Sheinbaum, Arévalo y Briceño firman un “acuerdo histórico” para proteger 5,7 millones de hectáreas de la selva maya
La iniciativa beneficiará a dos millones de habitantes de la región a través de proyectos para regenerar suelos, recuperar la cobertura forestal y lograr autosuficiencia alimentaria
Mientras los ojos del mundo estaban puestos este viernes en las conversaciones entre Donald Trump y Vladimir Putin, más al sur tres mandatarios firmaban lo que consideran un “acuerdo histórico” para preservar la segunda selva más grande del continente americano. La presidenta Claudia Sheinbaum firmó un decreto con sus homólogos de Guatemala, Bernardo Arévalo, y de Belice, Juan Briceño, para preservar 5,7 millones de hectáreas de bosque tropical a través de la creación del llamado Corredor Biocultural de la Gran Selva Maya. “Caminamos hombro con hombro para lograr una región que sea ejemplo de justicia social y cuidado ambiental”, dijo la mandataria mexicana.
Los tres líderes se reunieron la tarde del viernes en Calakmul, Campeche, en el que es el primer encuentro de gobernantes de estos países para firmar acuerdos de desarrollo y conexión. Más temprano, Sheinbaum y Arévalo informaron sobre la ampliación del Tren Maya para conectar a México con sus vecinos del sur. “Estamos concibiendo el Tren Maya como una solución de desarrollo que no solo no se contrapone, sino que fortalece la búsqueda de un modelo sostenible, que además protege de una manera clarísima el patrimonio biológico, natural y el cultural del país”, dijo Arévalo.
El decreto sobre la selva maya, un vasto manto verde con una de las mayores riquezas biológicas del planeta, ha sido considerado sin precedentes por el Gobierno mexicano y beneficiará a dos millones de habitantes de la región a través de proyectos de cooperación para regenerar suelos, recuperar la cobertura forestal y lograr autosuficiencia alimentaria.
Los 5,7 millones de hectáreas están integradas por 12 áreas naturales protegidas de México, 27 de Guatemala y 11 de Belice, donde habitan especies como el jaguar, la guacamaya roja, el tapir y el emblemático quetzal. Las autoridades esperan beneficiar con el proyecto de conservación unas siete mil especies, 200 en categoría de riesgo, 50 prioritarias y 250 endémicas de México, según las autoridades ambientales mexicanas.
Los tres mandatarios han acordado la explotación sostenible de los recursos naturales de la selva, entre ellos las maderas preciosas “de manera inclusiva en favor de las comunidades”. También han acordado acciones de cooperación para el manejo de incendios o el combate a la tala ilegal y la deforestación, en un ecosistema amenazado también por actividades económicas como la ganadería o la minería. Esa selva ha perdido un tercio de su cobertura forestal en las últimas dos décadas, según un reporte de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés)