¿Qué le falta al Plan Michoacán por la Paz y la Justicia?
La iniciativa del Gobierno requiere de políticas públicas orientadas a la reparación del daño, la no repetición de las violencias y la reconciliación
La paz, como dice la Presidenta Claudia Sheinbaum, no se impone con las armas, sino que se construye en comunidad; y en México muchas comunidades llevan veinte años viviendo las consecuencias de la violencia extrema que han dejado los conflictos armados con los diversos carteles.
Alcanzar la paz implica reducir de manera significativa la violencia; al tiempo que se gestionan los impactos sociales ...
La paz, como dice la Presidenta Claudia Sheinbaum, no se impone con las armas, sino que se construye en comunidad; y en México muchas comunidades llevan veinte años viviendo las consecuencias de la violencia extrema que han dejado los conflictos armados con los diversos carteles.
Alcanzar la paz implica reducir de manera significativa la violencia; al tiempo que se gestionan los impactos sociales que han dejado los conflictos armados en las comunidades. El Plan anunciado por el Gobierno Federal refiere diversas acciones sobre seguridad, justicia, empleo, educación, etc. pero le faltan propuestas de políticas públicas orientadas a la reparación del daño, la no repetición de las violencias y la reconciliación social.
Acá diez propuestas al respecto:
1. Diseñar un programa urgente de atención y cuidado a infancias y juventudes que han estado expuestas a los conflictos armados a fin de romper círculos de violencia y que puedan tener acceso a una vida plena y pacífica, dirigido particularmente a niños, niñas y adolescentes:
—Que forman parte de grupos delictivos como víctimas de reclutamiento forzado.
—Que han quedado huérfanos porque sus padres fueron parte de las fuerzas de seguridad, integrantes de grupos criminales o víctimas del conflicto.
—Que tienen a su padre o madre en prisión.
2. Atender la salud emocional de las víctimas directas e indirectas de los conflictos armados. Ello deberá priorizar los impactos a la salud mental de personas que vivieron tortura, desaparición forzada, reclutamiento forzado, orfandad, desplazamiento forzado y violencias sexuales.
3. Prevenir y atender el desplazamiento forzado consecuencia de la violencia y presencia de organizaciones armadas.
4. Atender los efectos de la degradación ambiental de sembradíos y talas ilegales.
5. Detener la venganza por medio de procesos restaurativos entre víctimas y victimarios, y fortalecer la reparación colectiva, particularmente en territorios o comunidades que estuvieron o están expuestos a la violencia a gran escala.
6. Generar un Plan de Desmovilización Criminal y Desarme que surja del análisis de contexto de los diferentes grupos, estructuras, motivaciones y objetivos, con el fin de desarticularlos y prevenir su continuidad.
7. Priorizar el encarcelamiento de los delincuentes de alto impacto y la desmovilización masiva de los delincuentes de bajo impacto. La prioridad de la acción penal deberá estar dirigida a delitos relacionados con la libertad y la integridad personal y/o la vida en todas sus modalidades.
8. Diseñar e implementar un Sistema Nacional de Desmovilización e Integración que, de manera transversal, diferenciada y a nivel local, promueva la integración económica y social de campesinos, productores, vendedores y distribuidores de narcomenudeo que no estén vinculados a delitos de alto impacto. Particularmente, los campesinos que son extorsionados para sembrar drogas, o los jóvenes que son usados por el crimen organizado como mensajeros, también llamados “antenas o halcones”.
9. Diseñar e implementar un Sistema Nacional de Reinserción que aborde la integración económica y social de personas que salen de prisión con el fin de evitar la reincidencia y romper círculos de violencia en sus familias y comunidades.
10. Fomentar una cultura de paz basada en gestión de emociones y manejo de conflictos. En este sentido, se debe superar la idea de que las ferias de libro, o los talleres de arte generan paz por sí mismos. La cultura para la paz se trata de usar las expresiones artísticas como herramientas para implementar procesos comunitarios sostenidos, con pedagogías y metodologías especializadas que tengan como objetivos la modificación de conductas violentas, y la reconciliación social.
La construcción de paz requiere mucho más que acciones aisladas o “atender las causas” de manera generalizada. El cese de la violencia cruza necesariamente por cuidar, sanar y reconciliar a comunidades enteras. Eso implica políticas públicas diferenciadas, especializadas y sostenidas, capacitación, presupuesto y desde luego voluntad política. Ni Michoacán, ni el resto del país podemos esperar más.