Alondra de la Parra convierte el Caribe mexicano en el epicentro de la música de orquesta
La directora organiza la tercera edición del Festival Paax GNP arropada por artistas de diversos rincones del mundo con un programa sinfónico diverso que abarca desde composiciones del siglo XVIII hasta música contemporánea
Cuando el trompetista venezolano Pancho Flores interpretó Llorarás de su compatriota Oscar D’León, el salón Diego (por el pintor Rivera) del Hotel Xcaret Arte se convirtió en una gran pista de baile. Entre quienes se contoneaban al ritmo de la música caribeña estaba la directora mexicana Alondra de la Parra, quien estos días ha convertido las azules costas del Caribe de México en un enorme escenario que reúne a diversos artistas del mundo alrededor del Festival Paax GNP, una iniciativa creada por la directora para, en sus palabras, “construir un puente cultural” con músicos internacionales que compartan su talento en el territorio mexicano. La trompeta de Flores, potente, armoniosa, cadenciosa, marcó el paso la noche del sábado a decenas de personas que movían la cadera junto al oleaje de la Riviera Maya, uno de los destinos turísticos más preciosos de México.
Flores tocó un repertorio de música caribeña, brasileña y clásicos contemporáneos de Latinoamérica en un concierto titulado Ecos latinos, en el que estuvo acompañado de una docena de músicos, entre ellos sus compatriotas Leo Rondón, diestro en el cuatro venezolano y la guitarra, y el violonchelista Raúl Alquiles, director huésped de la Sinfónica de Minería de Ciudad de México. Flores apostó con su repertorio a que los espectadores se levantaran de sus asientos y bailaran durante la velada, en una noche con un cielo tan cargado que amenazaba con desatar una tormenta. El concierto, previsto en un inicio a realizarse al aire libre, tuvo que ser trasladado al auditorio del lujoso hotel. “Noto que en las salas de concierto vamos a escuchar música intelectual y es tan intelectual que en vez de sonreír, la gente llora. Eso hay que cambiarlo”, había sentenciado Flores en una charla previa en el marco del festival, que cada año atrae a centenares de amantes de la música de orquesta. Entre el público estaba el sábado una pareja de Monterrey, en el norte de México, que se declara fiel seguidora de la directora de la Parra. “Mi esposa quería verla porque le gusta mucho”, dijo el hombre.
Esta es la tercera edición del festival que organiza de la Parra, que con más de 100 artistas internacionales pretende convertirse en un referente. La incansable directora de orquesta mexicana soñaba con hacer de uno de los grandes paraísos de México una sede mundial de la música de orquesta, con un festival que año con año reúna a lo mejor del sector. Su plan se fue fraguando a lo largo del encierro de la pandemia de covid-19 hasta convertirlo en un ser de música, danza y artes escénicas en el que ella misma participa con esa batuta que tanta atracción le ha generado a nivel mundial para dirigir a la Orquesta Imposible, el proyecto digital de música clásica que conformó de forma virtual durante el confinamiento. Para ser el escenario de semejante puesta en escena, la directora ha elegido el complejo hotelero de Xcaret, un parque temático privado construido cerca de un sitio arqueológico de la civilización maya, en el Estado de Quintana Roo, al sur de México.
De la Parra (Nueva York, 1980) ha explicado que en esta edición del festival, que se extenderá hasta el 7 de julio, ha organizado junto a sus colaboradores un programa sinfónico que abarca composiciones del siglo XVIII hasta música contemporánea, como la caribeña interpretada por el trompetista Flores la noche del sábado. Este año en el festival se presentarán obras trascendentales como La consagración de la primavera, de Igor Stravinski y Daphnis y Chloé, de Maurice Ravel. También se interpretará la Rapsodia en azul, de Gershwin, que celebra su centenario. Una de las invitadas estelares es la cantante y compositora mexicana Natalia Lafourcade, quien estrenará la Suite De todas las flores, inspirada en su diario musical homónimo, un compendio de música tradicional. También se estrenará en México el Concierto para mandolina de Avner Dorman, interpretado por el músico israelí Avi Avital, quien, según de la Parra “ha llevado el instrumento de la mandolina a su máximo exponente en el mundo de la orquesta sinfónica”. Junto a esas presentaciones habrá puestas en escena de ballet y artes escénicas.
De la Parra se ha convertido en una de las artistas mexicanas más destacadas en el escenario internacional. Forma parte de una generación fresca de directores de orquesta latinoamericanos que han conquistado el mundo, como el venezolano Gustavo Dudamel. De la Parra ha tocado en la Staatsoper en Berlín y ha trabajado con La Fura dels Baus. En una entrevista con este periódico en la primavera de 2022 dijo que la idea de su festival “es mezclar lo mejor de la música, el ballet, la danza, incluso la literatura y el arte visual en el paraíso mexicano”. La directora ha estado consiente del costo que implica para un mexicano promedio trasladarse hasta las playas del Caribe y hospedarse en el lujoso complejo que alberga su espectáculo, “pero gracias a la tecnología vamos a poder ofrecer el festival en línea de manera gratuita para absolutamente todos”, ha aclarado.
La directora asegura que el éxito que ha tenido también la obliga a tener una responsabilidad, por lo que el proyecto tiene también una fuerte carga social y política, porque los fondos se invertirán en la educación musical de decenas de niños de la zona, una de las regiones con más pobreza de México, a pesar de su riqueza natural y la potencia del turismo. “Un niño que toca en una orquesta es un niño que sabe respetar a los demás”, ha dicho la directora. “Es un niño que es distinto y que probablemente no va a usar los lados del ser humano que nos llevan a estas atrocidades, que nos avergüenzan y que hacen que este mundo esté en peligro”, ha agregado la mujer que con su batuta y la pasión que imprime en los escenarios ha hecho bailar a miles de personas alrededor del mundo. Y de bailar trata también este festival, como lo demostró la noche del sábado el trompetista venezolano Pancho Flores, quien hizo mover las caderas de decenas de personas al ritmo de Llorarás, entre ellas las de la Parra.
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