Embarazo y covid

El virus apenas se trasmite de madre a feto, pero la embarazada tiene más riesgo de hospitalización

Mujer embarazada en una imagen de archivo.UGR/ARCHIVO (Europa Press)

La pandemia estaba en sus primeras fases cuando una colega de este periódico me preguntó por los riesgos para las embarazadas. Tenía una amiga en esa situación que vivía en Londres, cuando Londres era un cocedero de coronavirus, y quería saber si tenía que largars...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La pandemia estaba en sus primeras fases cuando una colega de este periódico me preguntó por los riesgos para las embarazadas. Tenía una amiga en esa situación que vivía en Londres, cuando Londres era un cocedero de coronavirus, y quería saber si tenía que largarse de allí o qué hacer. Le respondí enseguida a mi colega que las embarazadas no eran un grupo de riesgo, ella me dio las gracias y ahí quedó la cosa. Pero no me quedé satisfecho con mi propia respuesta –la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia—, y desde entonces he tenido un ojo puesto en la cuestión, y le he mandado a mi colega unas pocas novedades que han ido saliendo. El niño nació la semana pasada, y tanto él como su madre están bien. Pero los datos que vamos conociendo tal vez ayuden a otras embarazadas. Veamos el estado de la cuestión, con la ayuda de un concienzudo análisis de Nidhi Subbaraman para Nature. Las observaciones de los últimos meses indican que las embarazadas con covid-19 tienen un riesgo incrementado de hospitalización y complicaciones graves. Eso significa que sí son un grupo de riesgo, contra lo que le dije a mi colega hace casi un año. Créanme que me he sentido aliviado cuando he sabido que la madre y el bebé londinense están en perfecto estado. Por más años que lleves informando de ciencia, es fácil olvidarse de la responsabilidad social que adquieres con ello. Prometo hacerlo mejor en la próxima pandemia.

Un resultado más alentador es que, tras analizar muchas muestras de placenta, cordón umbilical y sangre de madres infectadas y bebés, parece claro que la transmisión del coronavirus de madre a feto solo ocurre muy raramente. En cierto sentido, esto indica que las madres no deben preocuparse tanto del feto como de sí mismas. Otra cuestión, naturalmente, son los tratamientos agresivos contra la covid que se pueden usar o no en una embarazada, pero no creo que haya una sola médica ni enfermero en el mundo que ignore eso.

Un tercer punto importante se refiere a la seguridad y eficacia de vacunar a las embarazadas. Aquí nos faltan datos, y nos faltan por un error en la programación de los ensayos clínicos. Las embarazadas deberían haberse incluido en esos ensayos, aunque hay que entender que eso hubiera conllevado un riesgo difícil de gestionar. Pero ya tenemos mucha experiencia más allá de los ensayos clínicos, allí donde mora la realidad del mundo, y los médicos que han atendido a ese grupo de población son casi unánimes en su consejo: recomiendan que las mujeres embarazadas sean vacunadas tras una consulta con su médico. Los posibles efectos secundarios de la vacuna palidecen frente al riesgo de contagiarse con el virus de verdad.

En resumen, calma, precaución y vacunación. Son los mismos consejos que cabe dar a la población general, salvo por el incremento del riesgo de enfermedad grave que se observa en las embarazadas, lo que no hace sino intensificar el consejo. Por lo demás, ningún especialista ha recomendado a la población postergar el embarazo. Si dejamos la reproducción para cuando el mundo sea ‘verdaderamente’ seguro, nos extinguiremos esperando a que se produzca ese milagro inalcanzable.

Más información

Archivado En