A tus pies, Antonio, a tus pies
Los lectores opinan sobre Antonio Resines y su defensa de la sanidad pública, la polémica con el ‘streamer’ El Xokas, el ‘caso mascarillas’ y el acompañamiento a los ancianos en sus últimos años de vida
Tantas cosas malas he visto por este virus y tan pocas buenas. Tú eres una de esas pocas, Antonio... Ayer llegué cansada; en mi unidad pediátrica éramos cinco enfermeras, en mi turno ahora somos cuatro... tres las noches, fines de semana y festivos. Mis pacientes son lo primero, así que diariamente lucho esas ocho horas en el pasillo de mi hospital para que no les falte nada. Ayer fue un día malo, y al llegar a casa e intenta...
Tantas cosas malas he visto por este virus y tan pocas buenas. Tú eres una de esas pocas, Antonio... Ayer llegué cansada; en mi unidad pediátrica éramos cinco enfermeras, en mi turno ahora somos cuatro... tres las noches, fines de semana y festivos. Mis pacientes son lo primero, así que diariamente lucho esas ocho horas en el pasillo de mi hospital para que no les falte nada. Ayer fue un día malo, y al llegar a casa e intentar desconectar de mis niños, veo tus declaraciones y no puedo evitar las lágrimas por tu defensa de nuestra sanidad y tu compromiso poniendo voz y apoyando a los miles de compañeros que acaban de despedir. Tan necesarios, tan imprescindibles. También escucho a nuestro consejero realizando declaraciones en las radios, dándonos las gracias por nuestro trabajo en el día mundial de la salud días después de estos despidos. Irónico, ¿verdad? Así que solo puedo darte de nuevo las gracias y suplicarte que no dejes de denunciar la escasez de personal en todas las áreas, el cierre de nuestros centros de Atención Primaria, la precariedad de sus trabajadores, la escasa inversión en nuestras infraestructuras, las listas de espera interminables para quirófanos y especialidades y la sensación continua de que nuestro esfuerzo y sacrificio durante dos años no ha servido para que finalmente nos demos cuenta de lo importante que es una sanidad pública y universal.
Gracias Resines.
Marta Mellides González. Getafe
Por ahí, no
Joaquín El Xokas Domínguez, el streamer que reúne a un millón de personas en sus directos, compartió hace unos días con sus seguidores su estrategia para ligar. El truco consiste en ligar con chicas borrachas o drogadas, premeditadamente y estando sobrio. ¿No es esto apología de la violación? Se alienta la posibilidad de drogar o emborrachar deliberadamente a una persona para tener sexo con ella, a sabiendas de que no se tratará de un auténtico consentimiento. Esperar a que alguien se encuentre en ese estado para triunfar no es un truco para ligar; es un peligro y un delito. Y fomentar la violencia contra las mujeres, también.
Óscar Martínez Herrera. Sant Joanet (Valencia)
¿Comisionistas o ladrones?
Hace años que el eufemismo casi ha hecho olvidar la palabra franca, sencilla y directa con la que todos nos entendemos. Al pobre de solemnidad se le llama sin techo; a la crisis económica, desaceleración; al cojo, persona de movilidad reducida; al aborto, interrupción del embarazo; al pene, miembro viril; al culo, trasero; al bombardeo de civiles, daños colaterales; al jefe de personal, responsable de recursos humanos; al viejo, persona de edad avanzada; a los despidos, flexibilización de plantillas... Como soy partidario de llamar a las cosas por su nombre, diré que son comisionistas solo los que cobran una cantidad razonable por vender en nombre de otros, y ladrones los que se reparten seis millones por facilitar una venta de 11, pongo por caso.
Enrique Chicote Serna. Madrid
Pena, dolor, culpa
Mi madre se quedó sola ya cerca de los 80 años. Toda la vida cuidó hijos y abuelos. A mi padre lo cuidó siempre, hasta su muerte. Sus hijos la visitábamos a diario con cariño, y poco más. Nunca quiso salir de su humilde casa, ni que una persona la ayudase. Unos años antes de morir. la obligamos a cambiar de casa para que, en otro piso, estuviese cuidada. Para ella, ese tiempo, fue como una prisión. Cuando cayó enferma, ya cercano su fallecimiento, la ingresamos en una residencia. Si ya antes nos hablaba poco, lo dejó de hacer. Habría querido seguir en su casa, aun con dolores, y que la cuidásemos sus hijos…
Manuel Sánchez. Sabadell (Barcelona)