De Mariupol a Gernika
Zelenski apela al atroz bombardeo de la guerra civil española para pedir firmeza en la solidaridad con Ucrania
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se dirigió ayer por videoconferencia a los representantes políticos españoles reunidos en el Congreso para apelar a la solidaridad del país y a la contribución de sus instituciones a la presión internacional para poner fin a la agresión de Rusia. Para ello utilizó una referencia a la historia trágica de España cargada de potente simbolismo. “Estamos en abril de 2022, pero podríamos estar en abril de 1937, cuan...
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se dirigió ayer por videoconferencia a los representantes políticos españoles reunidos en el Congreso para apelar a la solidaridad del país y a la contribución de sus instituciones a la presión internacional para poner fin a la agresión de Rusia. Para ello utilizó una referencia a la historia trágica de España cargada de potente simbolismo. “Estamos en abril de 2022, pero podríamos estar en abril de 1937, cuando el mundo descubrió lo que había pasado en Gernika”. La localidad vasca padeció un bombardeo masivo de población civil inerme por parte de la aviación extranjera (alemana e italiana) aliada de Franco. Zelenski venía de visitar la ciudad de Bucha un día antes. Allí fue testigo, junto a la prensa internacional, de la barbarie cometida por las tropas de Vladímir Putin durante un mes de ocupación. Cientos de cadáveres desperdigados por las calles, algunos con signos inequívocos de ejecución a sangre fría, han sobrecogido al mundo y han reforzado los llamamientos a endurecer al máximo las sanciones contra Rusia y a empezar a preparar un caso de persecución legal internacional de sus responsables.
En el hemiciclo estaban diputados y senadores, el Gobierno en pleno, el embajador de Ucrania en España y los de la UE. Zelenski habló vestido con camisa verde militar, con un fondo blanco y una bandera ucrania a su derecha. Es una imagen repetida ya en una veintena de foros antes, del Congreso de EE UU a la Cámara de los Comunes británica, y de la Knesset israelí al escenario de los premios Grammy. En todos y cada uno ha buscado la empatía de sus interlocutores con episodios concretos de su historia, como hizo ayer en España. Antes había hablado ante el Consejo de Seguridad de la ONU y también adaptó su discurso para oídos de diplomáticos. Colocó a la ONU ante su incapacidad para prevenir conflictos, pidió justicia internacional para los líderes rusos y puso a los nazis como ejemplo.
Zelenski, de 44 años, accedió a la presidencia de Ucrania en 2019 con un mensaje europeísta y sin experiencia en política. Es un cómico que se hizo popular interpretando a un presidente accidental en una serie televisiva. Ahora está reinventando las reglas de la diplomacia y la definición de líder en el siglo XXI, gracias a su habilidad para la comunicación instantánea en redes y el dominio del medio audiovisual. El político más popular del mundo es un actor ucranio desconocido por el gran público hace dos meses. Las comparecencias solemnes ante parlamentos extranjeros son solo otro registro más de un hombre con una habilidad para hablarle a una cámara que no se aprende en una campaña electoral.
Este poder de comunicación no valdría de mucho si Zelenski no tuviera la razón de su parte. Según el presidente, la masacre de Bucha es solo un ejemplo de lo que se sabrá a medida que el Ejército ruso se vaya retirando hacia el este del país. Si se confirma, la elevación de las sanciones contra Rusia debe ser apoyada con unidad política y sin titubeos y, sobre todo, deben cumplirse escrupulosamente y por parte de todos, como reclamó Zelenski a varias empresas españolas. Sanciones a Rusia y soporte militar y humanitario a Ucrania para defender a su población. Cuando Zelenski recuerda a los países sus tragedias, como la de 1937, invoca un pasado espantosamente presente.