‘El hombre que susurraba los caballos’: un paseo en poni, un buen plan con niños

Acercarse a una hípica el fin semana puede ser una gran idea para entretener a tus hijos. Y contando que no piden ni palomitas ni refrescos, sale más barato que ir al cine

En la imagen, un fotograma de la película 'El hombre que susurraba a los caballos' (1998).

No somos muy fans del western ni gente rica del club de polo, de esos que en vez de yate tienen un caballo, pero la falta de ideas para ocio infantil de fin de semana nos ha llevado a probar los paseos en poni. Seguro que a poco rato de vuestro hogar encontraréis alguna hípica abierta que acepte visitantes infantiles sin necesidad de abonarse a clases anuales y os permita así tener un nuevo plan familiar bastante resultón para críos a partir de los tres años.

Quizá antes de ir, t...

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No somos muy fans del western ni gente rica del club de polo, de esos que en vez de yate tienen un caballo, pero la falta de ideas para ocio infantil de fin de semana nos ha llevado a probar los paseos en poni. Seguro que a poco rato de vuestro hogar encontraréis alguna hípica abierta que acepte visitantes infantiles sin necesidad de abonarse a clases anuales y os permita así tener un nuevo plan familiar bastante resultón para críos a partir de los tres años.

Quizá antes de ir, te pase como a mí y pienses en Christopher Reeve cayéndose del caballo y quedando tetrapléjico para siempre. Si un caballo pudo vencer a Superman, quizá a priori no es la cosa más segura para los niños y niñas. Pero aunque sea evidente, los caballos son una cosa y los ponis, otra. Por carácter y estatura, aunque el animal se encabrite y se cabree un poco en el peor de los casos la caída es mínima. Eso le pasó a una chica que iba delante: el animal se paró para rascarse y la niña rascó el suelo. El susto no se lo quitaron, pero no hubo daño físico y hasta les devolvieron el dinero.

El paseo suele ser relativamente barato, sobre seis euros la hora entera. Contando que tus hijos no te piden palomitas ni refrescos porque tienen que tener las manos sobre la silla, te sale más barato que ir al cine. Y de paso paseas tú llevando las riendas, mientras tomas el sol y quemas calorías para tener más hambre para el after-poni, en el típico restaurante con carnes a la brasa que siempre está cerca de la hípica (que, no nos engañemos, es la gran motivación para la mayoría de los padres).

Son varios los beneficios de montar en poni: es un acercamiento lúdico y empático a un animal al que pueden acariciar, con el que acaban teniendo un vínculo emocional después de un rato de hablarle y conducirlo a su manera, y que siempre es bueno para su estado de ánimo.

La actriz Scarlett Johansson interpreta a Grace MacLean en 'El hombre que susurraba a los caballos'.

Además, es un momento de bajar el ritmo energético de los niños domingueros y tenerlos rectos, quietos y concentrados en su montura, consiguiendo más control y confianza a medida que van al trote y, de paso, si como es previsible el paseo va bien, superarán nervios y miedos de enfrentarse a una actividad nueva consiguiendo más confianza.

Por supuesto, también comentarán que huele mal, señalarán todas las boñigas del camino y, si los niños van con hermanos o amigos, se pelearán por elegir todos al mismo animal o por el casco de un determinado color, habiendo variedad de sobra.

Pero vaya, compensa bastante. Lo peor es que, después, en vez de pedirte un perro como mascota quieran un poni en casa.

*Martín Piñol es autor de 33 libros, su serie infantil ‘La cocina de los monstruos’ se ha publicado en varios países. Su última novela es ‘El club de las sombras’.

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