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¡Viva la plastilina!

En el mundo al revés en el que estamos, la policía actúa contra los que claman contra el genocidio y no contra los genocidas

¿Seguís pendientes de la población de Gaza? Por favor, no os estáis enterando de nada. Nuevos terroristas amenazan nuestra paz de forma más contundente y requieren acción inmediata, menos mal que la policía británica está a lo que hay que estar, no como vosotros. Sally Rooney, una escritora irlandesa que es icono para los jóvenes, forma parte del comando en el que también militan el pastor baptista James Grote, ...

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¿Seguís pendientes de la población de Gaza? Por favor, no os estáis enterando de nada. Nuevos terroristas amenazan nuestra paz de forma más contundente y requieren acción inmediata, menos mal que la policía británica está a lo que hay que estar, no como vosotros. Sally Rooney, una escritora irlandesa que es icono para los jóvenes, forma parte del comando en el que también militan el pastor baptista James Grote, el cineasta Paul Laverty y cientos de británicos anónimos (muchos de ellos ancianos) detenidos porque nos desafían con camisetas, las nuevas bombas de racimo que la legislación más severa contra el terrorismo ha pillado a tiempo.

En el último vídeo que corre por redes y que debe asustarnos de inmediato, un ciudadano es parado por la policía por llevar la camiseta con el lema Plasticine Action (Acción Plastilina), un giro de fonemas con el que los nuevos terroristas nos intentan engañar. Pero la poli no es tonta y lo ha pillado.

Ahora en serio: en el mundo al revés en el que estamos, la policía detiene a los que claman contra el genocidio y no a los genocidas. El Gobierno del Reino Unido, en otro tiempo imagen de libertad, derechos y capacidad de conectar con el presente mientras mantenía el pulso de la tradición, ha decidido que Acción Palestina es una organización terrorista y persigue a quienes lo apoyen. Y no es que este grupo haya matado a nadie como Hamás, sino que ha irrumpido en bases aéreas, ha pintarrajeado aviones, ha realizado sabotajes.

El pastor James Grote grita mientras se lo lleva la policía: “Hago esto porque soy un seguidor de Jesucristo, que rompió las reglas y creó paz”. Porque romper las reglas sin violencia puede ayudar cuando las leyes no son suficiente.

Plasticine Action, una plataforma de artistas que se define movilizada contra el uso de la inteligencia artificial en la animación, el arte y la expansión del autoritarismo, ha decidido donar su recaudación por la venta de camisetas a grupos humanitarios que trabajan con palestinos. También luchan por la causa quienes se manifiestan estos días contra el equipo israelí en la vuelta ciclista.

Acciones pequeñas contra un monstruo de siete cabezas que derriba edificios, bombardea a niños y destruye al pueblo palestino en Gaza. El Gobierno de España es excepción y encabeza el plante internacional contra las barbaridades en Gaza. El Parlamento Europeo y Von der Leyen se apuntan a última hora, 65.000 muertos después. Pero la vergüenza cae sobre una Europa dormida que ha renunciado, incluso, a decir verdades. La factura será impagable. Eso sí, los seguidores de la plastilina, a prisión.

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