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Negacionistas del genocidio

Negar el exterminio no es solo decir que no existe, sino minimizar el número de víctimas o justificar sus muertes

Exterior, día. El cielo está despejado en Gaza. Brilla el sol y un montón de papelitos blancos caen desde arriba. No sabemos quién los lanza, pero sí quién los recibe: cientos de niños que saltan y ríen hasta atraparlos. En las manos de uno de ellos vemos que llevan un texto impreso: “Si encuentras este folleto, estás en una zona peligrosa de combate. Debes evacuar inmediatamente”. Son las órdenes de evacuación del ejército israelí.

La descripción anterior corresponde a un vídeo que este diario difundió ayer en sus redes, pero podría ser la secuencia de apertura de la versión del siglo...

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Exterior, día. El cielo está despejado en Gaza. Brilla el sol y un montón de papelitos blancos caen desde arriba. No sabemos quién los lanza, pero sí quién los recibe: cientos de niños que saltan y ríen hasta atraparlos. En las manos de uno de ellos vemos que llevan un texto impreso: “Si encuentras este folleto, estás en una zona peligrosa de combate. Debes evacuar inmediatamente”. Son las órdenes de evacuación del ejército israelí.

La descripción anterior corresponde a un vídeo que este diario difundió ayer en sus redes, pero podría ser la secuencia de apertura de la versión del siglo XXI de La vida es bella. El mensaje es el mismo: la inocencia infantil es tan poderosa como para reconciliarnos con el bien, la bondad y la belleza, incluso en momentos de barbarie. También el contexto es idéntico: un genocidio. Porque esta escena se ha producido la misma semana en la que una comisión independiente designada por la ONU ha acusado por primera vez a Israel de estar cometiendo un genocidio en Gaza.

Todos los genocidios tienen algunas características en común, pero la que nunca puede faltar es que todos tienen negacionistas. Algunos especialistas consideran, incluso, que el negacionismo es una fase habitual de los genocidios. Según los estudiosos del fenómeno, negacionismo del genocidio no es solo decir que no existe, sino minimizar el número de víctimas, justificar sus muertes, hacer circular excusas para las acciones de sus perpetradores, o desviar las culpas hacia otros grupos o circunstancias.

Los negacionistas más infames que se nos vienen a la cabeza son los nazis y su versión moderna, los neonazis, los malos de la Historia. Pero también los buenos han sido y son negacionistas. Entre nuestros socios de la OTAN, hijos de los Aliados, es habitual el negacionismo del genocidio armenio en Turquía, por ejemplo, o de los genocidios anglos, desde América a la India. Ahora se ha sumado uno nuevo: el negacionismo del genocidio de los gazatíes perpetrado por Israel.

Esta semana hemos visto a líderes mundiales, europeos y nacionales negando un informe con el sello de la ONU y cuestionando su legitimidad para minimizar las atrocidades de un estado creado a partir de una resolución de la ONU. Es una cabriola sorprendente, pero aún más sorprendente es que muchos de los argumentos que dan los que niegan el genocidio en Gaza son muy similares a los que empleaban y emplean los negacionistas del Holocausto judío. Hace unos días, el presidente del lobby sionista ACOM —fundado, por cierto, por el que es presentado en el extranjero como mentor de Isabel Díaz Ayuso, David Hatchwell, y del que el eurodiputado Juan Carlos Girauta (Vox) percibía 1.000 euros mensuales según su declaración de bienes— defendía en televisión que “si Israel hubiera querido acabar con el pueblo gazatí lo habría hecho en horas”, un argumento similar al que emplean los negacionistas del Holocausto cuando aducen, de forma terrible, que si Hitler hubiera tenido intenciones genocidas habría empleado el gran arsenal de armamento químico que tenía guardado tras la Primera Guerra Mundial para que no quedase un solo judío en Alemania.

Pincha en hueso nuestra derecha, tanto política como mediática, dejándose influir por estas posiciones. El último barómetro del Real Instituto Elcano revelaba que el 82% de los españoles califica la actuación israelí en Gaza como genocidio, y que el 78% quiere que Europa reconozca el estado palestino. Pero aún habrá algún atrevido que nos diga que no se lo cree, que eso son datos de Hamás.

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