Obligados a entendernos

En esta campaña electoral que acaba de empezar sería deseable un comportamiento dialogante, educado y respetuoso de los líderes políticos. Los ciudadanos estamos cansados de las riñas de gatos a las que nos tienen castigados. Todos agradeceríamos menos acritud y más información de sus programas electorales. Estamos deseosos de saber qué acciones positivas y realistas están dispuestos a acometer, si ganan, para mejorar nuestras vidas. Estamos cansados del “y tú más”, y de sacar los trapos s...

En esta campaña electoral que acaba de empezar sería deseable un comportamiento dialogante, educado y respetuoso de los líderes políticos. Los ciudadanos estamos cansados de las riñas de gatos a las que nos tienen castigados. Todos agradeceríamos menos acritud y más información de sus programas electorales. Estamos deseosos de saber qué acciones positivas y realistas están dispuestos a acometer, si ganan, para mejorar nuestras vidas. Estamos cansados del “y tú más”, y de sacar los trapos sucios. Para devolvernos la confianza en los políticos, necesitamos más transparencia, más compromiso, menos egoísmo, más humildad, y contar más con el pueblo para tomar decisiones. El contrario no es nuestro enemigo, sólo es el que piensa distinto, el que es diferente. En la vida nos unen más cosas de las que nos separan. Si queremos salir ganando todos, estamos obligados a escucharnos y a llevarnos bien. Tal vez estoy pregonando en el desierto, pero somos muchos los que pensamos igual.

Víctor Calvo Luna. Valencia

¿Avalar la compra o el alquiler?

El Gobierno, con la ley de la vivienda, ha dejado a los denominados vulnerables fuera del mercado de alquiler, ya que ningún arrendador estará dispuesto a alquilar viviendas a este colectivo si no se le garantiza el cobro de un posible impago de la renta. Solo protege por un tiempo a los vulnerables que ya están en alquiler. Si el Estado no avala a este sector de población se quedarán en una situación desesperada, ya que los propietarios de viviendas les rechazarán. El Gobierno debería replantearse priorizar el aval a este colectivo antes que a los potenciales compradores, que siempre tendrán un nivel económico superior.

José Antonio Salvador Polo. Valladolid

Muerte en las aceras

Soy barcelonés, tengo 64 años. Mi Barcelona era una ciudad donde era agradable pasear. Había coches, pero no había problemas si ibas por la acera y mirabas al cruzar. Ahora, en las aceras se atropella a ancianos y niños y las situaciones de riesgo son constantes. La causa es un Ayuntamiento irresponsable que permite los desmanes y hasta a veces actos criminales de los patinetes y bicicletas que no respetan ninguna norma ni señal. Además, al recriminárselo me insultan y amenazan. Tengo miedo.

Francisco Marchal Martos. Barcelona

Premios machistas

Una carrera que lucha contra la violencia de género y que es un símbolo de unidad por la lucha contra el cáncer de mama se ha convertido en una carrera totalmente machista. Nunca he visto que en una competición en la que participaran hombres los obsequios fueran un robot de cocina y una aspiradora. Sería impensable. En cambio, es lo que hemos visto en la última edición de la Carrera de la Mujer en Madrid. Cuando vi la noticia me acordó de cuando un profesor de la autoescuela me recomendó que cogiese el volante como si fueran pinzas de cocina. Me habría gustado saber qué ejemplo me habría puesto si yo fuera un chico, porque ese, estoy segura, no. Hechos como este nos hacen ver la necesidad de esta lucha, la necesidad de la igualdad y del respeto.

Meryem Achhab El Hambali. Barcelona