acusados para la adaptación de sus estructuras"

González Mota ha señalado que Otegi y su grupo ni han rechazado la violencia ni han roto con ETA y admitió que existe una evolución en el seno de la izquierda abertzale, pero que esta se limita a adaptarse a cada momento, a que el aparato militar no perjudique "la presencia del frente institucional con inoportunos actos de terrorismo". Según el fiscal, Otegi y los demás trabajaban en la construcción de un proyecto que denominan democrático, pero sin renunciar al ejercicio de la violencia.

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El método de funcionamiento consiste en que ETA hace un diseño de la negociación y la banda da al grupo de los acusados "campo libre para la adaptación de sus estructuras". El fiscal cita la sentencia del Supremo en la que el Alto Tribunal señala que los nuevos partidos creados por la izquierda abertzale no son más que "un fraude para volver a inscribir a Batasuna; ninguno de los acusados ha pedido que desaparezca la amenaza de las bombas, ni ninguno ha condenado la violencia ni ha pedido a ETA que la deje. Tampoco en la documentación intervenida aparece ni por asomo el indicio de condenarla".

La fiscalía ha señalado que Otegi era conocido como Ronaldinho “por sus quiebros”, según informa Europa Press. “Esa habilidad no le ha permitido nunca pasar la raya de lo ilegal a lo legal: seguimos haciendo estructuras, pero al término del partido seguimos estando en el lado de la ilegalidad, el lado del soporte a ETA”, ha asegurado el fiscal.

El alias del exportavoz de Batasuna era utilizado por motivos de seguridad dentro de la estructura abertzale en los documentos internos que se hallaron en la sede del sindicato LAB en San Sebastián. Así consta en el auto por el que el juez Baltasar Garzón envió a prisión en octubre de 2009 a cinco de los detenidos en esta operación, incluidos Otegi y Díez Usabiaga.

Una de las abogadas de la defensa, Arantza Zulueta, ha pedido que “no se entorpezca con resoluciones judiciales injustas las condiciones que existen para abrir una nueva fase en Euskal Herria”. La letrada se encuentra en libertad bajo fianza de 60.000 euros desde diciembre de 2010 ya que el juez Fernando Grande-Marlaska le imputó un delito de integración en banda armada. Según el magistrado, jugaba un importante papel en la estructura etarra Halboka, que ejercía el control de los presos de la banda y señalaba posibles objetivos.

En su defensa, la abogada ha asegurado que, en caso de condenar a Otegi y a los otros siete acusados, la Audiencia Nacional estaría “persiguiendo actividades políticas”.

El juicio, que comenzó el pasado lunes 27 de junio, acabará mañana con la última palabra de Otegi y el resto de los acusados.

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