Los niños ya no quieren trabajar en lo mismo que sus padres: prefieren ser informáticos o ‘influencers’
La creación de nuevas profesiones, la era digital, las modas en series o redes sociales y el hecho de que se potencie la individuación dictan hoy los gustos de los menores sobre sus posibilidades de futuro
Antes, si tu padre era médico, tú eras médico. Si era abogado, pues abogado. Y esto en la actualidad parece que ha cambiado. Ahora, los niños no quieren tener la misma profesión que sus padres varones. Exactamente, seis de cada diez prefiere dedicarse a otra cosa de mayor. Esta es la principal conclusión de una encuesta realizada por la start-up española Lingokids, centrada en contenido digital en inglés para niños. La investigación se ha realizado con 600 familias españolas con niños de entre cuatro y 10 año...
Antes, si tu padre era médico, tú eras médico. Si era abogado, pues abogado. Y esto en la actualidad parece que ha cambiado. Ahora, los niños no quieren tener la misma profesión que sus padres varones. Exactamente, seis de cada diez prefiere dedicarse a otra cosa de mayor. Esta es la principal conclusión de una encuesta realizada por la start-up española Lingokids, centrada en contenido digital en inglés para niños. La investigación se ha realizado con 600 familias españolas con niños de entre cuatro y 10 años. Algunas de las razones que los consultados exponen es que tienen otros retos laborales (un 48%) y un 13% considera que su padre ocupa mucho tiempo trabajando y apenas dispone de tiempo libre. Tan solo un 5% confirma que le gusta a lo que se dedica su progenitor.
“El que los hijos no sigan los pasos de sus padres puede deberse a que en el presente existen muchas más profesiones para elegir que hace algunas décadas. Años atrás, los niños crecían un entorno distinto y con otros conocimientos y podía resultarles más fácil hacerse cargo del negocio familiar. Asimismo, era típico que el padre tuviera un solo trabajo durante toda su vida laboral”, asegura Rhona Anne Dick, directora de la compañía.
Dick subraya que hoy en día resulta frecuente que los progenitores cambien de función, de sector y de competencias, lo que significa que la opción más sencilla para sus hijos no es ahora tan evidente: “Por otro lado, las escuelas se esfuerzan por garantizar que todos los menores tengan a su alcance las ofertas que deseen y no se vean limitados por su clase social o su situación familiar”. Para ella, los padres no deberían sentirse ofendidos si su hijo no quiere seguir sus pasos, sino celebrar que dispongan de un mundo repleto de oportunidades.
Los tiempos que corren mandan, la era digital despunta y la moda dicta los gustos de los más pequeños. La psicóloga y técnica en Educación Infantil, Ángeles Bayón Iglesias, sostiene que en la actualidad las profesiones que más interesan son la informática, el baile, la moda o publicar contenido audiovisual en un canal, todas bastante alejadas de los trabajos de sus padres que pertenecen a otras generaciones. Evidentemente, han existido cambios y evolución en el terreno laboral en los últimos años; también en la estructura familiar: “Hay profesiones muy tradicionales; algunas ya obsoletas, y no despiertan el interés en los niños. El niño, en suma, tampoco está tan arraigado profesionalmente al núcleo familiar”.
Por otro lado, Bayón afirma que hay menores que rechazan dedicarse a lo mismo que sus padres porque comprueban la excesiva dedicación o el sacrificio que ese puesto implica. La experta destaca la importancia de compartir momentos y emociones entre padres e hijos: “Es necesario mostrar interés por ellos y ofrecerles disponibilidad y cercanía y no ir siempre con prisas u ocupando el tiempo de descanso en adelantar trabajo de la oficina”.
Un amplio mundo de posibilidades por explorar
Matilde Sansegundo Romero, psicóloga general sanitaria y especialista en Educación, define que en la etapa de seis a 12 años el desarrollo cognitivo de los niños les hace descubrir un mundo inmenso para interactuar. “Cada día logran ser un poco más independientes y su mundo deja de estar definido por sus padres, pudiendo tomar responsabilidades y decisiones de manera autónoma”, aclara la experta en problemas de conducta, de aprendizaje e inteligencia emocional.
Sansegundo sostiene que llega una diferenciación respecto a la figura de sus padres cuando los niños sienten interés y admiración por otras personas. Además, clarifica que comienza a definirse su lugar dentro del grupo de iguales. “Esa es la etapa en la que se crea el concepto del ‘yo futuro’, observando y estableciendo imágenes mentales de cómo queremos ser de mayores, qué queremos hacer y qué reglas queremos seguir o no”, incide la psicóloga.
La psicóloga infantil, mediadora familiar y formadora Marta Guardiola del Corral señala que la atención del adulto está en la logística y suele exigirse a los hijos actuaciones que no les competen por edad. “Los niños pueden tener la percepción de que el mercado laboral que a ellos les tocará vivir será diferente e intuitivamente exploran nuevos caminos. Incluso llegan a fijar su atención en profesiones que admiran por series de televisión, películas o por las redes sociales. Además, cada vez están más educados en la asertividad, pues se tiende a tener más en cuenta su criterio y se entrena esta capacidad de decidir por sí mismo”, subraya. Guardiola puntualiza que en épocas anteriores se marcaba un único camino a los niños y se modelaba para que lo alcanzara. En la actualidad, existe mayor variedad en las fuentes de información y se potencia la individuación.
Alejandra Chamorro, psicóloga infantil y juvenil, especializada en los trastornos del neurodesarrollo, afirma que la clave es psicoeducar a adultos y niños. La también directora y coordinadora del área de Psicología en GIOCHI, equipo interdisciplinario en Buenos Aires, reitera que muchos padres le consultan acerca del motivo por el que sus hijos les reclaman tanta atención, se enfadan o les piden que no vayan a trabajar, que no los dejen con otro familiar o cuidador y pasen más tiempo juntos. “Esto puede llevar a cuestionarse el que hoy muchos niños no quieran parecerse a sus padres”, destaca Chamorro.
“Como referentes adultos debemos tomar conciencia del mundo presente y reflexionar sobre los modelos que nos gustaría que los niños sigan y los que realmente les estamos mostrando. Hemos de preocuparnos por proveerles con el ejemplo, exponer pros y contras y las alternativas posibles de escoger el ambiente más adecuado para su futura evolución”, acentúa la docente. Chamorro añade que no conviene olvidar que hay que generar vínculos positivos y enseñarles habilidades sociales y emocionales para que puedan interactuar correctamente con su medio inmediato.
Da igual que su padre gane mucho dinero...
En la encuesta de Lingokids, solamente a un 2% de los encuestados les gusta que su padre gane mucho dinero. “Los niños tan pequeños no comprenden el significado de trabajo remunerado, sino que perciben las profesiones de sus padres como actividades que realizan a cambio de dinero que sirve para comprar cosas”, manifiesta Gisela Baz, psicóloga y psicopedagoga.
“La educación potencia la autonomía y la seguridad en ellos mismos, mientras que el mundo digital, a medida que crecen, les hace llegar el mensaje de que pueden ganar dinero, tener ilimitadas oportunidades y divertirse mientras lo hacen”, argumenta esta experta.
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