Incertidumbre en la política espacial mexicana: el Gobierno desaparece la Agencia Espacial y la fusiona con Mexsat

El proyecto impulsado en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador se transforma en el nuevo Programa Espacial Mexicano, que integra a las dos dependencias para “aprovechar” sus capacidades

La astronauta mexicana, Katya Echazarreta, acompañada por integrantes de la Agencia Espacial Mexicana, en el Senado de la República, en 2023.Daniel Augusto (CUARTOSCURO)

La apuesta mexicana por explorar el espacio exterior que pareció recibir un empujón en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, hoy se transforma en algo que, a ojos de los especialistas, no pinta todavía ni claro ni esperanzador. La presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado hace solo unos días el cambio de nombre de la Agencia Espacial Mexicana (AEM) para fusionarla con Mexsat —el Sistema Satelital Mexicano que da servicios de comunicación a través de sus tres satélites—. La mandataria ha negado que la agencia desaparezca, y asegura que con esta decisión “se aprovecharán” las capacidades de ambas instituciones que han sido claves en el desarrollo científico y tecnológico para la exploración del universo. Sin embargo, una carta firmada por especialistas en la materia y la renuncia de quien era hasta ahora el director de la AEM, Salvador Landeros Ayala, han despertado las dudas sobre el futuro de los esfuerzos de México para reducir una desventaja histórica en la carrera por la exploración del espacio exterior.

El pasado 24 de enero, el ingeniero Landeros Ayala mandó una carta a la presidenta, que días más tarde se hizo pública. En ella, el encargado de la AEM desde su nombramiento por el presidente López Obrador en 2019, lamentó “no haber tenido éxito” en transmitirle a la mandataria su convicción y preocupación sobre la relevancia de la institución que representaba: “El motivo [de mi renuncia] es que a la AEM no se le ha dado la importancia que merece, ni presupuestal ni administrativamente, debiendo ser el organismo integrador y articulador de las actividades espaciales de México”.

Landeros Ayala, un reconocido académico con más de cuatro décadas de experiencia al frente de proyectos universitarios e institucionales, dice en la carta que estas preocupaciones ya se las había transmitido a José Antonio Merino, titular de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT): “Le insistí en la importancia de no desaparecerla [a la AEM]; no obstante, no fui informado de que desaparecería, lo que considero desafortunado, por todo el trabajo que costó crearla”. Tanto Sheinbaum como Merino han insistido en que la agencia no está desapareciendo, sino que está conformando junto con Mexsat, lo que el Gobierno ha nombrado como Programa Espacial Mexicano, es decir, “se está fusionando”.

En un comunicado del 29 de enero, la secretaría que encabeza Merino dio a conocer la creación de la Dirección General Satelital, que se encargará de integrar las atribuciones de la AEM y de Mexsat. Formalmente, anuncia la creación del Programa Espacial Mexicano “para fortalecer la infraestructura espacial, seguridad nacional y la inclusión digital”, además de fomentar la formación de talento técnico y científico. Un día después, Merino, tras reconocer la trayectoria y el trabajo de Landeros, dijo: “En el nuevo esquema que estamos proponiendo es poder combinar Mexsat, que es la parte operativa de los satélites, con las atribuciones de la Agencia Espacial, que tiene la atribución de formular la política espacial, no solo no queremos debilitar, sino al contrario al unirlas se fortalece y se pueden impulsar proyectos como el que anunció la presidenta de [lanzar] un satélite hacia el 2028 o 2029″.

Pero algunos especialistas de la industria aeroespacial no son tan optimistas. Al circular la carta de Landeros y el anuncio de la desaparición formal de la AEM, varias personalidades firmaron otra misiva en la que recriminaron la falta de apoyo no solo del Gobierno de Sheinbaum, sino una espiral de abandono y desinterés por parte de todas las Administraciones que han escatimado en recursos para la agencia desde su fundación en 2010. En el texto, retomado por el medio mexicano Expansión, dicen: “La sociedad mexicana demanda y exige la tecnificación y aplicación de tecnologías que directamente impacten su vida, y en este sentido limitar y reducir a una única área su aplicación es una decisión de retroceso y abandono desmedido”.

Además, pese a que el nuevo Programa Espacial Mexicano aspira a fortalecer la infraestructura espacial, seguridad nacional y la inclusión digital, cuestionan: “¿en dónde quedan la diversidad de las otras actividades espaciales y los compromisos adquiridos con las mismas? [...] En otros países con mayor grado de desarrollo espacial, se reconoce la importancia de sus agencias espaciales y estas tienen una representación en la parte más alta del Gobierno. México debe comprometerse, como parte de su estrategia nacional, a impulsar a su agencia espacial en conjunto con otras áreas prioritarias relacionadas con el desarrollo científico y tecnológico”.

No son los únicos inconformes con la decisión, entre las voces más críticas sobre el ejercicio de los recursos humanos y económicos destinados a la AEM, está la del astronauta mexicano Rodolfo Neri Vela, quien ha dado varias declaraciones tras conocerse la noticia: “Creo que la presidenta Claudia Sheinbaum tiene buenas intenciones, pero ha sido muy mal asesorada y le han vendido espejitos, sus aduladores y personas cercanas que la rodean. [...] Están ocurriendo cosas muy raras, mal asesoradas, que tarde o temprano van a ser un costo político para la presidenta y su partido Morena”, dijo este viernes en Fórmula Noticias. Neri Vela asegura que Landeros le envió a la mandataria una carta en octubre pasado que nunca recibió respuesta.

En un documento del propio Gobierno, en el que analiza los avances y resultados de la AEM entre enero de 2023 y junio de 2024, se informa que el presupuesto otorgado a la agencia en 2024 aumentó con respecto a años anteriores, cuando se situó en 73,9 millones de pesos (unos tres millones y medio de dólares) mientras que en 2023 fue de 66,2 millones (poco más de tres millones de dólares) y además, reconoce que el dinero “no permitió ampliar el alcance de los objetivos y metas de manera eficaz”. El presupuesto anual de las agencias más importantes del mundo, como la NASA, en Estados Unidos, es para 2025, por ejemplo, de unos 25.400 millones de dólares.

México ha ido históricamente muy lejos de potencias como la estadounidense, la europea o rusa en temas de exploración del universo. Uno de los proyectos más emblemáticos es la misión Colmena, la primera misión lunar mexicana, que inició su trayectoria espacial en enero de 2024, a bordo de la nave Peregrine Lunar Lander, con una tripulación de cinco micro robots mexicanos. El sueño espacial mexicano todavía espera convertirse en realidad.

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