El parto prematuro incrementa el riesgo de enfermedad cardíaca en las madres

Este dato es un hallazgo “con una gran implicación pronóstica” que obliga a los expertos en salud cardiovascular a tener “muy presente” la historia obstétrica de las mujeres, según un estudio

Una madre con su recién nacido.GETTY

Según un estudio publicado el pasado mes de julio en el Journal of the American College of Cardiology, las mujeres que dan a luz de forma prematura tienen casi 2,5 veces más probabilidades de sufrir una cardiopatía isquémica que las que paren a término durante los siguientes 10 años posteriores al parto. El riesgo, aunque en descenso, se perpetúa en el tiempo durante las siguientes décadas (1,86 en la segunda década, 1,52 en la tercera y 1,38 en la cuarta).

“El parto prematuro debería ser reconocido como un factor de riesgo...

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Según un estudio publicado el pasado mes de julio en el Journal of the American College of Cardiology, las mujeres que dan a luz de forma prematura tienen casi 2,5 veces más probabilidades de sufrir una cardiopatía isquémica que las que paren a término durante los siguientes 10 años posteriores al parto. El riesgo, aunque en descenso, se perpetúa en el tiempo durante las siguientes décadas (1,86 en la segunda década, 1,52 en la tercera y 1,38 en la cuarta).

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“El parto prematuro debería ser reconocido como un factor de riesgo de enfermedad cardíaca en las mujeres”, aseguraba en declaraciones a The New York Times el autor principal del estudio, el doctor Casey Crump, especialista en medicina familiar del Hospital Mount Sinai de Nueva York, con quien El País ha intentado contactar sin éxito. Su opinión la comparte la doctora Mila Pedreira, coordinadora del Grupo de Trabajo de Mujeres en Cardiología de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), para quien esta investigación “marca un antes y un después” al confirmar con datos “contundentes” y una muestra “enorme” los resultados de otras investigaciones previas, pero más pequeñas, que ya habían dejado entrever una manifiesta relación entre el riesgo de cardiopatía isquémica en mujeres y el parto prematuro.

No en vano, como explica la experta, ya era conocido que la vida obstétrica de las mujeres (parto prematuro, preeclampsia, diabetes gestacional…) es un factor de riesgo añadido en el desarrollo en enfermedades cardiovasculares. El propio Journal of the American College of Cardiology, en un artículo del 26 de mayo titulado Summary of Updated Recommendations for Primary Prevention of Cardiovascular Disease in Women, ya señalaba a los problemas en el embarazo entre los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en mujeres.

“Un hallazgo espectacular”

La doctora Pedreira considera que el hallazgo realizado por este estudio es “espectacular” por la consistencia de sus datos, basados la revisión de una cohorte sueca con más de dos millones de nacimientos únicos desde 1973 y un seguimiento medio de 22 años a las madres. “Los registros escandinavos son muy buenos porque llevan registros muy precisos, con muchos datos clínicos, lo que permite hacer análisis muy reales de la población general”, destaca la portavoz de la SEC.

A eso hay que añadir que los autores de la investigación dieron un paso más y realizaron un subanálisis con más de un millón de hermanas que dieron a luz en años diferentes para descartar que los resultados tuvieran que ver con factores genéticos o ambientales compartidos. Para Mila Pedreira este subanálisis es algo “totalmente novedoso” y refuerza los hallazgos del estudio. “Esto no quiere decir que no influyan otros factores como el tabaco, el colesterol o algún factor hereditario, cuya influencia es innegable, pero lo que se demuestra es que estos factores no alteran el hecho de que el parto prematuro sea un factor de riesgo para el desarrollo de cardiopatía isquémica”, concede.

¿Cuál es la base fisiopatológica que se esconde tras esta relación entre una situación obstétrica, como es el parto prematuro, y el desarrollo de una enfermedad coronaria a medio y largo plazo?, preguntamos a la doctora, que señala una hipótesis aceptada en el ámbito científico: “Entendemos que se produce durante el embarazo un estado inflamatorio que libera una serie de sustancias, las citoquinas. Éstas se asocian con un aumento de la actividad uterina que, en determinadas ocasiones, puede derivar en un parto prematuro. Éste, a su vez, dispararía la presencia en el organismo de estas sustancias inflamatorias que alteran el endotelio, la capa más interna de las arterias coronarias. Ese pequeño daño inicial del endotelio supondría el punto de partida de la ateroesclerosis”.

Una oportunidad de oro para la prevención

El estudio Pre-Term Delivery and Risk of Ischemic Heart Disease in Women deja otro dato revelador: el grado de prematuridad determina en gran medida el riesgo de desarrollo de cardiopatía isquémica en las madres. Es decir, a más prematuridad, mayor riesgo. Así, en el caso de las mujeres con parto extremadamente prematuro (22-27 semanas de gestación), el riesgo de sufrir una cardiopatía isquémica es cuatro veces mayor que entre las mujeres que paren a término. Ese riesgo va disminuyendo progresivamente conforme más avanzada está la gestación: riesgo 2,62 veces mayor para partos muy prematuros (28-33 semanas), 2,30 para los partos que tienen lugar entre las 34 y las 36 semanas de embarazo; y 1,47 para los nacimientos que ocurren entre las semanas 37 y 38.

Para la doctora Mila Pedreira estos datos son un hallazgo “con una gran implicación pronóstica” que obliga a los expertos en salud cardiovascular a tener “muy presente” la historia obstétrica de las mujeres y “a ser muy rigurosos en su control”. En ese sentido, considera que el hecho de que el parto prematuro se haya demostrado un marcador de riesgo futuro de enfermedad coronaria se debe ver “como una oportunidad de oro” que brinda la investigación para tomar las medidas necesarias para evitar la aparición de enfermedad coronaria mediante “la intervención precoz” en el estilo de vida de estas mujeres y el control “riguroso” de parámetros como la tensión y los niveles de azúcar y colesterol.

“Las mujeres que han tenido un parto prematuro no pueden modificar su pasado, pero en cuanto al seguimiento e intervención sí que tienen y tenemos una magnífica oportunidad de cambiar su futuro”, afirma Pedreira antes de concluir que, en base a la “contundencia” de los datos del análisis, el parto prematuro debería incluirse ya en los registros y las indicaciones de prevención de enfermedad cardiovascular en las mujeres.

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