Ir al contenido
Cartas al director

Es hora de pensar

Acostumbrados a la velocidad de la tecnología, nuestras vidas estaban sometidas a las rutinas. Todo iba tan rápido que no pensábamos en los demás. Hasta que nos vimos encerrados en casa y empezamos a valorar el tiempo de amar, de compartir momentos con las personas que queremos, de ayudarnos... En definitiva, de mostrar humanidad.

Sin embargo, unos meses más tarde con ansias de libertad hemos vuelto al mismo punto de partida. Volvemos a no pensar en los demás y si esto sigue así y no hacemos un acto de conciencia acabaremos destruyéndonos.

Mar Escoda Pujol. Barcelona...

Google te da acceso gratuito a esta noticia

Y a todo el contenido de EL PAÍS durante 30 días. Gratis, sin tarjeta.

Acostumbrados a la velocidad de la tecnología, nuestras vidas estaban sometidas a las rutinas. Todo iba tan rápido que no pensábamos en los demás. Hasta que nos vimos encerrados en casa y empezamos a valorar el tiempo de amar, de compartir momentos con las personas que queremos, de ayudarnos... En definitiva, de mostrar humanidad.

Sin embargo, unos meses más tarde con ansias de libertad hemos vuelto al mismo punto de partida. Volvemos a no pensar en los demás y si esto sigue así y no hacemos un acto de conciencia acabaremos destruyéndonos.

Mar Escoda Pujol. Barcelona

Archivado En