Ir al contenido

Hablar de dinero

Los lectores escriben sobre los gastos familiares con la vuelta a los colegios, las vacaciones de proximidad, el cuidado de los mayores y la polémica por la gestión de los incendios

Cada septiembre, la vuelta al cole supone un esfuerzo económico para miles de familias. Pero además de un reto, también puede ser una oportunidad educativa. La economía doméstica no debería ser un tema tabú: involucrar a los hijos en pequeñas decisiones —comparar precios, decidir qué reutilizar, planificar las compras o entender qué es un presupuesto— les ayuda a desarrollar hábitos y valores que les acompañarán toda la vida. Hablar de dinero en casa no es hablar de materialismo, sino de libertad y responsabilidad. La vuelta al cole es un momento idóneo para que las familias lo incorporen como parte de la educación de sus hijos, porque la verdadera enseñanza no está solo en los libros, sino también en cómo aprendemos a gestionar los recursos que tenemos. a pie.

Lourdes Oller Gómez. Almería

Vacaciones de proximidad

Atrás quedaron los veranos en los que las vacaciones en destinos lejanos eran accesibles para la clase media. Con la actual brecha entre salarios estancados y altos costes de vida, esas vacaciones de antaño se han convertido en un lujo inalcanzable para muchas familias. Ante esta realidad, cada vez más personas optan por el turismo de proximidad. Es lo que hemos hecho en mi familia, explorando opciones locales como parques acuáticos, refugios de animales, exposiciones y gincanas urbanas. Este tipo de turismo ofrece una oportunidad para redescubrir la riqueza de nuestro entorno sin un presupuesto elevado. Mientras la coyuntura económica no cambie, el turismo local será la única opción viable para muchos. Esta tendencia es un reflejo de las prioridades económicas que definen la realidad de la ciudadanía de a pie.

Adrià Olivella. Tarragona

Arrugas que pesan

No sé si es tristeza, miedo o simple asombro, pero ver a los padres envejecer tiene un peso que ningún libro enseña. Antes eran invencibles, brújulas firmes en un mundo inseguro; ahora sus manos tiemblan, sus pasos se ralentizan, y la mirada conserva toda la memoria del tiempo que ya no vuelve. Es un espectáculo silencioso y doloroso: uno quisiera detener el reloj, retenerlos en esa fortaleza que nos dio abrigo, pero el tiempo no negocia. Cada arruga, cada gesto cansado, nos recuerda la fragilidad de lo humano y nuestra propia fugacidad. Hay algo terrible y hermoso en esa observación: dolor por lo que pierden y por lo que inevitablemente perderemos, y gratitud profunda por haberlos tenido, por todo lo que fuimos gracias a ellos, incluso ahora, mientras envejecen ante nuestros ojos.

Aitor Idoyaga Uribarrena. Portugalete (Bizkaia)

Mala justificación del PP

A pesar de tener competencias plenas en la dirección de las catástrofes, el PP quiere justificar el desastre en su gestión como lo hacen los malos estudiantes ante unas malas notas acudiendo a la socorrida justificación de ‘la maestra me tiene manía’. Todos debemos ser conscientes de nuestras responsabilidades y obligaciones.

Julio Merino Velasco. Toledo

Más información

Archivado En