Las tareas del verano
Los lectores escriben sobre las vacaciones de los niños, la seguridad de los vigilantes, las brigadas de extinción de incendios y la selección de fútbol femenino
Camino a la playa, voy con mi hija, y nos encontramos con su profesora. Mi hija ha terminado el primer año de primaria. Con clara admiración, le declara que aún no ha comenzado las fichas que recomendó para el verano. La profesora le resta importancia alegando que aún queda tiempo para ello. Efectivamente. Aún no hemos comenzado. Estamos sumidos en buscar conchas y lapas para collares o lo que surja. En bucear con la ilusión de toparnos con una sirena. En esperar que el sol se ponga, a ver si llega el delfín tímido. En buscar cangrejos ermitaños. En observar a los saltamontes que hallamos en e...
Camino a la playa, voy con mi hija, y nos encontramos con su profesora. Mi hija ha terminado el primer año de primaria. Con clara admiración, le declara que aún no ha comenzado las fichas que recomendó para el verano. La profesora le resta importancia alegando que aún queda tiempo para ello. Efectivamente. Aún no hemos comenzado. Estamos sumidos en buscar conchas y lapas para collares o lo que surja. En bucear con la ilusión de toparnos con una sirena. En esperar que el sol se ponga, a ver si llega el delfín tímido. En buscar cangrejos ermitaños. En observar a los saltamontes que hallamos en el camino. Aún no hemos comenzado con las fichas, pero ya tenemos muy avanzada la “asignatura” de Fantasía, acabando con nota la de “excavación en busca de tesoros”. También hemos dado un gran paso en el italiano: “Bellissima bambina”, le repito todas las mañanas. Ella sonríe. Aún no hemos comenzado con las fichas, lo haremos, no sin antes bajar a despedirnos del alien llegado de Saturno (mimo callejero) que ha aterrizado en el paseo marítimo.
Francisco García Castro. Estepona (Málaga)
Un vigilante asesinado
Álvaro Soto, vigilante, ha sido asesinado con arma blanca en Peal de Becerro. El apuñalamiento de otro compañero en el metro de Madrid y más casos me llevan a hacer una reflexión. Los vigilantes trabajamos en sitios muy complicados y con un equipo insuficiente. Nuestra dotación para repeler una agresión es una porra y unos grilletes. Ante el ataque de varias personas con armas, poco podemos hacer. Nos quitaron el revólver porque un vigilante con arma le sale más caro al cliente: eso supuso proteger al empresario a costa de la seguridad del trabajador. Llevamos mucho tiempo pidiendo pistolas eléctricas y chalecos de protección antipinchazos, y nada. También pedimos ir siempre dos a los servicios peligrosos, igual que los policías o guardias civiles. ¿Cuántos vigilantes tienen que morir en acto de servicio para que se tomen las medidas oportunas y necesarias para su seguridad?
Miguel Medina Torres. Jaén
Medios suficientes para brigadistas
Estamos escuchando estos días nefastos por los incendios que los brigadistas no disponen de los medios idóneos para la extinción. En países de nuestro entorno, los medios están en cada pequeño pueblo y los equipos están formados por voluntarios. Los niños y niñas aprenden pronto la labor que desarrollan y ellos mismos quieren formar parte de la comunidad. De mayores se convertirán en parte esencial de la protección de su pueblo. Estamos en un país donde no se implica a los ciudadanos en la conservación de su propio medio de vida. Si los políticos no son capaces de ser ejemplo y educar de forma efectiva a sus ciudadanos en preservar su propio país no sé por qué se extrañan de la desafección. Cambien su agenda de vacaciones y reúnanse ya con ciudadanos, brigadistas y comunidades autónomas. Hagamos algo ya, de una vez.
Eloísa Justo Villalobos. La Garriga (Barcelona)
Gracias, chicas
Después de años viendo disputas deportivas, el partido de la selección de fútbol femenino fue la primera y única vez que he disfrutado a tope aun viendo perder a mi equipo. Muchas gracias, llevaréis con orgullo el nombre de nuestro país por el mundo.
Joaquín Francisco Oviedo. Las Rozas de Madrid