Un libro

Los lectores escriben sobre los libros, la política, las mascarillas en las playas y piden un parque público de vivienda para alquiler

Un hombre lee un libro en un banco del Parque del Retiro en Madrid.MOKHTAR ATITAR

Siempre que me encontraba por la calle un banco lleno de libros que alguien había dejado allí para que cualquier transeúnte pudiera llevarse el que más le gustase, pensaba en el buen gesto que la persona había tenido, pero nunca en la historia detrás de ella: una marcha voluntaria, una huida, un final... Hasta que me tocó a mí deshacerme de los míos. Y no sé si será el chacachá del tren, el cansancio de la mudanza o el paisaje, pero he empezado a pensar en mis libros. Y es que ayer, tras dejarlos en el banco de mi calle, subí corriendo y me asomé a ver si era verdad que la gente se los ...

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Siempre que me encontraba por la calle un banco lleno de libros que alguien había dejado allí para que cualquier transeúnte pudiera llevarse el que más le gustase, pensaba en el buen gesto que la persona había tenido, pero nunca en la historia detrás de ella: una marcha voluntaria, una huida, un final... Hasta que me tocó a mí deshacerme de los míos. Y no sé si será el chacachá del tren, el cansancio de la mudanza o el paisaje, pero he empezado a pensar en mis libros. Y es que ayer, tras dejarlos en el banco de mi calle, subí corriendo y me asomé a ver si era verdad que la gente se los llevaba. No solo se los llevaban, hacían cola. Y pensé que cuantos más libros se llevaban menos páginas le quedaban a mi historia, y al mismo tiempo sentí la alegría de saber que cuando nos marchamos dejamos una parte de nosotros a los que se quedan; en sus mesitas de noche, en un cajón. Unas líneas, un capítulo, un libro.

Raúl Expósito. Madrid

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Gobiernos débiles

Pasan los meses y entristece comprobar la creciente desafección que siente la ciudadanía hacia gran parte de los responsables públicos de cualquier Gobierno, y no digamos hacia tantos dirigentes de partidos políticos. Alarma tanta pasividad y ausencia de liderazgo con decisiones convincentes en momentos difíciles. Todo a remolque de estrategias, del qué dirán y de especulaciones antes o después de elecciones. ¿Para cuándo gobernar? Sin mayorías claras, ¿nos ha condenado la pluralidad a Gobiernos perpetuamente débiles? Mientras tanto, líderes que en sus horizontes no ven ciudadanos, solo sillones y poltronas; que envidian al rival no por sus méritos, sino por sus cargos.

Ángel Andrés Villuendas. Barcelona

Dos bañistas en la playa de la Malvarrosa (Valencia) toman el sol con mascarilla.Mònica Torres

En la playa con mascarilla

Me pregunto si las autoridades sanitarias consideran que llevar mascarilla en la playa no perjudica a la piel. Y dentro del agua, ¿consideran hacer deporte estar metido en el agua, o solo pueden estar dentro los que naden o buceen? ¿Dónde dejan la mascarilla para ponérsela al salir? ¿Alguien me lo aclara?

Mª Ángeles Lázaro Magide. Madrid

Se necesitan armas

¡Atención! Se necesitan armas de destrucción masiva para frenar el 40% de paro juvenil que se aproxima por el frente. Bombarderos para dinamitar el 1,2% del PIB español destinado a investigación y ascenderlo hasta el 3%, como mínimo. Y ataques con napalm para crear barreras de fuego a todo aquel que pretenda recortar en sanidad. En esta guerra no pueden, no deberían, existir colores.

Guillermo Güemes Gómez. Seseña (Toledo)

La vivienda como derecho

La auténtica solución al problema es construir suficiente vivienda pública y alquilarla a una renta acorde con los ingresos del inquilino. Se alegará que no hay dinero. Pues bien, con el dinero que haya, que algo sí hay, se debería empezar a construir pisos para los más vulnerables, manifestar que ese es el camino y que en años venideros se le dedicarán partes crecientes de los presupuestos hasta que el precio de la vivienda deje de ser un problema y deje de forzar nuestro decrecimiento demográfico. Muchas familias no pueden formarse por la imposibilidad de tener un techo digno.

Santiago F. Díez-Picazo. Madrid

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