Pemex acelera su plan para reactivar unos 400 pozos cerrados de la mano de privados
La petrolera mexicana busca elevar su extracción de crudo a través del rescate de una diáspora de yacimientos terrestres con ayuda del sector empresarial
Pemex tenderá la mano al sector privado para reflotar su producción de crudo y gas natural. A través de contratos de servicios con empresas, la petrolera busca reactivar su ...
Pemex tenderá la mano al sector privado para reflotar su producción de crudo y gas natural. A través de contratos de servicios con empresas, la petrolera busca reactivar su programa de recuperación de pozos, que fueron cerrados debido a su alto costo de extracción o riesgo geológico, en medio de una de sus mayores crisis financieras. Fuentes del sector refieren que existen decenas de pozos en campos terrestres en los estados de Campeche, Tabasco, Veracruz y Tamaulipas viables para su recuperación si la iniciativa privada asume la inversión en ingeniería, operación y mantenimiento del campo. Este proyecto, ya sobre el tablero, forma parte de una batería de medidas del gobierno federal para elevar sus cifras de explotación de crudo de 1,6 millones de barriles diarios a 1,8 millones de barriles diarios, la meta a la que quiere llegar la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, cuando finalice su mandato.
La estrategia de Pemex para echar a andar estos campos terrestres tiene como banderazo de salida octubre próximo. El arranque del programa contempla la recuperación de 400 pozos, mediante una inversión de 1.500 millones de pesos y una producción de 13.000 barriles diarios de crudo al cierre de este año, según los cálculos de la empresa pública. El modelo de negocio planteado a los privados será bajo un contrato de servicios, quienes asumirán el desembolso inicial de ingeniería, operación y mantenimiento de los yacimientos. Los particulares recibirán una remuneración acorde a los rendimientos del yacimiento y a una tarifa previamente pactada por la petrolera. El esquema no es nuevo. En septiembre pasado, el magnate mexicano Carlos Slim firmó un contrato de 1.991 millones de dólares con Pemex para perforar una treintena de pozos del campo Ixachi, en Veracruz.
La puesta en marcha de este plan está en línea con el de rescate a 10 años de Pemex. La hoja de ruta, presentada en agosto pasado por las secretarías de Energía, de Hacienda y la dirección de Pemex, ya adelantaba la reactivación de yacimientos mediante esquemas contractuales con apoyo de capitales privados. “La estrategia fortalece la inversión en actividades operativas de alto impacto y en proyectos de extracción con rentabilidad comprobada”, refiere el documento.
Pemex produjo, a junio de este año, solo 1,6 millones de barriles diarios, lo que supuso una caída de un 8,6% respecto al mismo segundo trimestre de 2024. La declinación natural de los pozos activos y algunos mantenimientos mayores han jugado en contra del ritmo de producción de petrolera. De acuerdo con las cifras oficiales, Pemex tiene en promedio más de 5.700 pozos en operación, un 10% menos que en junio de 2024. Luis Miguel Labardini, experto en temas energéticos, señala que en años anteriores un número importante de pozos terrestres fue dejado de lado porque la prioridad de la petrolera era maximizar la extracción de crudo en aguas someras. “Ha quedado mucha posible producción en campos maduros que podría explotarse con éxito bajo las técnicas de recuperación secundaria”, detalla.
La energética pública tiene ante sí el desafío de elevar su producción, al tiempo que busca distintos mecanismos financieros para reducir un abultado lastre de deudas. Su pasivo financiero asciende a 98.800 millones de dólares y sus adeudos con proveedores rebasan los 22.000 millones de dólares. Con este ajustado margen de maniobra presupuestal, el director de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, echará mano de las asociaciones con privados para levantar los proyectos más apremiantes en exploración y producción. En esta cartera de proyectos, además de la recuperación de pozos terrestres, se encuentran una veintena de campos en aguas someras y en tierra que se espera que sean explotados en asociación con privados mediante contratos mixtos.