Guía práctica de primeros auxilios contra quemaduras, golpes de calor, picaduras y otras incidencias de los niños en verano
El mal llamado corte de digestión, el contacto con medusas o las heridas son algunos de los percances que se pueden dar en la época estival. Consejos para hacerles frente y para preparar el botiquín perfecto
Piscinas, playas, juegos en el parque y guerras de globos de agua, pasar unos días con los abuelos en el pueblo, campamentos de verano… Las vacaciones son el gran momento de ocio para los niños y es importante que estén preparados para disfrutarlo al máximo. Hidratarse y evitar la sobreexposición prolongada al sol y en las horas centrales del día, por ejemplo, son algunos de los consejos que comparten el doctor Manuel Viso, especialista en Hematología y jef...
Piscinas, playas, juegos en el parque y guerras de globos de agua, pasar unos días con los abuelos en el pueblo, campamentos de verano… Las vacaciones son el gran momento de ocio para los niños y es importante que estén preparados para disfrutarlo al máximo. Hidratarse y evitar la sobreexposición prolongada al sol y en las horas centrales del día, por ejemplo, son algunos de los consejos que comparten el doctor Manuel Viso, especialista en Hematología y jefe de Urgencias en el hospital San Rafael de A Coruña, y Lucía Camba, educadora infantil especializada en alimentación infantil y pedagogías activas. Ambos son los creadores de la comunidad de educación y salud para familias y profesionales del ámbito educativo y sanitario Malumecuida, premiados con el Premio Alas en tus Pies 2022 en la categoría de Bienestar Infantil, galardón que parte del movimiento a favor de la infancia de PEstudio-Periodismo Social.
El sinfín de actividades que se presentan durante el verano pueden traer consigo también muchas incidencias. Por eso, el también divulgador científico, galardonado, entre otros premios, con el Premio Nacional Excelencia Médica 2018 (premio anual que entrega El Suplemento para reconocer la trayectoria de distintos especialistas médicos), comparte sus consejos para hacer frente a algunos percances que se pueden dar durante la época estival, como los golpes de calor. En este sentido, Viso resalta que cuando eso ocurre hay que “trasladar al niño a un lugar fresco y ventilado y, si no se siente mareado, colocarlo semisentado, con la cabeza levantada”. Solo si está en estado de consciencia, también recomienda darle pequeños sorbos de agua “y llamar a emergencias si la situación se complica”.
Pero como este no es el único problema que puede surgir durante las vacaciones con niños, el doctor ofrece algunas pautas más para estar preparados ante las distintas situaciones que se pueden dar:
- Hidrocución o corte de digestión. Sucede al frente a un choque térmico, cuando se da un cambio brusco de temperatura de calor a frío, de más de cinco grados (al meterse en el agua, por ejemplo). En esos casos, el niño empieza a palidecer, a tener escalofríos, marearse, tener visión borrosa, dolor de estómago, pitidos en los oídos e incluso puede darse una lipotimia, un desmayo y, en el peor de los casos, una parada cardiorrespiratoria. Lo primero que hay que hacer es sacar al niño del agua, colocarlo en el suelo con las piernas estiradas y elevadas y taparlo si tiene escalofríos. A continuación, se ladea su cabeza, por si vomita, y se comprueba si hay pulso y movimiento en la caja torácica para comprobar si está en parada cardiorrespiratoria. De ser así, habría que realizar las maniobras de reanimación cardiopulmonar. Se alude al mal llamado corte de digestión porque, en ocasiones, si antes de meterse en agua fría el menor ha comido, se agrava el cuadro clínico por secuestro de sangre en el aparato digestivo ―por hacer la digestión― y menos sangre a nivel cerebral. Lo más aconsejable es introducirse en el agua de un modo progresivo y, en caso de haber comido, esperar de una a dos horas.
- Quemaduras solares. La quemadura puede ser de primer grado (un eritema) y a veces de segundo grado, con ampollas. Es importante aplicar cremas calmantes, disponibles en farmacias. Asimismo, el niño ha de beber abundante agua y darse baños de agua fresca (evitando el agua a presión) o aplicar hielo en la zona. Para el dolor puede tomar paracetamol (Apiretal) o ibuprofeno (Dalsy). En estas situaciones, debe usarse ropa cómoda y holgada y vigilar que no se produzca inflamación y aparezcan restos de supuración en las quemaduras.
- Ahogamientos. Son la principal causa de muerte accidental en niños y un alto porcentaje se produce en piscinas privadas, según datos del Informe Nacional de Ahogamientos (INA) elaborado por la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo. Al sacar al niño del agua, hay que observar los parámetros vitales (la consciencia, la respiración, el pulso…) y, si no respira ni tiene pulso, hacer una reanimación cardiopulmonar. Seguidamente, se quita la ropa al niño, sobre todo si el agua está fría, se le abriga y se le envuelve en prendas secas. Si tan solo está mareado, se le tumba en posición lateral de seguridad (esto es, un brazo y una pierna flexionados). En caso de encontrarse inconsciente, hay que llamar a emergencias, vigilándole en todo momento. “Para minimizar los riesgos de accidentes en las piscinas, conviene que estas estén perimetradas, para que no se pueda acceder cuando no está el socorrista”, advierte Manuel Viso. Por otro lado, “hay que señalizar con claridad la profundidad de la piscina, prohibir las zambullidas de cabeza y tener materiales de flotación a mano, que sirvan de salvamento en caso de que sea necesario”, como explicaba a EL PAÍS en 2022 Roberto Barcala, profesor de Socorrismo en la facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte de la Universidad de Vigo.
- Sangrado o hemorragia nasal. La nariz tiene una gran cantidad de vasos sanguíneos que pueden romperse por procesos irritativos o en ciertos resfriados. También mueve aire y puede producir la irritación de membranas que recubren el interior de las fosas nasales. Frente a este tipo de hemorragias, hay que colocar la cabeza del niño ligeramente hacia delante y comprimir la fosa nasal que sangra o a modo de pinza junto a la otra fosa nasal. De no cesar, se introduce una gasa doblada y se comprime. Si tampoco es suficiente, se puede poner otra más. Cuando la situación no revierte, ha de procederse al traslado del menor al hospital.
- Picaduras de insectos (mosquitos, avispas, arañas). Si hay una picadura de avispa, lo principal es intentar quitar el aguijón. No debe extraerse con una pinza, sino con una tarjeta de crédito o similares (DNI o cartón duro), la cual se va arrastrando sobre la piel de forma diagonal hasta llegar donde está el aguijón. Si la picadura es en brazos o piernas hay que quitar anillos, pulseras o brazaletes y aplicar compresas frías, pero no hielo. También conviene limpiar la zona con agua y jabón o con suero fisiológico o antiséptico, como la Cristalmina. No hay que rascar la zona porque el líquido-veneno puede penetrar más. Para el dolor se pueden tomar analgésicos y antihistamínicos en crema o vía oral, si existe rojez o picor, siempre con receta médica.
- Picaduras de medusas. En estos casos, hay que lavar la zona con agua de mar, nunca con agua dulce, y aplicar compresas frías. Si la picadura no presenta mejoría, se trasladaría al niño al hospital. Las medusas muertas y los restos de tentáculos también pueden picar e inyectar el líquido urticante.
- Heridas. Lo primero es limpiarlas con las manos limpias. Si se ha hecho sangre, hay que presionar la zona con una gasa y comprimirla con la mano. En caso de no lograr detener la hemorragia y de que esta se produzca en una pierna o un brazo, se eleva la extremidad. En las heridas en las que hay algo clavado nunca se extrae ni se hace un torniquete, salvo que haya una situación de riesgo de hipovolemia (es decir, una pérdida masiva de sangre donde se produzca un shock hipovolémico con posibilidad de muerte). Realizar un torniquete no es recomendable en otras circunstancias porque produce una obstrucción de la circulación de la sangre en la extremidad y se deduce una alta probabilidad de pérdida de la misma. Una vez que el sangrado está controlado, se realiza una cura con antiséptico y se tapa la herida. Si las horas siguientes se observa enrojecida, conviene ir al hospital.
El botiquín perfecto
Tanto en la playa como en la piscina, la educadora infantil Lucía Camba recuerda a los padres que deben estar constantemente pendientes de sus hijos cuando se estén dando un baño, aunque lleven puesto un sistema de flotación. Camba asegura que los únicos que ofrecen seguridad son los chalecos de flotación homologados: “Tienen flotadores en el interior que se pueden ir retirando según el niño vaya cogiendo más confianza y soltura en el agua. Presentan, además, un cierre de seguridad para colocar entre las piernas con el fin de que el chaleco no se salga por la cabeza en caso de tirarse al agua de manera vertical o cuando está flotando”.
Camba aconseja también sobre la importancia de tener un botiquín completo, "por lo que pueda pasar”. Por ejemplo, para las picaduras de mosquitos recomienda los repelentes, que son más efectivos que las pulseras y tienen líneas pediátricas. "Y para las de medusas, conviene tener a mano corticoides tópicos para aliviar el picor y antibióticos o pomada antibiótica por si se infecta”, explica. Además, recomienda llevar un termómetro, paracetamol e ibuprofeno, antihistamínicos, antiséptico (clorhexidina) para desinfectar las heridas y suero fisiológico en monodosis para limpiarlas o lavar nariz u ojos: “También conviene añadir guantes de látex estériles y pinzas de farmacia para sacar alguna astilla”.
Para caídas, rozaduras y golpes, según explica, lo ideal es tener a mano gasas, esparadrapo, tiritas o apósitos y tiras o puntos adhesivos para pequeños cortes o heridas que no necesiten sutura. "Si los niños son mayores de dos años, hay que llevar Biodramina para el mareo. Y, por supuesto, la medicación que, por cualquier dolencia o patología, estén tomando en ese momento", subraya.
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