Estas son las habilidades que tus hijos necesitan aprender para triunfar

Los expertos afirman que conseguir o no el éxito va más allá de las calificaciones que obtengamos en el colegio. El secreto: fomentar las funciones ejecutivas

Un padre pasea con sus tres hijos.Violeta Klein

Si un padre o madre dicen que no les importa que su hijo o hija triunfe, seguramente mientan. Normalmente, un progenitor desea que su descendencia consiga todo lo que se proponga, o así lo aseguran expertos de Harvard que, además, afirman que conseguir o no el éxito va más allá de las calificaciones que obtengamos en el colegio o en la universidad. “Nos referimos a desarrollar las funciones ejecutivas”, indican. Estas son actividades mentales complejas, necesarias para planificar y evaluar el comportamiento para adaptarse eficazmente al entorn...

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Si un padre o madre dicen que no les importa que su hijo o hija triunfe, seguramente mientan. Normalmente, un progenitor desea que su descendencia consiga todo lo que se proponga, o así lo aseguran expertos de Harvard que, además, afirman que conseguir o no el éxito va más allá de las calificaciones que obtengamos en el colegio o en la universidad. “Nos referimos a desarrollar las funciones ejecutivas”, indican. Estas son actividades mentales complejas, necesarias para planificar y evaluar el comportamiento para adaptarse eficazmente al entorno y para alcanzar metas. “Desarrollarlas y fortalecerlas”, prosiguen, “puede ayudar a las personas -en este caso, niños- a sentirse exitosas y felices en la vida”. Para los expertos de La Escuela de Salud de Harvard (Boston, Estados Unidos) son cinco las actividades mentales esenciales.

  1. Planificación: poder hacer y llevar a cabo objetivos y planes concretos.
  2. Enfoque: la capacidad de concentrarse en lo que es importante en un momento dado.
  3. Autocontrol: controlar cómo respondemos no solo a nuestras emociones, sino también a situaciones estresantes.
  4. Conciencia: no solo darse cuenta de las personas y situaciones que nos rodean, sino también comprender cómo las encajamos
  5. Flexibilidad: la capacidad de adaptarse a situaciones cambiantes.

Si bien estas son habilidades que los niños (y adultos) pueden aprender a lo largo de su vida, hay dos períodos de tiempo que son particularmente importantes. Según sostienen: la primera infancia (de tres a cinco años) y la adolescencia / adultez temprana (de 13 a 26 años). Durante estas ventanas de oportunidad, aprenderlas y usarlas puede ayudar a los niños a prepararse para el éxito. En esta ocasión, los expertos focalizan su atención en el primer grupo. “Lo mejor para aprender una habilidad es la práctica, y la mejor manera de hacerlo es si algo es divertido y nos sentimos motivados”, argumentan los expertos. Y presentan algunos ejemplos, que señalamos a continuación, y que pueden usar los padres y madres para ayudar a sus hijos a aprender y fortalecer estas habilidades.

En cuanto a la planificación, los expertos inciden en que los progenitores y cuidadores suelen planificar la vida de los niños y niñas, pero recuerdan que existen “maneras de involucrar a los más pequeños en esta tarea”. Por ejemplo, y según explican, se pueden planificar sus actividades escolares de ocio con ellos, incluyendo las comidas, la ropa, la hora del baño o juego, entre otras. Los especialistas de la conducta recalcan que para conseguir este fin se pueden promover actividades como la cocina o la repostería: “Son muy completas. Incluyen hacer la lista de la compra, ir al súper, seguir los pasos de la receta y entenderlos”.

Para fomentar el segundo punto, que se refiere a la capacidad de focalizar la atención, los expertos reconocen que vivimos en un tiempo en el que las pantallas están muy presentes en la vida de nuestros hijos y resulta difícil que los niños presten atención a otras cosas. Para conseguir promover esta habilidad, y según informan, los padres y madres deben intentar fomentar tiempo sin pantallas; tener a mano juegos de construcciones y leer libros impresos, entre otros ejemplos.

En cuanto al autocontrol, los expertos reconocen que la capacidad de reaccionar ante la frustración o ante diversas situaciones es algo esencial para el crecimiento personal. E inciden en que los “niños siempre prestan más atención a lo que hacemos que a lo que decimos”. Para impulsar esta habilidad, proponen que hablemos con nuestros hijos de emociones y les expliquemos cómo manejarlas -respiración profunda, gritar a una almohada, por ejemplo-; también hay que enseñarles a que entiendan las consecuencias de su comportamiento y por qué es importante que sean conscientes de esto. Y, por último, recomiendan en el caso de que se produzca una rabieta, y una vez pasado el episodio, que aprendan y sepan qué podrían haber hecho diferente.

El siguiente punto es la conciencia: “Este punto puede ser divertido”. Los expertos señalan como actividades para promoverla dar paseos, visitar lugares en los que puedan escuchar y observar; participar en actividades solidarias o, simplemente, comer o cenar en familia.

Por último, ser flexible. En este punto, los especialistas comentan que los padres tendemos a atender a nuestros hijos y sus necesidades haciendo nuestros horarios y planes en torno a ellos: “Algo que es mera supervivencia de los progenitores”. Pero, en última instancia, no siempre es útil. “La vida tiene una forma muy peculiar de estropear las cosas, incluso los planes más cuidadosos”, prosiguen. “Los niños necesitan estructura, claro, pero también saber que pueden adaptarse a las inevitables alteraciones que puedan ocurrir. Como que los horarios pueden cambiar ocasionalmente”. Recomiendan ser espontáneo o, cuando los planes fracasen, intentar ser optimista. “Al ayudar a los niños a aprender estas habilidades, es posible que los padres aprendan algo sobre ellos mismos y algunas habilidades nuevas”, terminan los expertos de conducta.

Pilu Hernández, maestra, formadora de formadores y CEO de El Pupitre de Pilu, coincide con la opinión de Harvard de que no es necesario ser el primero de clase para triunfar y que, efectivamente, “recientes estudios avalan hoy en día que para conseguir el éxito hemos de tener en cuenta otras habilidades como son las funciones ejecutivas”. “La función ejecutiva es un concepto propio del campo de la neuropsicología que engloba un amplio abanico de habilidades cognitivas dirigidas al logro de una meta y orientadas al futuro, en este caso sería el triunfo. Por lo tanto, son un conjunto de herramientas de ejecución y habilidades cognitivas que están directamente ligadas con las funciones cerebrales y que ponen en marcha, organizan e integran a su vez otras funciones”, explica Hernández. “Estas a su vez hacen que las personas seamos capaces de medir las consecuencias de corto y largo plazo, de sus acciones y de planear resultados”, prosigue la experta, “y permiten proyectar cogniciones desde el pasado hacia el futuro con objeto de encontrar la mejor solución a situaciones novedosas y complejas. Esto da lugar a que las personas seamos capaces de evaluar nuestras acciones en el momento de llevarlas a cabo como de hacer los ajustes necesarios en caso de que las acciones no estén dando el resultado esperado”.

Hernández habla de 10 habilidades necesarias para tus hijos triunfen, cinco más que las mencionadas por Harvard, aunque reconoce que depende de cada autor.

  1. Toma de decisiones: escoger entre lo que creemos que es mejor para obtener en este caso el objetivo de algo.
  2. Razonamiento: poder encontrar distintos datos sobre una misma información y llegar a cohesionar las diferentes informaciones.
  3. Planificación: sería la organización del trabajo para llegar a la meta de una manera eficiente.
  4. Velocidad de procesamiento: capacidad de descifrar los mensajes y poder llevar a cabo su ejecución.
  5. Fluidez verbal: capacidad de expresarse adecuadamente, dentro de cada registro. Tanto de manera oral como escrita
  6. Control atencional: es la habilidad de mantener la atención sobre la tarea y regular el qué y cómo lo estamos haciendo.
  7. Inhibición: una de las más importantes, es la que hace que seamos capaces de resistir impulsos concretos.
  8. Autorregulación emocional: regular cualquier emoción que nos produzca la tarea para conseguir llegar a la meta de una manera eficaz.
  9. Flexibilidad cognitiva: es la que nos permite cambiar nuestra forma de actuar en un momento dado.
  10. Solución de problemas: capacidad de poder resolver cualquier imprevisto durante la tarea.

Funciones ejecutivas en la escuela

Y la pregunta del millón es, ¿estas funciones ejecutivas se trabajan en las escuelas de hoy? “Podemos decir que empezamos, pero no, la educación todavía está más anclada en la repetición de contenidos y en las clases magistrales que en cambiar de una vez por todas la manera de enseñar y trasmitir al alumnado no solo conocimientos”, continúa la experta. “Estaríamos hablando de neurociencia, de emociones, de inteligencias múltiples, conceptos que actualmente comienzan a introducirse en nuestras aulas”, concluye Hernández.

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