Control de las subvenciones públicas
Hace menos de dos años, un informe de la Airef exponía, con rigor y crudeza, que el control en la concesión de las muy diversas subvenciones públicas existentes en nuestro país era escaso (es de esperar que el del actual IMV sea mejor) y el de la eficacia de su uso era casi inexistente. Ahora es el Tribunal de Cuentas el que dice algo similar sobre las ayudas a la dependencia. El importe de lo “descontrolado” es de cientos de millones de euros anuales, lo que no solo es un disparate financiero, sino que hace que la eficacia de las ayudas para cumplir la función social para la que se establecie...
Hace menos de dos años, un informe de la Airef exponía, con rigor y crudeza, que el control en la concesión de las muy diversas subvenciones públicas existentes en nuestro país era escaso (es de esperar que el del actual IMV sea mejor) y el de la eficacia de su uso era casi inexistente. Ahora es el Tribunal de Cuentas el que dice algo similar sobre las ayudas a la dependencia. El importe de lo “descontrolado” es de cientos de millones de euros anuales, lo que no solo es un disparate financiero, sino que hace que la eficacia de las ayudas para cumplir la función social para la que se establecieron se vea muy comprometida. ¿Es que no es posible que las tres Administraciones Públicas implicadas hablen, armonicen sus bases de datos y se coordinen operativamente de una vez? Es posible que no se pueda lograr la perfección, pero seguro que la mejora sería evidente y cuantiosa a poco que se esforzaran.
Pedro Carboneras Martínez. Madrid