¡Basta Ya!
Tal día como hoy, hace veinte años, algunos vascos descarriados salimos de San Sebastián rumbo a Estrasburgo para recoger el premio Sajarov a los DD HH que nos había concedido el Parlamento Europeo
Tal día como hoy, hace veinte años, algunos vascos descarriados salimos de San Sebastián rumbo a Estrasburgo para recoger el premio Sájarov a los DD HH que nos había concedido el Parlamento Europeo. Era la primera vez que el galardón se quedaba en Europa en vez de ir a luchadores por la libertad de cualquier dictadura exótica. Pero es que ¡Basta Ya! se enfrentaba al último grupo terrorista que actuaba en la UE, asesinando, extorsionando y tratando de imponer su limpieza étnica. Dudo que hoy el PE nos hubiese premiado, porque los desvaríos etnicistas —si suenan de izquierdas— son muy respetados...
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Tal día como hoy, hace veinte años, algunos vascos descarriados salimos de San Sebastián rumbo a Estrasburgo para recoger el premio Sájarov a los DD HH que nos había concedido el Parlamento Europeo. Era la primera vez que el galardón se quedaba en Europa en vez de ir a luchadores por la libertad de cualquier dictadura exótica. Pero es que ¡Basta Ya! se enfrentaba al último grupo terrorista que actuaba en la UE, asesinando, extorsionando y tratando de imponer su limpieza étnica. Dudo que hoy el PE nos hubiese premiado, porque los desvaríos etnicistas —si suenan de izquierdas— son muy respetados. Además ¡Basta Ya! no gozaba tampoco de grandes simpatías en su lugar de origen: los nacionalistas vascos se ausentaron de la entrega del premio y convencieron a los Verdes (a los que se les puede convencer de cualquier cosa) para hacer lo mismo. Y el entusiasmo con que los medios de comunicación locales acogieron el galardón fue indescriptible, porque no existió. Quizá tampoco el actual Parlamento español nos hubiera concedido el premio, ya que son mayoría quienes comparten más o menos la xenofobia separatista con los criminales a los que nos enfrentábamos.
Algunos se han sobresaltado (o lo fingen) por un chat de exmilitares en el que se habla de fusilar a media España. Imaginen entonces su canguelo si se hubieran encontrado con una diana personal a la puerta de su casa, no obra de un chusquero pasado de copas sino de un pistolero en activo y poco bromista. Para la gente de ¡Basta Ya! era un regalito cotidiano. Sin apoyo institucional de ningún tipo, sin más financiación que la de nuestros voluntarios, con escasa cobertura mediática, nos batimos el cobre durante años. Y cuando haga falta ho tornarem a fer...