No permitiremos ni un paso atrás

Los lectores escriben sobre la lona colgada por Vox en Madrid y la LGTBIfobia, la precariedad de las familias y el fin de las mascarillas

Lona de Vox en la esquina de la calle Alcalá con la calle Goya, en Madrid.Samuel Sánchez

La lona del odio que ha colocado recientemente Vox en Madrid es proporcional al descaro y la desfachatez de sus miembros. Bajo el eslogan “Decide lo que importa”, tiran a la basura todo lo que no les gusta, como, por ejemplo, la bandera del movimiento LGTBI. No saben estos señores que nuestra lucha, nuestra dignidad y nuestro respeto a la diversidad no caben en ninguna papelera. No somos despojos, sino persona...

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La lona del odio que ha colocado recientemente Vox en Madrid es proporcional al descaro y la desfachatez de sus miembros. Bajo el eslogan “Decide lo que importa”, tiran a la basura todo lo que no les gusta, como, por ejemplo, la bandera del movimiento LGTBI. No saben estos señores que nuestra lucha, nuestra dignidad y nuestro respeto a la diversidad no caben en ninguna papelera. No somos despojos, sino personas que amamos como queremos y a quien queremos. ¡Claro que eso importa! Para su intransigencia nauseabunda y su LGTBIfobia repugnante, en cambio, necesitamos un vertedero enorme. A las puertas del Día Internacional del Orgullo LGTBI+, hay que decir bien alto y claro que no permitiremos ni un paso atrás en los derechos logrados en materia de igualdad afectivo-sexual por parte del colectivo. Más que nunca, debemos visibilizarnos ante este extremismo radical que propugna una serie de involuciones que no tienen cabida en una sociedad moderna, avanzada y del siglo XXI como la nuestra.

Òscar Banegas Garrido. Alicante

¿Es esto normal?

En mi casa somos dos adultos y un niño de 12 años, entran dos sueldos, uno de 1.100 y otro de 1.300 euros, y no nos da para vivir. Tenemos una casa y un coche que pagar, algo que visto lo visto se puede considerar un lujo. Mi pareja y yo nos volvemos locos de tanto darle vueltas a cómo podríamos hacer para cambiar de situación, a qué más nos quitamos... ¡Qué desastre! Tenemos cuarenta y tantos años y cero ahorrado. Nos encontramos en un bucle infinito que, lógicamente, nos está pasando factura. ¿Acaso esto es normal en un país europeo desarrollado? Ya os lo digo yo: no lo es.

Silvia Pérez Rubio. Elche (Alicante)

Fin de las mascarillas

Llega el fin de las mascarillas en centros sanitarios y seguimos sin haber instruido a la población en un nuevo civismo basado en proteger a los vulnerables del contagio de enfermedades. En los centros sanitarios, a diferencia de un restaurante o un teatro, hay enfermos, ancianos y población vulnerable que pueden sufrir las consecuencias del incivismo de una visita inapropiada, o de un trabajador enfermo. Esto ya era así antes de la pandemia aunque no lo tuviéramos en cuenta. Hay que decirlo: la retirada de las mascarillas en centros sanitarios no responde a una evidencia científica sino a otros motivos. ¿Deberíamos mantener esta precaución, por responsabilidad y no por obligación? ¿Puede ser una enseñanza de la pandemia?

Demetrio Carriedo González. Madrid

Amigos gays

En esta semana del Orgullo y de precampaña electoral, me ofrezco en mi condición de gay para amistad con política o político que lo necesite. De esta forma, e independientemente de su adscripción o declaraciones previas, podrá afirmar sin rubor su modernidad con alusiones a nuestra relación en entrevistas. ¡Ningún candidato sin un amigo gay!

Ignacio Alonso Martínez. Madrid

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