Migrados
Coordinado por Lola Hierro
Opinión

La deshumanización de las migraciones en los medios de comunicación

Más del 80% de las informaciones sobre migración en prensa analizadas en un estudio no cuentan con personas migrantes como fuente, la mitad no usa la palabra persona y un tercio emplea titulares sensacionalistas

Un hombre cruza los brazos durante una concentración en Plaza de Sant Jaume de Barcelona contra el racismo 'Las vidas negras importan' organizada por la Comunidad Negra Africana y Afrodescendiente de España (CNAAE) por el asesinato por parte de un policía local de George Floyd el pasado 25 de mayo en la ciudad de Mineápolis (EEUU), en Barcelona, Catalunya (España) a 7 de junio de 2020.Matias Chiofalo (Europa Press)

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Las migraciones ocupan un espacio mediático cada vez más amplio, aunque este año el foco se haya dirigido hacia la actual crisis sanitaria. En los últimos meses se han publicado multitud de informaciones sobre migración, incrementando su atención cuando desde el Gobierno se propuso la regularización extraordinaria de personal sanitario extranjero, en el momento en el que la pandemia puso al descubierto las precarias e inhumanas condiciones laborales en las que se encontraban las personas migrantes que trabajan en el campo como temporeras, o con la inadmisible situación de vulneración de derechos que se está viviendo actualmente en Canarias, donde además la labor de los periodistas se ha visto censurada.

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Este protagonismo mediático y, concretamente su tratamiento, tiene consecuencias en los procesos de inclusión de las personas migrantes, ya que los medios tienen la capacidad de fijar determinadas ideas e imágenes, generando así una repercusión directa en la percepción, recepción e interacción hacia esta población. Es imprescindible que, ante esta realidad social, los medios ejerzan la responsabilidad que les compete como agentes socializadores, preservando la dignidad de las personas, el humanismo intrínseco a las migraciones y el hecho de que migrar es un derecho, no un fenómeno.

Es tan relevante a nivel social el tratamiento que los medios dan a las migraciones que lo convierte en un tema digno de estudio y, entendiendo a los medios de comunicación como aliados esenciales en la lucha por el cumplimiento de los derechos humanos, es imprescindible identificar las prácticas periodísticas que puedan ser generadoras de estereotipos y prejuicios, criminalización, alarmismo y deshumanización, para seguir avanzando hacia un tratamiento con enfoque de derechos.

Por este motivo, desde el proyecto Inmigracionalismo que gestiona Red Acoge, se ha publicado el informe Inmigracionalismo 2020, fruto de la investigación realizada durante este año en la que se han analizado más de 3.000 informaciones sobre migración procedentes de 22 periódicos nacionales, autonómicos y regionales; y cuyas conclusiones principales radican en la deshumanización de las migraciones que generan determinadas prácticas profundamente arraigadas en el sector.

Las principales temáticas identificadas tienen relación con la política migratoria y las rutas en dirección a Europa, una elección que, además de corresponderse con los criterios de noticiabilidad que marca la propia profesión, responden también a un profundo enfoque occidentalista y etnocéntrico. También la elección de las fuentes guarda relación con este enfoque, ya que en más de un 80% de las informaciones no se da voz a las personas migrantes. Tampoco se ve representada la diversidad de las migraciones ni su feminización, teniendo en cuenta que cada vez son más las mujeres que emprenden su propio proceso migratorio y son la mitad de las personas que migran en el mundo, ya que solo un 3,23% de las informaciones trata sobre esta realidad.

Términos como “asalto”, “oleada”, “MENA” o “ilegal” generan un discurso criminalizador

Sin embargo, no solo la elección de la temática o de las fuentes puede ser generadora de estereotipos y prejuicios, también el lenguaje que se utiliza, o las imágenes que ilustran las informaciones sobre migración. La utilización de términos como “asalto”, “oleada”, “MENA” o “ilegal” generan un discurso criminalizador y preventivo frente a las migraciones, además de la deshumanización que tiene como consecuencia la omisión de la palabra “persona”, y que se da en más del 50% de las informaciones sobre este tema. También la imagen, por su gran carga icónica y descriptiva, es un elemento especialmente sensible, prestando mayor atención cuando los protagonistas de las imágenes son niños, niñas y jóvenes, ya que en este informe se ha identificado que un 21% de las informaciones categorizadas con mal uso correspondían a fotografías en las que no se respetaba la dignidad de los menores.

Queda un largo camino por delante hasta afianzar un tratamiento mediático de las migraciones que cuente con un enfoque de derechos y de género, además de una perspectiva intercultural, que preserven la dignidad de la población migrante, siendo fiel a la realidad migratoria y mostrando toda su diversidad. En este camino los medios tienen un gran reto por delante, pero también la ciudadanía en cuanto a la lucha y exigencia de un tratamiento mediático adecuado como receptora y consumidora de la información. Sin esta unidad resulta imposible un cambio hacia un periodismo de migraciones más humano.

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