Las discrepancias en la UE sobre los avances federales

La Conferencia sobre el Futuro de Europa no debe limitar lo que la ciudadanía está demandando. Se debe abordar la reforma de los Tratados

El presidente de la Conferencia sobre el futuro de Europa, ​Guy Verhofstadt.JOHANNA GERON (Reuters)

La Conferencia sobre el Futuro de Europa nace de una propuesta del presidente Macron en 2019 en la Universidad Sorbona de París, donde innova en el proceso de reforma de la Unión Europea al proponer una consulta previa a la ciudadanía y a la sociedad civil antes de iniciar el proceso formal de reforma mediante la Convención Europea y...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La Conferencia sobre el Futuro de Europa nace de una propuesta del presidente Macron en 2019 en la Universidad Sorbona de París, donde innova en el proceso de reforma de la Unión Europea al proponer una consulta previa a la ciudadanía y a la sociedad civil antes de iniciar el proceso formal de reforma mediante la Convención Europea y la Conferencia Intergubernamental, con objeto de acercar a los ciudadanos al proceso político.

Dicha propuesta fue recogida por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su discurso de investidura del 16 de julio de 2019 ante el Parlamento Europeo cuando afirmó que “los representantes de las instituciones y de la sociedad civil” debían tomar parte “en pie de igualdad y con una fuerte participación de los jóvenes”. Además afirmaba: “estoy abierta a la reforma de los Tratados”.

A lo largo de 2020 se convocó la Conferencia sobre el Futuro de Europa para el 9 de mayo en Dubrovnik (Croacia). Sin embargo, como consecuencia de la pandemia y el confinamiento, así como la falta de acuerdo entre las instituciones, se produjo un retraso de un año. Finalmente, el 10 de marzo del presente año, doce meses después de lo previsto, se convocó la Conferencia sobre el Futuro de Europa (CoFoE) por parte de los tres presidentes de las instituciones europeas: Parlamento Europeo, Comisión Europea y Consejo de la Unión.

A mi juicio, el problema real en el retraso de la convocatoria ha sido debido a que los Estados miembros no aceptaban la figura del eurodiputado Guy Verhofstadt como presidente de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, ya que entendían que era demasiado federalista. Con este motivo y con el fin de solventar el escollo, la fórmula que se ha implementado en la convocatoria es que haya una presidencia tripartita de los tres dirigentes de las instituciones, aunque, en la práctica, será una Consejo Ejecutivo la que organice y dirija la Conferencia sobre el Futuro de Europa.

En este sentido, la Declaración Interinstitucional afirma que “se creará un comité ejecutivo, que consistirá en una representación paritaria del Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión Europea, con tres representantes y hasta cuatro observadores por institución”. Este Comité Ejecutivo ha tenido ya dos reuniones, el miércoles 24 de marzo y el miércoles 7 de abril de 2021, y está prevista la próxima el próximo miércoles 21 de abril.

Pese a la negativa de los Estados miembros hacia el eurodiputado, este ha sido nombrado uno de los tres representantes del Parlamento Europeo en este Consejo Ejecutivo y, por tanto, copresidente del Consejo Ejecutivo. De las reuniones de este Consejo Ejecutivo, y en la medida en que se ha encargado la realización del Reglamento Interno de la Conferencia a Guy Verhofstadt parece que, de momento, liderará el Consejo Ejecutivo y, por ende, la Conferencia sobre el Futuro de Europa y el alcance de la misma.

La convocatoria está bien estructurada en cuanto a la representación de las instituciones, pero, sin embargo, se echan en falta referencias menos genéricas de cómo se va a articular la representación de la sociedad civil y de los ciudadanos, a pesar de que estos son la razón de ser de la Conferencia, es decir, el escuchar a los ciudadanos y el hacer propuestas conjuntas con los representantes de las instituciones.

Hay que recordar que durante los últimos meses la Unión Europea, como consecuencia de la pandemia, ha adoptado importantes medidas que implican un avance federal como es el Plan de Recuperación y al Fondo de Nuevas Generaciones Europeas, ya que el reparto del fondo se hace en función de las necesidades y no en relación a una lógica intergubernamental que se basaría en el porcentaje de la población o del PIB. Esto lleva a que, de los 750.000 millones de euros, España reciba 140.000 millones e Italia 210.000 millones de euros ya que son los países que más están sufriendo como consecuencia de la pandemia. Mientras que los Países Bajos, que tienen un PIB similar al español reciban, únicamente, 3.500 millones de euros.

Es también federal la forma de obtener esta financiación que se hace a través de un empréstito mancomunado del conjunto de la Unión Europea, y no a través de los Estados miembros. Ha sido también federal la intervención del Banco Central Europeo donde ha liberado toda la financiación necesaria a tipos de interés minúsculos sin apenas contrapartidas. En la misma línea, también entiendo que es federal la casi duplicación del Marco Financiero Plurianual para el periodo 2021-2027 y las decisiones sobre compra y distribución de vacunas.

A mi juicio, el tema de fondo de la Conferencia sobre el Futuro de Europa que ya se ha suscitado, incluso antes de empezar, es la cuestión del alcance del avance federal de la misma, ya que algunos Estados miembros al oponerse a Guy Verhofstadt han querido frenar este proceso antes de empezar. Sin embargo, en la medida en que la Conferencia tiene que escuchar y trabajar con los ciudadanos y la sociedad civil; y atendiendo a las posiciones de estas y a los planteamientos que surgen de los últimos eurobarómetros, podemos entender que la ciudadanía europea está a favor de consolidar los avances de carácter federal que se han venido haciendo, y a los que ya he hecho referencia, en cuanto que solicitan la profundización en el ámbito de las competencias sociales, fiscales, monetarias, de política exterior, de calidad democrática…

De igual manera, la Estrategia de Acción Exterior Española recientemente aprobada señala en su página 65 que: “impulsará una Unión Europea más federal. Para ello serán fundamentales en primer lugar la implementación activa del Plan de Recuperación para Europa y el nuevo presupuesto de la Unión, así como la culminación de la unión económica y monetaria, el impulso de la Europa social y el Pacto Verde Europeo y la gestión coordinada de las fronteras. Pero España aspira a ir más allá. […] “La Conferencia sobre el Futuro de Europa ofrece una oportunidad única para avanzar en este sentido, y España aspira a tener un papel fundamental, propositivo y dinamizador en ella”.

Así pues, se puede concluir con las palabras del propio Guy Verhofstadt quien afirmó: “les corresponde a los ciudadanos decidir qué esperan de la Unión Europea y cómo hacer que eso ocurra. Es su Europa y su futuro, por lo tanto, es su Conferencia” y, por tanto, no cabe establecer, previamente, límites al avance federal que la ciudadanía está demandando, y habrá que abordar la reforma de los Tratados que, de facto, se está potenciando durante los últimos meses a través de las iniciativas señaladas.

Francisco Aldecoa Luzarraga es presidente del Consejo Federal español del Movimiento Europeo y catedrático de Relaciones Internacionales en la UCM.

Más información

Archivado En