Este proyecto fotográfico documenta los límites entre Malí, Níger y Burkina Faso, epicentro del conflicto que devasta el Sahel. El estallido de la insurgencia yihadista en 2012, alimentada por la pobreza, la injusticia y la debilidad de los gobiernos de la región, abrió las puertas a una violencia que hoy ejercen tanto grupos armados como ejércitos y mercenarios y que sufren, especialmente, los civiles. Con unos 40.000 muertos y cuatro millones de refugiados y desplazados de sus hogares en una región ya castigada por la falta de recursos y el cambio climático, se trata de una de las crisis humanitarias más duras del mundo, casi siempre opacada por otras guerras