La desaparición de la sanidad pública
Los lectores y las lectoras escriben de la gestión del sistema sanitario en las últimas décadas, la defensa de la democracia, y cómo la gentrificación y el consumo de drogas en el barrio madrileño de Lavapiés afectan a la vida de niños y familias
Hace tres años diagnosticaron a mi hija de tres años de una apnea severa del sueño. Hace casi dos años, la operaron. Hace casi un año que esperábamos la prueba de control, y hace solo un día que nos han informado que tienen que volver a operarla. No sé si mi carta es una reclamación, una denuncia, un desahogo como madre o una reivindicación como compañera de profesión, pero no puedo ni debo evitar escribirla. Creo en el sistema sanitario público, y ojalá no desaparezca, pero también creo que gracias a la gestión de las últimas décadas, se lo están cargando lenta y silenciosamente, con la osadía de culpar o sobrecargar a los trabajadores. Desde que iniciamos el proceso, llevamos tres años conviviendo con una niña que mal duerme, con sus consecuentes días de irritabilidad, llanto y cansancio. Fatiga mental, fatiga familiar. Pasa factura silenciosa todo, pero no exenta de consecuencias o complicaciones. Daré gracias porque es una patología curable. Qué triste dar gracias por sufrir una demora asistencial vergonzosa. ¿Quién contestará esta carta? ¿Un trabajador sobrecargado o un directivo en su sillón? ¿Servirá de algo?
Noelia Míguez Alonso. Burgos
Movilización democrática
La democracia no es mayoritaria en el mundo y al parecer, su influencia está disminuyendo. Los ciudadanos que viven en países democráticos como España, suelen pensar que una vez implantada, esta es un punto de no retorno, las instituciones y el consenso mayoritario sobre su idoneidad le dan una fortaleza, se piensa, inexpugnable. Pero la realidad actual muestra cómo la democracia está siendo sometida nacional e internacionalmente a un estrés reaccionario insoportable. El desprecio que determinados Estados exhiben ante La Declaración Universal de los Derechos Humanos o el derecho internacional, la pérdida de autoridad de la ONU y la deshumanización del rival político, son algunos de los síntomas inequívocos de que la democracia está atravesando un momento delicado. La movilización ciudadana es fundamental, también en España, para mostrar que nos sentimos concernidos en la defensa de esta apreciada pero amenazada democracia.
Horacio Torvisco Pulido. Alcobendas (Madrid)
Jeringuillas en los parques
Hoy he encontrado una jeringuilla usada en el parque de enfrente del colegio de mis hijos. En Lavapiés, en el centro de Madrid, donde los pisos se venden y alquilan por cantidades obscenas de dinero, donde los turistas colman los Airbnb y se consumen gildas de toda suerte los fines semana. Era otro barrio, era otro tiempo y eran otras drogas, pero aquí estoy teniendo con mi hijo la misma conversación que tuvo conmigo mi madre cuando yo era niña: “Si ves una jeringuilla en el parque, hija, no la toques”. Mientras le hablo, miro a mi alrededor y veo los bares llenos de gente ociosa, ajena a la realidad de este barrio, disfrutando de la publicitada “libertad” de los que nos gobiernan. Y no puedo dejar de preguntarme cuándo va a estallar esta ridícula mezcla de gentrificación, drogas, indigencia y burbuja inmobiliaria y hotelera que está echando a los niños de los parques y a las familias, de sus casas.
Noelia González Muñoz. Madrid