Juan Lobato, ante el notario

El líder del PSOE madrileño abre un nuevo frente al Gobierno en un aparente intento de sobrevivir políticamente

Juan Lobato, este martes en la Asamblea de Madrid.Claudio Álvarez

Juan Lobato, líder de los socialistas madrileños, ha metido al Gobierno de Pedro Sánchez en un enredo de difícil explicación e incierto desenlace. El magistrado del Tribunal Supremo Ángel Hurtado lo ha citado a declarar como testigo este viernes dentro de la investigación por la supuesta filtración desde la Fiscalía General del Estado de información sobre el empresario Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Hurtado ha llamado con inusitada rapidez a Lobato tras leer en una información del diario Abc, confirmada por Lobato, que el líder socialista madrileño acudió hace tres semanas a un notario para levantar acta de unos mensajes que cruzó con su compañera Pilar Sánchez Acera hace ocho meses. Ella era entonces jefa de gabinete en La Moncloa del hoy ministro Óscar López, quien a su vez era jefe de gabinete de Pedro Sánchez. Lobato sostiene que acudió al notario porque le preocupó ver que el Supremo investigaba la filtración de un correo electrónico que él recibió en su móvil cuando, meses antes, estalló el escándalo del fraude fiscal de González Amador. El contenido del correo desbarataba una mentira que Ayuso y su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, urdieron para proteger al empresario comisionista.

Según la versión de Juan Lobato, acudió al notario porque quería dejar constancia de que, a las ocho de la mañana del 14 de marzo pasado, dos horas antes de una sesión de control a Ayuso en la Asamblea de Madrid, Sánchez Acera le envió una imagen del citado correo electrónico para que lo utilizará como argumento en su debate con la presidenta. Lobato le preguntó el origen de ese documento, y Sánchez Acera le contestó supuestamente que lo había sacado de los medios de comunicación.

Unas horas antes de ese intercambio, varios medios habían informado ya sobre el contenido de ese correo, aunque su imagen no había sido publicada. Del relato de Lobato se deduce que no había leído nada sobre el tema a esa hora o no se fiaba del origen del documento que recibió en su móvil. Lobato usó el documento aquel día contra Ayuso. Pero casi ocho meses después acudió a levantar acta notarial de la conversación con su compañera para, según él, dejar constancia de que el origen de ese correo electrónico no era ni el Gobierno ni la Fiscalía. No avisó a nadie.

Por el contrario, la visita al notario de Lobato se interpreta en las filas socialistas como una sugerencia directa de que el Gobierno filtró el correo, haciendo de esa manera un uso partidista de una información que solo podía manejar la Fiscalía. La desconfianza del secretario general del PSOE de Madrid en su partido y en su Gobierno pone los focos sobre el Ejecutivo en un asunto que hasta el momento implicaba a la Fiscalía y a la Comunidad de Madrid. Ahora, la interlocutora de Lobato aquella mañana debe dar explicaciones sobre si el Gobierno disponía con anticipación de una copia de la confesión del novio de Ayuso.

Lobato ha pretendido ser un verso suelto dentro de la familia socialista y marcar un perfil propio en una autonomía que gobierna el PP desde hace casi 30 años, pese a sus múltiples escándalos de grave corrupción. Los resultados electorales del líder regional socialista han sido malos: aunque mejoró tres escaños en las últimas elecciones, el PSOE no ha conseguido recuperar la segunda posición tras ser superado por Más Madrid. Su continuidad al frente del PSM estaba en duda, y lo que parecía una trifulca más por el poder en la siempre convulsa federación socialista madrileña ha acabado abriéndole un nuevo frente al Gobierno. Compañeros de Lobato creen que pretendía usar el acta notarial como un elemento de presión para evitar que alguien compitiera con él en primarias. Él insinúa que La Moncloa le mintió.

Cualesquiera que fueran las motivaciones para acudir al notario, la solución a este órdago será traumática. Lobato se niega a dimitir, como piden múltiples voces en su partido, y quiere presentarse a las primarias que se celebrarán en apenas mes y medio. Para entonces, el juez Hurtado habrá avanzado en su investigación con los datos que aporte Lobato, y el Gobierno habrá tenido que explicarse ya sobre esta insospechada derivada de la confesión de dos delitos fiscales para librarse de la cárcel por parte de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid.

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