Ir al contenido
Cartas al director

No puedo respirar

No sé qué mundo le vamos a dejar a nuestros hijos, ni qué hijos le vamos a dejar a nuestro mundo. Invertimos cantidades millonarias para una vacuna desconocida mientras que las dosis de educación y respeto continúan sin proyectarse para la cura del odio desmedido. Reaccionar ante la injusticia, gritar: ¡no en mi nombre! El silencio también es cómplice de la barbarie, dejemos de nadar en un mar de apatía y rencor hasta dejar de respirar, y ahogarnos en él.

Pilar Cortázar Gutiérrez. Málaga...

Google te da acceso gratuito a esta noticia

Y a todo el contenido de EL PAÍS durante 30 días. Gratis, sin tarjeta.

No sé qué mundo le vamos a dejar a nuestros hijos, ni qué hijos le vamos a dejar a nuestro mundo. Invertimos cantidades millonarias para una vacuna desconocida mientras que las dosis de educación y respeto continúan sin proyectarse para la cura del odio desmedido. Reaccionar ante la injusticia, gritar: ¡no en mi nombre! El silencio también es cómplice de la barbarie, dejemos de nadar en un mar de apatía y rencor hasta dejar de respirar, y ahogarnos en él.

Pilar Cortázar Gutiérrez. Málaga

Archivado En