La maldición de Maradona y Messi
Aunque los argentinos han ganado 14 veces, ninguno de sus dos grandes astros, Diego Maradona y Leo Messi, alzó nunca la copa
En 1916, cuando se disputó por primera vez lo que hoy se llama Copa América, aún existían el Imperio Austrohúngaro y la Rusia de los zares. Fue un torneo inventado por Argentina, en aquella época uno de los países más ricos del mundo. “Riche comme un argentin”, se decía en París. Ha llovido desde entonces. Pero un detalle se ha mantenido constante. Los argentinos, que organizaron la competición para celebrar el centenario de su independencia y pagaron de su bolsillo el trofeo (adquirido en una joyería de Buenos Aires, plata de ley, 3.000 francos suizos), nunca han tenido demasiada suerte. Aunq...
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En 1916, cuando se disputó por primera vez lo que hoy se llama Copa América, aún existían el Imperio Austrohúngaro y la Rusia de los zares. Fue un torneo inventado por Argentina, en aquella época uno de los países más ricos del mundo. “Riche comme un argentin”, se decía en París. Ha llovido desde entonces. Pero un detalle se ha mantenido constante. Los argentinos, que organizaron la competición para celebrar el centenario de su independencia y pagaron de su bolsillo el trofeo (adquirido en una joyería de Buenos Aires, plata de ley, 3.000 francos suizos), nunca han tenido demasiada suerte. Aunque han ganado 14 veces, una menos que Uruguay, ninguno de sus dos grandes astros, Diego Maradona y Leo Messi, alzó nunca la copa.
Sí levantó una vez el trofeo el tercer mito, Alfredo di Stéfano. Fue en 1947. Pero entonces Di Stéfano era un chavalín de 21 años eclipsado por otras figuras del River Plate apodado La Máquina. El jefe de aquel River Plate y de la selección era José Manuel Moreno, El Fanfa, tanguista y mujeriego, futbolista deslumbrante y maestro del joven Alfredito. Di Stéfano, que ya no ganó nada más con la selección argentina (luego jugó con las de Colombia y España), imitó durante el resto de su carrera el “fútbol total” de El Fanfa y probablemente llegó a superarle.
El caso es que ni Maradona ni Messi salieron campeones. Lo de Maradona resulta curioso. Fracasó en la edición de 1979, con una sola victoria, frente a Bolivia, pese a que aquel mismo año había arrasado en el Mundial sub-21 de Japón. Volvió a fracasar en 1987, con la misma selección que un año antes ganó el Mundial de México y jugando en estadios argentinos: Uruguay, que para eso está siempre ahí, le cerró el paso. Y en el tercer intento, en 1989, ocurrió lo mismo. Argentina perdió frente a Uruguay y Brasil. Maradona nunca jugó un gran partido en la Copa América.
Leo Messi ha perseguido el trofeo con la máxima tenacidad. Ha disputado 27 encuentros de la Copa América (con pocos goles, nueve) y sólo ha perdido tres. Justamente tres finales. En la primera, 2007, acompañado por Riquelme y Tévez, Argentina fue barrida por Brasil (3-0). En la segunda, 2015, Chile ganó por penaltis. En la tercera se repitió el resultado, con Chile vencedor por penaltis. Con una diferencia: Messi falló su pena máxima, se apartó del grupo durante el resto de la serie y al acabar la final se despidió: “Se terminó para mí la selección”, dijo. “Lo intenté mucho, no es para mí. Me duele más que a ninguno no ser campeón con Argentina. Me voy sin conseguirlo”.
Pero ahí está de nuevo Leo Messi, que durante el torneo cumplirá 34 años. Quizá es su última oportunidad. Si le salieran muy bien las cosas y marcara más de seis goles no sólo reforzaría su marca como máximo goleador histórico de la selección argentina, sino que superaría a Pelé como máximo goleador de las selecciones sudamericanas. Si además ganara la final, podría por fin decir que le dio a la albiceleste un título.
Si todo eso no ocurriera, no haría más que confirmarse el infortunio de las estrellas argentinas en el torneo nacido en su país.