Acabad con el tirano

Ucrania está siendo invadida en una cruel e injustificada invasión a base de bombardeos que, mayoritariamente, sufre la población y las infraestructuras civiles, sin diferenciar si matan mujeres, ancianos o niños, o si destruyen hospitales, refugios o escuelas. Además, el máximo responsable de esta masacre, Vladímir Putin, impone a su pueblo la prohibición de la libertad de información y de prensa, dando validez solo a la fuente oficial, que está manipulada y falseada, manteniendo a...

Ucrania está siendo invadida en una cruel e injustificada invasión a base de bombardeos que, mayoritariamente, sufre la población y las infraestructuras civiles, sin diferenciar si matan mujeres, ancianos o niños, o si destruyen hospitales, refugios o escuelas. Además, el máximo responsable de esta masacre, Vladímir Putin, impone a su pueblo la prohibición de la libertad de información y de prensa, dando validez solo a la fuente oficial, que está manipulada y falseada, manteniendo a sus ciudadanos en una oscuridad total de la realidad. El pueblo ruso debe reflexionar sobre qué futuro quieren, porque tras esto les prohibirán la libertad de movimientos, de reunión, de pensamiento... Deben rebelarse contra el tirano, salir a la calle y colgar en las ventanas, en vehículos, una bandera blanca como símbolo del cese de hostilidades y de dar paso a parlamentar. Que Putin se dé cuenta de que su pueblo quiere progresar y no aislarse. Rusia ha mantenido y mantiene fuertes lazos de sangre y amistad con Ucrania. No hay motivos para seguir con esta terrible situación.

Antonio Becerril García. Zaragoza

Un campo de minas

El mundo está en guerra. Aunque la batalla más ardua está en Ucrania, no es el único foco que arde. Las tensiones geopolíticas afloran día sí, día también, formando un extenso campo de minas que obliga a los Estados a actuar como funambulistas de un circo que ellos mismos han montado. Pandemias, inflación, desigualdades, vandalismo, violencia, crisis migratorias, cambio climático... Un verdadero espectáculo de los horrores. Me levanto cada mañana y, cuando pongo las noticias, todo a mi alrededor se detiene. Absorta, tengo que acercarme el móvil para comprobar la fecha y a continuación pellizcarme la mejilla porque no sé si he retrocedido en el tiempo o si aún estoy durmiendo. Es triste darse cuenta de en qué nos hemos convertido y el mundo que hemos creado, o mejor dicho, el que hemos venido a destruir.

Marta Guerrero. Manresa (Barcelona)

El futuro PP

Visto el pacto, teatralizado, del PP y la extrema derecha para gobernar en Castilla y León, además de la violencia verbal y gestual de Cuca Gamarra en la última sesión de control, resulta innecesaria cualquier declaración de Feijóo sobre su proyecto para el partido que opta a presidir. Nos ha quedado claro.

Myriam Almaraz Almaraz. Salamanca

Felicidades, Ramón

Mi padre falleció el 1 de marzo. A pesar de estar muy malito en cada visita al hospital me preguntaba por la actualidad y yo le ponía al día sobre el conflicto ruso y la crisis en el PP. Lo que me estoy perdiendo, decía. Fiel lector de EL PAÍS durante toda su vida, una de las últimas cosas que me dijo fue: que no se te olvide guardarme los periódicos. Nunca llegó a leerlos, la pandemia se los arrebató a 11 días de cumplir 80 años. Con la ilusión que tenía por celebrarlos. Hoy, 12 de marzo, me gustaría rendirle homenaje y decirle: Felicidades, papá, allá donde estés, seguro que sigues leyendo este espacio. Te queremos.

Pamen García Urbón. Tres Cantos (Madrid)