Alerta roja
Esta crisis que vivimos nos suscita a hablar de muchos temas, pero poco se habla de la salud mental de la juventud. Somos un colectivo de bajo riesgo de contagio, pero de alto riesgo de padecer secuelas a raíz de esta situación. La combinación que nos presentan es vertiginosa: docencia online, confinamiento de fin de semana, centros deportivos cerrados, perspectivas laborales nefastas y vida social prácticamente reducida a cero. Somos la generación de la tecnología y las pantallas, pero hasta cierto punto. Este contexto nos está obligando a hacer un uso excesivo de los dispositivos móvi...
Esta crisis que vivimos nos suscita a hablar de muchos temas, pero poco se habla de la salud mental de la juventud. Somos un colectivo de bajo riesgo de contagio, pero de alto riesgo de padecer secuelas a raíz de esta situación. La combinación que nos presentan es vertiginosa: docencia online, confinamiento de fin de semana, centros deportivos cerrados, perspectivas laborales nefastas y vida social prácticamente reducida a cero. Somos la generación de la tecnología y las pantallas, pero hasta cierto punto. Este contexto nos está obligando a hacer un uso excesivo de los dispositivos móviles y a crear una mayor dependencia de las computadoras. Se nos está recortando toda posibilidad de tener una vida más allá de una máquina y eso no puede ser nada bueno.
Mireia Lamana Roca. Barcelona