Los aficionados ‘de provincias’ quieren más balón

El periódico deja de publicar crónicas de muchos partidos de fútbol de clubes modestos de Primera

Óscar Trejo, del Rayo Vallecano, intenta escapar de dos jugadores del Getafe el viernes en el estadio de Vallecas.Juanjo Martín (EFE)

La sección de Deportes de EL PAÍS publicaba estos años pasados en la web crónicas de casi todos los partidos de Primera División de la Liga de fútbol y los lectores seguidores de clubes modestos disfrutaban cada semana con las valoraciones que hacía de su equipo el principal medio de referencia en español. Hasta ahora. Desde que en agosto comenzó la temporada 2022-2023, se difunden prácticamente solo crónicas de partidos en los que participan ...

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La sección de Deportes de EL PAÍS publicaba estos años pasados en la web crónicas de casi todos los partidos de Primera División de la Liga de fútbol y los lectores seguidores de clubes modestos disfrutaban cada semana con las valoraciones que hacía de su equipo el principal medio de referencia en español. Hasta ahora. Desde que en agosto comenzó la temporada 2022-2023, se difunden prácticamente solo crónicas de partidos en los que participan equipos grandes. Seguidores de otros clubes lamentan la nueva estrategia y algunos amenazan con no renovar su suscripción al diario.

En un territorio en el que los sentimientos y las pasiones afloran fácilmente, lectores autodenominados de provincias se sienten discriminados, como señalan Alberto Macías, Ignacio López Cañete —aficionados del Celta y el Cádiz, respectivamente— o Juan Mateo Carrero. O Luis Alayo, quien formuló la primera queja en agosto, tras la tercera jornada de la Liga: “Si por algo se ha caracterizado siempre EL PAÍS es por sus cronistas de fútbol; los Relaño, Segurola, Besa, Sámano, Rodrigálvarez, Cayetano Ros… y los actuales”.

Alayo no entiende que haya restricciones en la página digital porque ahí, argumenta, “el espacio es infinito”. Ciertamente, en la web no existen los problemas de espacio que se registran en el papel, donde el número de páginas para Deportes —y para el resto de las áreas— se ha reducido considerablemente.

En la web, sin embargo, no hay más crónicas que en la edición impresa. En todo caso, las mismas dedicadas a los partidos más relevantes, según aseguran responsables de la sección, mientras del resto hay escasas referencias de uno o dos párrafos en un texto global sobre la jornada. He revisado las cifras en las ocho jornadas de esta temporada, es decir, hasta el pasado fin de semana. En el papel, se han publicado textos sobre casi todos los partidos, si bien entre un 20% y un 40% se limitaban a una ficha (alineaciones, goles e incidencias) y un único párrafo, frente a las amplias piezas dedicadas al Real Madrid, el Barcelona o el Atlético de Madrid.

Como ejemplo de lo que ocurría hasta ahora, en la vigésima jornada de la temporada pasada, a comienzos de enero, la web de EL PAÍS publicó crónicas de todos los partidos firmadas por periodistas del diario, salvo la del encuentro Osasuna-Cádiz, que era de agencias.

En esta temporada, sin embargo, los lectores cuentan cada jornada en la web con una pieza inexistente hasta ahora. Se titula Jornada xx de la Liga / Horarios, resultados de los partidos y resumen. En ella, se enumeran todos los partidos del fin de semana junto con una breve información dedicada a cada encuentro. El texto se va actualizando hasta el final del partido y se añade un vídeo de resumen.

A los lectores que han protestado no les satisface esa nueva fórmula, que Alayo califica de “apaño” y Muguruza de “resumen escuálido”. Tras las primeras protestas, Álvaro Corcuera, jefe de la sección, respondió que las crónicas “seguirán siendo parte de la esencia” del diario, pero que “en una época de saturación informativa del deporte” (televisiones, radios, periódicos deportivos, medios en internet…), la sección debe apostar por “prioridades”, gestionar mejor sus recursos y buscar historias diferenciadas “sin caer estrictamente en la agenda informativa”. Corcuera señaló que ese nuevo resumen semanal no sustituye a las crónicas, “sino que proporciona una información básica de horarios, resultados y vídeos de todos los encuentros”.

Borja Echevarría, director adjunto y ahora responsable de Deportes, Revistas y Estilo de Vida, asume ese planteamiento porque “el ecosistema periodístico ha cambiado profundamente” en el mundo de la competición, en palabras de Corcuera. Por eso, añaden, la sección presta ahora más atención a historias diferenciadas de todos los deportes, sin estar condicionada a la agenda. Y apuesta por los deportes practicados por mujeres, aunque debe hacerlo más, opina Pau Morata, quien explica en un mensaje a El Defensor del Lector Contesta que “la gota que ha colmado el vaso” para no renovar su suscripción fue que EL PAÍS no dedicó ni una línea a la final de Supercopa de baloncesto femenino que hace una semana ganó el Uni Girona frente al Valencia Basket.

Las razones de los jefes de la sección tienen una lógica a la hora de gestionar sus recursos. No menos lógica tienen las quejas de los lectores, sorprendidos con cambios drásticos sin una explicación previa sobre esos nuevos esquemas que les privan de atractivos de lectura. Alguno ha reaccionado con ira: “Que les compren en Madrid y Barcelona. Los demás no les importamos”. No es cierto, pero tenemos que demostrarlo más con hechos.

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