Abel Caballero reina en la Navidad mundial
En el caos navideño de los nuevos tiempos no hay una fecha que marque tanto el inicio de las celebraciones como el encendido de luces
No es ninguna broma. Hubo un tiempo en que la Navidad empezaba el 25 de diciembre. Pero, en la práctica, los mantecados, los mazapanes y los turrones cada año llegan antes a los supermercados y a los michelines, de donde no hay dios en el mundo que los saque. Por Madrid los almendrados llegaron a mediados de septiembre. De un día para otro desaparecieron las sandías y los melones de las estanterías. El hueco fue usurpado de golpe por decenas de turrones. A las dos semanas comenzaron a reproducirse. A primeros de noviembre, lógicamente, el supermercado era suyo.
Este caos navideño de los...
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No es ninguna broma. Hubo un tiempo en que la Navidad empezaba el 25 de diciembre. Pero, en la práctica, los mantecados, los mazapanes y los turrones cada año llegan antes a los supermercados y a los michelines, de donde no hay dios en el mundo que los saque. Por Madrid los almendrados llegaron a mediados de septiembre. De un día para otro desaparecieron las sandías y los melones de las estanterías. El hueco fue usurpado de golpe por decenas de turrones. A las dos semanas comenzaron a reproducirse. A primeros de noviembre, lógicamente, el supermercado era suyo.
Este caos navideño de los nuevos tiempos no tiene una fecha clara de inicio en el mundo. La humanidad funciona con sus costumbres. Cada día hay miles de foros por cientos y cientos de ciudades, pero no hay cónclaves que debatan cuándo demonios deberían empezar ahora las nuevas señales navideñas de aviso para los Reyes Magos. ¿A primeros de septiembre con el inicio de curso?, ¿qué tal octubre con el puente de la Hispanidad de por medio? Pero de pronto, qué narices, aparece Abel Caballero el 20 de noviembre a las ocho y media de la tarde en una plaza de Vigo y lo niega todo.
El alcalde socialista reventó los audímetros de Twitter este fin de semana con su encendido navideño de luces. Fue lo más comentado durante 48 horas. Allí convocó a miles de ciudadanos de todos los rincones de España. Sobre un escenario, agarró el micrófono y dijo: “Primero voy a levantar el seguro del botón rojo. Susana, acércate aquí conmigo”. Susana es la viguesa Susana Rodríguez Gacio, reciente campeona paralímpica de triatlón con 33 años. Susana sonrió e intentó tocar inmediatamente el botón nuclear navideño. “¡No le des que enciende! ¡Si le das se enciende!”, recriminó Caballero para, acto seguido, quitarle hierro al asunto y gritar: “¡Lo vamos a petar!”. Y tanto. Caballero no abandonó un segundo el micrófono, que ya era ―y es― un elemento más de su cuerpo: “Cuando contemos [hasta diez]”, observó, “empezará la Navidad en todo el planeta. Diez, nueve, ocho… ¡Arranca la luz, arranca la Navidad!”. Dicho y hecho. La Navidad mundial empezó en Vigo.
Minutos después, se vino arriba: “No hay nieve en el mundo como la de Vigo”. Los tuiteros, claro, olieron la sangre: “Empieza fuerte la nueva temporada de Fariña”. “La nieve de Medellín es parecida”. Caballero, ajeno al eco de las redes, continuó. Pidió a los vigueses que mirasen al cielo. Les dijo que sobre sus cabezas había una luz en el firmamento con un brillo deslumbrante. “¡Es la Estación Espacial Internacional!”, vociferó. Se dirigió a los astronautas en inglés. Les pidió, ya puestos, que sacaran una foto aérea de la iluminación para demostrar cómo su luz llenaba el espacio. Una cosa son los drones y otra los astronautas que sobrevuelan Galicia.
Los asistentes no daban crédito. Tal fue la crisis, que el Faro de Vigo ordenó hacer una noticia este domingo con el siguiente titular: “¿Pasó la Estación Internacional por encima de Vigo durante el encendido de luces?”. La duda ofende. ¡Claro que pasaron!, pero un rato antes. “El alcalde erró el cálculo por menos de diez minutos”, explica la crónica, “la estación sobrevoló el cielo de la ciudad a las 20:51 entre 10 grados al suroeste y 23 al noreste”.
En agosto de 2019, tras arrasar en la ciudad con el 68% de los votos, Caballero se confesó en una entrevista con EL PAÍS: “¿Populista? Un populista es alguien que promete y no cumple. Yo cumplí todo. Por eso me votan. Voy a un concierto y me aplauden 100.000 y me podían pitar, ¿eh? ¿Quién dice que eso es populista? Los que pierden”. En 2023 le votarán hasta en el espacio.