Emprender ‘online’, el nuevo camino de la conciliación que nos dejó la pandemia

La tiranía en los horarios muchas veces hace que madres que son profesionalmente muy válidas tiren la toalla y se monten sus propios negocios

Ana Jiménez trabaja, mientras coge a su bebé.

El 13 de marzo de 2020 Pedro Sánchez apareció por televisión para anunciar que el país entero se confinaba y muchos respiraron aliviados por la medida. Quienes probablemente no lo hicieron fueron los autónomos que enseguida se dieron cuenta de lo que se les venía encima y los padres, especialmente aquellos con hijos en edad escolar. Sin embargo, y en contra de las peores previsiones, hubo muchos que no solo no se estancaron, sino que vieron cómo su negocio crecía. ¿Cómo fue eso posible? Internet es la respuesta.

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El 13 de marzo de 2020 Pedro Sánchez apareció por televisión para anunciar que el país entero se confinaba y muchos respiraron aliviados por la medida. Quienes probablemente no lo hicieron fueron los autónomos que enseguida se dieron cuenta de lo que se les venía encima y los padres, especialmente aquellos con hijos en edad escolar. Sin embargo, y en contra de las peores previsiones, hubo muchos que no solo no se estancaron, sino que vieron cómo su negocio crecía. ¿Cómo fue eso posible? Internet es la respuesta.

El pasado 19 de noviembre se celebró el Día de la Mujer Emprendedora y no es ninguna casualidad que muchas de ellas sean, además, madres. De hecho en la decisión de ser emprendedora muchas veces está el hartazgo de la incompatibilidad del desarrollo profesional con la maternidad. La tiranía en los horarios muchas veces hace que mujeres que son profesionalmente muy válidas tiren la toalla y se monten sus propios negocios. Esto no implica, ni mucho menos, la panacea de la conciliación, pero suele mejorarla bastante.

“Mientras la pandemia nos cerraba la puerta, explica la mentora de marca personal”, Ana Jiménez, “internet tenía abierta una ventana al mundo entero. Incluso los más reacios a la tecnología tuvieron que familiarizarse con las compras online, las videollamadas para hablar con sus seres queridos o las clases en streaming. De repente el mundo offline estaba totalmente parado mientras que en el 2.0 la nueva normalidad continuaba. Los que ya trabajamos en el mundo online triplicamos nuestra facturación de la noche a la mañana y los que no, no les quedaba más remedio que renovarse o morir”.

Muchas de esas personas que lograron esos éxitos fueron mujeres madres que, una vez finalizado el confinamiento y viendo que esto les facilitaba la conciliación optaron por seguir en ese modelo de trabajo: “Gracias al teletrabajo”, explica Ana Jiménez, “hemos podido observar cómo el desarrollarse como mujer profesional no te impide el poder criar a tus hijos y verlos crecer”. “A lo largo de los años las mujeres han tenido que elegir entre sus carreras profesionales y el cuidado de los niños, lo que ha llevado a mujeres frustradas o tremendamente culpables, dependiendo de la elección realizada. Con el teletrabajo es totalmente compatible la vida profesional con la familiar. Esto es algo de lo que ya se están dando cuenta más y más mujeres que están viendo en el mundo de los negocios digitales una oportunidad fantástica para mejorar su estilo de vida ganando más y trabajando menos horas para así poder pasar más tiempo con su familia”, señala.

“Las mujeres solemos priorizar a nuestra familia, a nuestros hijos... antes que a nosotras mismas, sostiene la mentora, y obviamente invertir en nuestros negocios no deja de ser una inversión en nosotras mismas. El problema creo que está en la desinformación, ya que mucha gente piensa que los negocios online son gratis y mucha gente se lanza a la piscina sin saber. Los negocios sean o no digitales requieren de inversión en tiempo, dinero y/o energía y por este motivo más del 90% de los negocios online cierran en su primer año de vida. De ahí la importancia de rodearse de mentores que te acortan y facilitan el camino. Nuestro trabajo es llevarte por la vía rápida hacia los resultados”, explica.

Laia Arcones, es una de las mujeres que, gracias a Ana Jiménez y sus mentorías, descubrió una manera mucho más eficaz de compaginar maternidad y trabajo: “Dejé mi puesto estable en una gran empresa para empezar mi emprendimiento alineado con mi propósito de vida: ayudar a las mujeres a ser más visibles en el entorno profesional e impulsar que haya más mujeres directivas. En mi primer lanzamiento con mi programa digital, facturé más de 5 cifras en solo una semana y a partir de allí pude ver como mi negocio se ha consolidado y lo más importante, me permite vivir de mi pasión junto a mis hijos”. Para Gemma Panadés, coach, el confinamiento fue el despegue ya “en aquella difícil etapa fui consciente de que pasaría mucho tiempo antes de que pudiera volver a mis talleres y sesiones presenciales. Sin duda, había llegado el momento de reinventarme y de adaptarme por completo al mundo online”.

Cathaysa Melián, mentora de empresas familiares, vio también la luz en el emprendimiento online que, a pesar del esfuerzo inicial convence a muchas por dos motivos muy de peso: la facturación si se hace bien, si se da con la tecla y la posibilidad de conciliar trabajo e hijos al ser tu propia jefa: “Con tan solo 2 estrategias planteadas comencé a facturar bastante una visión panorámica de cómo tengo que llevar mi negocio a otro nivel, del físico al online”. Andrea Acha, experta y formadora en medios de comunicación cree que el hecho de ser madre fue su caso determinante para emprender: “Sabía que no podía llevar los horarios de mi anterior empresa si quería ser madre. Siempre he trabajado mucho y con horarios interminables, y no veía que fuera compatible con el tipo de maternidad que yo quería. Se dieron las circunstancias para emprender por mi cuenta y me quedé embarazada en mi primer año como emprendedora y me he digitalizado totalmente después de tener a la segunda”. Sin embargo, no contempla en el emprendimiento la panacea para compaginar maternidad y trabajo, ya que “al principio emprendes pensando que conseguirás la conciliación que tanto quieres, pero enseguida te das de bruces con la realidad que es tener tu propio negocio que implica muchísimas horas, y no es nada fácil conciliar. Incluso aunque cuentes con algo de ayuda en casa”.

María Andrade, madre de cuatro hijos entre 32 y 26 años, sin embargo, no cree que ser madre sea algo determinante para emprender: “Una persona puede ser emprendedora en cualquier circunstancia de la vida, seas soltera, casada, viuda, divorciada o sola”. Tampoco considera que sea el emprendimiento un buen camino para la conciliación: “Ni bueno ni malo, depende de la circunstancia y la capacidad de cada una. Yo como madre de 4 hijos siempre he intentado conciliar mi jornada laboral con el horario escolar de mis hijos. Está claro que las circunstancias no son las mismas para todo el mundo, aunque la mujer, hoy en día, está mucho más preparada para afrontar la vida que le ha tocado vivir. No sé si es un tema de cálculo, el que seamos más calculadoras, pero pienso que es evidente que la mayoría sabemos muy bien lo que queremos o no en esta vida. Todos mis hijos trabajan y las chicas además están casadas, aunque de momento sin hijos, sin embargo, las veo muy preparadas para conciliar el trabajo profesional con la maternidad, el día que decidan ser madres. Sus parejas afrontarán el mismo papel que ellas cuando les toque. No obstante, sin duda, el hecho del teletrabajo es una ventaja enorme para las familias de hoy en día”.

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