El acuerdo inalcanzable
Este país necesita de forma imperativa una Ley de Educación negociada, acordada, aceptada y aprobada por la inmensa mayoría de los partidos. Una ley que no quede al albur de quien gobierna, que tenga larga duración y que, con el consenso de todos, se vaya adaptando a las circunstancias que puedan surgir. Pero nuestros políticos parecen incapaces de alcanzar un acuerdo en materia tan trascendente. Supongo que no debe ser fácil lograrlo, pero Ángel Gabilondo estuvo a punto de conseguirlo.
Pedro de Leiva Hourqueigt. Santander (Cantabria)
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Este país necesita de forma imperativa una Ley de Educación negociada, acordada, aceptada y aprobada por la inmensa mayoría de los partidos. Una ley que no quede al albur de quien gobierna, que tenga larga duración y que, con el consenso de todos, se vaya adaptando a las circunstancias que puedan surgir. Pero nuestros políticos parecen incapaces de alcanzar un acuerdo en materia tan trascendente. Supongo que no debe ser fácil lograrlo, pero Ángel Gabilondo estuvo a punto de conseguirlo.
Pedro de Leiva Hourqueigt. Santander (Cantabria)
Nunca estuvimos tan cerca de una Ley de Educación consensuada como cuando lo intentó Ángel Gabilondo; sobró el rechazo final del Partido Popular. Después de varias leyes, la Lomloe de Celaá emerge como otra arma de confrontación política. ¿Por qué no asumen PSOE y PP la gravedad de no tener nunca un plan educativo consensuado? ¿Y la UE? Emite directivas económicas, judiciales, agrícolas o de fronteras, ¿por qué no nos exige un plan educativo estable y consistente? Mientras tanto, a la vista de todos, somos un país que pierde en educación.
Ángel Andrés Villuendas. Barcelona