El examen viral de sintaxis: nadie conoce a los Beatles

Un profesor extremeño de primero de Bachillerato se hace viral con una prueba de Lengua y Literatura

The Beatles, en 1963.Mirrorpix (Mirrorpix via Getty Images)

―Me pillas en la pescadería, dame un minuto.

La viralidad también es esto. Salir a pasear, visitar un museo, tomar unas cañas. O comprar una lubina. José Preciado es un profesor de Lengua y Literatura. Extremeño y de 58 años, da clases en el instituto Santa Eulalia de Mérida a 90 chavales de primero de Bachillerato, muchachos que deambularán por las facultades universitarias en un par de años. Preciado apareció sonriente en su clase a las 9.30 del pasado jueves con un taco de exámenes. Llevaban por título “muerte por sintaxis”. Ojito. Diez oraciones de diversa índole ―valoradas con tres...

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―Me pillas en la pescadería, dame un minuto.

La viralidad también es esto. Salir a pasear, visitar un museo, tomar unas cañas. O comprar una lubina. José Preciado es un profesor de Lengua y Literatura. Extremeño y de 58 años, da clases en el instituto Santa Eulalia de Mérida a 90 chavales de primero de Bachillerato, muchachos que deambularán por las facultades universitarias en un par de años. Preciado apareció sonriente en su clase a las 9.30 del pasado jueves con un taco de exámenes. Llevaban por título “muerte por sintaxis”. Ojito. Diez oraciones de diversa índole ―valoradas con tres, dos y un punto― con un mismo patrón. Todas eran del artista Alizzz, músico y productor catalán de 38 años, que ha compuesto temas para lo mejor del panorama musical actual: C Tangana, Rosalía, Amaia. Trap, afrobeat, reggaetón. Sintaxis, vamos.

Preciado, “como llevo haciendo desde hace 30 años”, ofreció a sus jovenzuelos tres discos hace unas semanas: el último de Zahara, el de Alizzz y el del grupo de rock andaluz Derby Motoreta´s. Los chavales, en una votación abrumadora, se decantaron sin ninguna duda por el artista catalán. “No sabéis lo que habéis hecho”, avisó. “Esto es trap”, observa él mismo por teléfono. “Es muy difícil sacar 30 oraciones analizables de ahí. Pasé ciertos apuros”. Algunas de las diez frases eran las siguientes: “Me has escrito algo corto y bonito”. Un punto. “Ojalá os muráis todos los que aún sabéis hacerlo”. Dos puntos. “Con cuchillo de cocina mi cabeza abriría para olvidarme para siempre de que tú me querías”. Tres.

Al final del ejercicio, Preciado añadió un “bonus”, un guiño viral a la muchedumbre. El primer alumno que lograra que el artista Alizzz compartiera en Twitter un mensaje referente a este examen, obtendría un punto extra en la evaluación. Una hora después de la prueba, el músico ya había recibido un aluvión de tuits de los chavales. No hay trap que por bien no venga. Pero —siempre hay peros en los ejercicios— el productor musical no se ciñó al examen. Subió el pantallazo con las oraciones y una frase: “Va, profe, súbeles un punto a toda la clase (emoticono de corazón roto)”. Preciado contestó a Alizzz sin remordimientos: “Solo puedo hacer aquello que me he comprometido por escrito, pero gracias por tu interés”. Vamos, que no.

El tuit de Alizzz se compartió cientos y cientos de veces entre el pueblo tuitero. “Profesores así son los que hacen falta, coño”. “¿Un punto por un RT?”. “Hace siglos que no hago sintaxis, pero diría que son jodidas de analizar”. Tertulianos por todos lados. España en acción. Preciado, sin tapujos, opina que su principal función es hacer exámenes contra Internet. Pide siempre a los alumnos que coloquen los teléfonos encima de la mesa. Algunos llevan dos, por si acaso. “¡Clavan párrafos de Wikipedia!”. Una vez, incluso, tuvo que desmontar un analizador sintáctico digital ―una especie de rincón del vago de la sintaxis― que fallaba como una escopeta de feria. Nadie volvió a usarlo.

Preciado comenzó haciendo estos exámenes con Gabinete Caligari. Trata de sumergirse en las letras que escuchan sus alumnos para hacer más amenos los exámenes. “No me he atrevido todavía con el reggaetón”. Hace tres años, Camela entró al trapo en Twitter con su gran oración: cuando zarpa el amor. Hace dos, Vetusta Morla. “Esto para los alumnos es un juego, un punto para un chaval no le cambia la vida”. Avisa, eso sí, de que nadie conoce ya la canción de 19 días y 500 noches. “El valor añadido del rock se ha perdido. Lo relacionan con música de puretas, de mayores. Son nietos de gente que es fan de Led Zeppelin. Olvídate también de los Rolling o los Beatles. La sensación que tienen es parecida a la de escuchar la copla de tus abuelos”. ¿Ha corregido los exámenes? “Sí, van bien”.

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