Cartas al director

Una sociedad comprometida

Los lectores opinan sobre los políticos, la extrema derecha, el toque de queda y el arte de vivir

El portavoz de ERC en el Congreso Gabriel Rufián, interviene durante el pleno celebrado este miércoles en el Congreso de los Diputados.Juan Carlos Hidalgo (EFE)

La pandemia de coronavirus ha provocado, además de una crisis sanitaria, una crisis económica y social. Si los partidos políticos priorizaran solucionarla antes que sus intereses, deberían actuar conjunta y coordinadamente para afrontar esta situación extraordinaria. Sin embargo, su estrategia es no solo imponer sus intereses, sino también derrotar al adversario. La gravedad de la situación requiere una sociedad comprometida en la que los distintos colectivos (sector público, privado, empresarios y trabajadores), además de defender sus intereses, integren los del contrario. Todo esto articular...

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La pandemia de coronavirus ha provocado, además de una crisis sanitaria, una crisis económica y social. Si los partidos políticos priorizaran solucionarla antes que sus intereses, deberían actuar conjunta y coordinadamente para afrontar esta situación extraordinaria. Sin embargo, su estrategia es no solo imponer sus intereses, sino también derrotar al adversario. La gravedad de la situación requiere una sociedad comprometida en la que los distintos colectivos (sector público, privado, empresarios y trabajadores), además de defender sus intereses, integren los del contrario. Todo esto articularía una sociedad cohesionada, dinámica y equitativa. Cuando el insulto y la descalificación se han adueñado del Parlamento, es conveniente recordar a Albert Camus cuando decía que la mesura es una rebeldía.

Joaquín Gismero Brís. Torrejón de Ardoz (Madrid)


Patria pequeña

Si hacemos caso al neofascismo que se manifiesta cada día en este país nos va a quedar una patria muy pequeña. Sin comunistas, sin vascos, sin catalanes, sin emigrantes, sin judíos, sin homosexuales, sin ateos, etcétera. Eso sí, con su bandera ondeando de forma continua.

Cesar Moya Villasante. Madrid


Un policía nacional durante un control en Valladolid tras el toque de queda impuesto por la Junta de Castilla y León.NACHO GALLEGO (EFE)

Toque de queda en suspenso

El Tribunal Supremo ha decidido suspender el toque de queda a las 20.00 que habían decidido imponer las autoridades en Castilla y León hace un mes. En Valladolid, al igual que en el resto de ciudades castellanas, llevamos un mes (se dice pronto) obligados a estar en casa a las 20.00 y vigilados para garantizarlo. No solo se han visto perjudicados los propietarios y trabajadores de bares, restaurantes, gimnasios, etcétera, sino que todos hemos sufrido una privación de nuestra libertad de circulación excesiva y que, al parecer, es “absolutamente irreparable” según el auto del Tribunal. El sentir de muchos, si no el general, es de hartazgo por el uso arbitrario que se hace desde las autoridades en general de las libertades de los ciudadanos que se recortan a conveniencia de sus escaramuzas políticas, de las que ya estamos todos hasta el gorro.

Itziar del Campo García. Valladolid


Clarividencia

Me cuenta un amigo que, después de estar entre la vida y la muerte, ahora realmente ve todo distinto. Se siente casi como un niño ante la vida. Por eso, inocentemente, cuando va repasando sus ambiciones, deseos, desengaños y autoengaños realmente descubre que su vida ha sido una larga serie de errores y que no solo sufrió sino también hizo sufrir a otros por su torpeza e ignorancia (naturalmente no sabía que no sabía). Y que ahora, con esa nueva clarividencia, ya puede y va a vivir una vida más acertada. ¿Quién me impide a mí usar su clarividencia para hacerme con ambiciones y deseos más sabios y así evitar más errores?

Pablo Osés Azcona. Fuengirola (Málaga)


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