Gracias, sanitarios

Hace un año acudíamos puntuales a la cita de las ocho de la tarde. Era el momento de nuestro aplauso diario. Un aplauso cargado de homenaje, tan fuerte como las ganas que teníamos de acabar con el confinamiento, acompañar a las personas enfermas, despedir a los difuntos y reconocer el esfuerzo del personal sanitario. Personal sanitario que se enfrentó, en primera línea de pandemia, sin protección, a una enfermedad desconocida. Cuidaron de nuestros enfermos, los acompañaron y apretaron la mano de quien n...

Hace un año acudíamos puntuales a la cita de las ocho de la tarde. Era el momento de nuestro aplauso diario. Un aplauso cargado de homenaje, tan fuerte como las ganas que teníamos de acabar con el confinamiento, acompañar a las personas enfermas, despedir a los difuntos y reconocer el esfuerzo del personal sanitario. Personal sanitario que se enfrentó, en primera línea de pandemia, sin protección, a una enfermedad desconocida. Cuidaron de nuestros enfermos, los acompañaron y apretaron la mano de quien no pudo superar la enfermedad. Ahora dicen que todo el personal sanitario está vacunado. Y prácticamente casi todo el personal esencial. Y yo me pregunto, ¿no es momento ahora de recompensarles? Aplaudo su esfuerzo y dedicación como lo hacía hace un año, y pido a las autoridades políticas y sanitarias correspondientes que sepan recompensarles debidamente.

Carmen Revillo Rubio. Valencia

No comprendo nada

Después de ver el telediario me quedé sin comprender la noticia que acababan de dar: tenemos que llevar puesta la mascarilla en todos los sitios, incluida la playa, aunque se pueda mantener la distancia de seguridad, aunque uno esté solo, y por espacios naturales como el campo, aunque uno vaya solo. Me gustaría saber a qué tenemos que atenernos. Por lo que deduzco solamente podemos estar sin mascarilla en casa, con las ventanas abiertas y con las personas que convivimos. La incongruencia de esta medida es total. Tengo la esperanza de que den marcha atrás.

Queca Lara Pérez. Godella (Valencia)

Frente a los irresponsables

Ante la polémica en relación con la intervención de la policía en dos fiestas ilegales en Madrid, lo mejor sería aprobar urgentemente una normativa que, sin margen para la duda, habilitase la actuación de los agentes en casos como estos. La tragedia que estamos viviendo, la proliferación de incumplimientos en pisos turísticos, la desmoralización de la mayoría que —con esfuerzo y disciplina— sí cumple con las restricciones, ayudaría a combatir con eficacia las conductas insolidarias de los irresponsables. Es hora de ayudar, sin complejos ni retórica, a que las normas para frenar la propagación del virus se cumplan.

María del Carmen Muñoz. Madrid

Memoria

La actuación del Ayuntamiento de Palma en lo relativo al cambio en el callejero ha sido de una torpeza que se aproxima a la idiotez. Me gustaría saber si queda algún descendiente de los insignes marinos que puedan haberse sentido agraviados. También me gustaría saber el sentir de otros familiares y cómo se debería calificar la actuación del Ayuntamiento de Madrid en la retirada de determinadas placas en sus calles y también en el cementerio de la Almudena, por ejemplo.

Miguel Delgado Almendros. Madrid

Seguridad en el cine

Hace unos días me atreví a acudir a una sala cinematográfica para ver una película. Hacía más de un año que no veía cine en sala y eso que en la época prepandemia era aficionado habitual. Comprobé que en el cine separaban los asientos y que podría ser un lugar seguro. Sin embargo, al entrar en las salas observé cómo en varias de ellas entraban espectadores con bebida y comida comprada en el bar del local. La aparente seguridad se me vino abajo. ¿Qué objeto tiene la separación de butacas si el de al lado está sin mascarilla comiendo y bebiendo? Si se quiere que resurja la asistencia a las salas de cine, si se ama el cine, ¿no valdría la pena prohibir entrar a las salas con comida y bebida durante la pandemia?

Manuel Martínez Pérez. Pozuelo de Alarcón (Madrid)

Un nuevo sueño

Ahora mismo el sueño de muchos podría ser vivir en Gibraltar. Sin mascarillas ni toque de queda, y con muy pocos casos de coronavirus. ¿Se puede pedir más ahora mismo?

Clara San Miguel Rodríguez. Madrid

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