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Pedro Sánchez: lo que no mata engorda

El ave fénix renace siempre, especialmente cuando el Supremo sale en defensa del otro ave fénix del país, Ayuso

Con su habitual problema de memoria, el PP suele olvidar una premisa que brilla con clarividencia en el refranero: lo que no mata engorda.

Como en una construcción de Lego, Pedro Sánchez suma cada vez más piezas para esa figura llamada “agonía”, pero los que se apresuran a redactar su epitafio ignoran que algunas de ellas no la hacen crecer, sino que la menguan. La agonía.

La debilidad parlamentaria de un Gobierno en minoría ya propició desde su inicio una exhibición a cámara lenta de los cambalaches, torsiones y la dependencia de fuerzas incontrolables, un espectáculo que a vec...

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Con su habitual problema de memoria, el PP suele olvidar una premisa que brilla con clarividencia en el refranero: lo que no mata engorda.

Como en una construcción de Lego, Pedro Sánchez suma cada vez más piezas para esa figura llamada “agonía”, pero los que se apresuran a redactar su epitafio ignoran que algunas de ellas no la hacen crecer, sino que la menguan. La agonía.

La debilidad parlamentaria de un Gobierno en minoría ya propició desde su inicio una exhibición a cámara lenta de los cambalaches, torsiones y la dependencia de fuerzas incontrolables, un espectáculo que a veces avergüenza mirar y que, para desesperación del PP, funciona. Pero es el caso Ábalos y Cerdán la mayor bomba incendiaria que le amenaza, pues cada vez resulta más difícil de creer que la toxicidad de estos dos altos cargos del PSOE no vaya a contaminar al partido y sus finanzas. Hasta ahí, lo que nutre la agonía de manera contundente.

Otras piezas, sin embargo, solo la menguan mientras dan a Sánchez más razones para seguir adelante con apoyos renovados y ese afán de resistencia que le caracteriza. El Ave Fénix Número 1 de Este País (Sánchez) renace siempre, especialmente cuando toda una Sala de lo Penal del Tribunal Supremo condena al fiscal general del Estado sin pruebas, con indicios endebles, en defensa en última instancia del Ave Fénix Número 2 De Este País (Isabel Díaz Ayuso), capaz de crecer también tras cada sombra de duda que acecha a su familia por las comisiones o fraudes en sus negocios.

Pero sigamos atentos al Lego: sobre la alfombra se acumulan más piezas que, mientras parecen contrarias a Sánchez, en realidad le alimentan: la saña judicial contra su esposa por una actividad privada que no la convirtió precisamente en millonaria; contra su hermano por un puesto de trabajo en el país de los enchufes; la saña del PP contra las supuestas saunas de su suegro muerto; y la prisa de este mismo partido por un adelanto electoral ―como volvió a requerir Feijóo este jueves― que no hace sino subrayar que la politización de la justicia avanza de la mano de la judicialización de la lucha política. Menuda pareja.

Si miramos al pasado, Felipe González acabó cayendo en las urnas por un amontonamiento de casos de corrupción que rompió la confianza en él; Mariano Rajoy corrió la misma suerte mediante una moción de censura. Y Sánchez podría estar abocado a lo mismo, pero la cantidad de duendes que le cosen el traje para su entierro, en realidad, le reviven. Veremos.

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