Los pilares de la Semana Santa

Chitón. La mayoría de los dirigentes de Vox guarda silencio. Apenas han hecho mención alguna sobre el resultado de la primera vuelta de las elecciones francesas en redes sociales, por lo que sea. Tampoco la cuenta oficial del partido. Qué necesidad. Como si en España hubiera algo o alguien que compartiera sus ideas. Qué tiempos aquellos. Hace tanto tantísimo de aquel encuentro entre Santiago Abascal y Marine Le Pen en Madrid el 28 d...

Chitón. La mayoría de los dirigentes de Vox guarda silencio. Apenas han hecho mención alguna sobre el resultado de la primera vuelta de las elecciones francesas en redes sociales, por lo que sea. Tampoco la cuenta oficial del partido. Qué necesidad. Como si en España hubiera algo o alguien que compartiera sus ideas. Qué tiempos aquellos. Hace tanto tantísimo de aquel encuentro entre Santiago Abascal y Marine Le Pen en Madrid el 28 de enero... Normal. Todo va tan rápido que uno no se acuerda ni de a quién ha invitado a su casa a comer, ayer. En fin.

La rueda sigue. Casi un millón de visualizaciones lleva ya otro vídeo de un diputado de la formación. Alberto Torradas, de 26 años, es uno de los 11 escaños de Vox en el Parlamento catalán. Torradas, un joven rubio de perfil cayetanesco, se subió al atril ―aunque más bien púlpito― y activó el micrófono el pasado 7 de abril para dirigirse a sus señorías catalanas. Ataviado con una americana beis, una camisa azul clara con los dos primeros botones desabrochados, dijo: “Me gustaría aprovechar estos últimos segundos que me quedan”. Fue con todo.

Analizó de lleno el principal problema de Cataluña: “Mientras a algunos les tiembla el pulso y se quedan en felicitar las fiestas primaverales u otro tipo de festividades, pues yo quiero decirlo así: ¡Que viva la Semana Santa! ¡Que vivan nuestros cristos nazarenos, nuestras vírgenes dolorosas y que viva Cristo Rey, pilar central de España, de nuestra cultura y de nuestra tradición!”. Será por pilares.

Inmediatamente, Torradas cortó esos 46 segundos de su intervención ―la necesidad de ser viral impera ya sobre cualquier discurso parlamentario― y lo subió a su cuenta de Twitter, donde levanta un pilar de 30.000 seguidores. Su biografía, por cierto, es muy sencilla: “Dios. Patria. Familia (emoticono de la bandera de España)”. En el tuit, donde colgaba su minuto de oro, añadió: “Ni fiestas primaverales, ni festividades extranjeras a nuestra tradición. Yo solo os felicitaré la Semana Santa. Viva Cristo Rey”. Más allá de que en todas las casas de España se felicite la Semana Santa cada cinco minutos ―bueno, sí, cada dos― aquello provocó un aluvión de respuestas entre sus propios compañeros de filas.

Rodrigo Jiménez Revuelta, diputado de Vox en el Congreso por Segovia, le dijo: “Gracias por tu valentía. Gracias por poner a Dios en primer lugar. Hacen falta más políticos valientes como tú”. Amén. Hay que recordar que estamos ante una felicitación de la Semana Santa. Poca broma con los nuevos mártires patrios. La biografía de su señoría Jiménez Revuelta en su perfil alberga tres emoticonos de banderas de España, pilares fundamentales de este tipo de cuentas políticas. Guillermo Díaz, parlamentario de Ciudadanos en Madrid ―sí, todavía quedan― dijo lo siguiente: “La Semana Santa no se felicita, pero bueno, aquí todos son igual de ocurrentes con nuestras tradiciones con tal de usarlas políticamente”. En ese “pero bueno” está el pilar de la breve historia de Ciudadanos.

Días más tarde, el diputado Torradas concedió una entrevista al digital Tradición Viva. Primera pregunta: ¿Por qué considera importante reivindicar la esencia católica de España? “Nosotros sabemos a lo que estamos”, respondió, por si había dudas de que Vox no estaba a lo que había que estar. “En estos tiempos donde todo se cuestiona y la tradición es silenciada y perseguida por las élites globalistas y sus lacayos locales”, continuó, “reivindicar la fe, la tradición y la Semana Santa es un gesto contracultural necesario”. No solo nos roban España, también la Semana Santa. La usuaria Carmela dio en el clavo del pilar: “Vamos camino del calvario”.