88008, el Gordo más tardío de la historia de la Lotería de Navidad se reparte por toda España
El primer premio ha salido pasadas las 13.00. Jaén ha sido una de las ciudades donde más se ha vendido. En varias ocasiones el sorteo se ha interrumpido por una avería en el bombo de los números
Eran las 13.16 cuando por fin ha salido el Gordo de la Lotería. El 88008 es ya el primer premio más tardío de la historia de este sorteo y que se ha repartido por toda España. En el momento en que han cantado Yesica Paola Valencia Gómez y Francisco Moreno Durán, los asistentes al sorteo en el Teatro Real de Madrid se han l...
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Eran las 13.16 cuando por fin ha salido el Gordo de la Lotería. El 88008 es ya el primer premio más tardío de la historia de este sorteo y que se ha repartido por toda España. En el momento en que han cantado Yesica Paola Valencia Gómez y Francisco Moreno Durán, los asistentes al sorteo en el Teatro Real de Madrid se han levantado de la butaca: el Papa, el Capitán España, el perrito caliente, los zorros valencianos, la bruja, todo el mundo en pie al grito de “¡Pase de oro!”, una frase que se usa en el programa de televisión Got Talent cuando el público anima al jurado para que le den el visto bueno a un artista. Llevaban más de tres horas esperando, tras 16 días en la fila (que hicieron por relevos) para garantizarse un asiento en este teatro.
Jaén es una de las provincias donde más décimos del Gordo se han vendido, en total 82,4 millones de euros, de los que 80 millones los ha repartido la administración La Carrera de de la capital. Son en torno a 200 décimos que compró la Asociación Lola Torres, uno de los grupos folclóricos con más arraigo en Andalucía, creado en 1975. El número lo eligió la propia fundadora. “Tengo una hija china y allí el 8 es suerte y por eso lo elegí”, ha dicho emocionada Lola Torres. Mientras, los componentes del grupo juvenil de la asociación, Paula, Andrea y Antonio cantaban el himno de Jaén. “El dinero lo vamos a reinvertir en impulsar la asociación, que tenemos la sede que se nos cae”, ha explicado Desiré Amaro, presidenta de este colectivo cultural que cada año organiza el festival Folk del Mundo. A sus 81 años, Rufino Cevidanes no podía ocultar su emoción, le había tocado el primer premio y a gran parte de su familia. “A mi edad me ha tocado por primera vez la lotería, es increíble”, ha dicho este hombre, uno de los fundadores de la asociación.
“Ahora podemos decir que somos también la ciudad de los millones”, ha comentado un exultante Manuel Aceituno, el propietario de esta administración que cada día atraía a la clientela con la banda sonora del anuncio de la Lotería de este año.
En Madrid también hay un premiado que buscó el 8 por varias razones y, entre ellas, su vinculación con China. El T8 es un bar de té que abrieron varios socios chinos en junio de este año. Allí trabaja Guillermo, de 38 años, quien se ha enterado de que ha ganado el Gordo mientras arreglaba una puerta del local. “¡Hostia, me ha tocado!”, ha sido su primera reacción cuando se ha enterado de que ha ganado el premio que compartirá con una compañera de trabajo, que pagó la mitad de un billete comprado en una administración de Moncloa. “Pedimos el 26038, el 01768 y queríamos otro que tuviese más ochos, pero solo quedaba un décimo: el 88008″, ha relatado por teléfono.
Cuenta que siempre bromeaba con que si ganaba la lotería invertiría en la expansión de la compañía, que tiene su local cerca de la Gran Vía de Madrid. Ahora pasará de ser un empleado a un nuevo socio de este negocio de té. “También me quito de encima las 11 letras que me quedan del coche”, ha compartido por teléfono Guillermo, que pide figurar sin apellido. El afortunado, que empezó moviendo palets y ayudando a montar la tienda hace ocho meses, sostiene que no dejará su trabajo, donde admite haber encontrado una familia. “Yo era de café, pero ahora no cambiaría el té chino”.
Una empleada de la administración de la lotería del centro comercial Carrefour en Montequinto (Dos Hermanas, Sevilla) no ha podido contener la emoción cuando este diario le confirmó por teléfono que había dado el primer premio. “No sé lo que hemos vendido, ni a quién. Esto es muy fuerte, no me preguntes nada porque no acierto a responder”, ha afirmado emocionada. “¡Hemos dado el Gordo, tía!”, ha conseguido decirle a una de sus compañeras. “Hemos repartido dos millones, todos en ventanilla, y muchos a vecinos de las Tres Mil, que les va a venir muy bien”, ha explicado después.
Las Tres Mil Viviendas, en Sevilla, es la barriada más pobre de España. A poca distancia le sigue el Parque Amate, en este barrio el lotero David Blanco ha repartido casi cinco millones de euros entre el primer premio y dos quintos. Todos en ventanilla. “Esto le viene muy bien al barrio. Porque aunque cada vez se va asentando más económicamente, sigue siendo obrero y de personas mayores”, ha contado. Comprobar la cara de felicidad de sus vecinos es lo que más le llena de felicidad: “Por fin este año les ha tocado algo”.
Gema Silvana regenta Nur Opariak en el centro comercial Eroski de Zarautz (Gipuzkoa), donde se han vendido ocho décimos del perezoso Gordo de este año. “Me parece que los compró un cliente y creo que serán para repartirlos entre su familia”, ha aventurado. Entregó el 88008 al azar: “Todo lo que vendo es a través de la máquina, así que estoy super feliz. No sé qué decir”. Es el mayor reparto del primer premio en el País Vasco, que ha adjudicado un total de 7,2 millones en esta comunidad autónoma, una parte muy pequeña de los 181,3 millones que se habían jugado los vascos este 22 de diciembre.
Rodrigo Merino ha llegado a la administración 205 de Madrid, botella en mano, para festejar el premio que compartirá con cuatro amigos de Burgos. “Compramos la lotería juntos hace 18 años”, ha señalado el agraciado que incluye otro ganador en la lista: “Con Hacienda, somos cinco: 80.000 euros para cada uno”. El ganador no ha traído el billete de la suerte. “No sabía si venir o no. Estoy acojonado”, comenta siempre sonriente. Merino se enteró del golpe de suerte por uno de sus amigos de Burgos que lo llamaba con insistencia. “Estaba en una reunión y me he tenido que salir porque he pensado ‘acá está pasando algo”.
A pocos pasos de él, Rocío, cuya familia ha administrado el local por más de 30 años, celebra que haya caído en el barrio del Pilar de Madrid, que ha sido uno de los más beneficiados de esta Lotería Navideña con al menos 200 millones en premios. La administración 205, en la avenida de Lesmos 119, vendió 50 series (500 décimos) del 88008, el número más esperado de la jornada. “Lo he comprado por feo”, ironiza Merino que hace una mueca de asco, antes de bañar a curiosos y periodistas en champán.
En la fealdad del número ganador coincide Raúl, otro premiado con el Gordo que ha llegado a la avenida Monforte de Lesmos. Raúl recuerda haberle dicho a su hermana, con quien compartirá el premio: “Hermana entra a la lotería y compra el número más feo que veas”.
Dobletes y tripletes
Jon Urkiola no se lo puede creer. Durante toda la mañana de este viernes andaba loco festejando que en su establecimiento del centro comercial Artea de Leioa (Bizkaia) había vendido cuatro de los quintos premios, los más madrugadores. Lo que no esperaba es que la suerte iba a ir más allá. “También nos ha caído el Gordo, no se puede pedir más”, ha comentado exultante mientras recibía abrazos y felicitaciones.
La misma sensación ha tenido José Vicente después de que la suerte le haya sonreído hasta cuatro veces a su administración El Paraíso, en Jerez de la Frontera. Primero fue un quinto, luego otros dos y, al final, el Gordo, del que ha vendido una serie por ventanilla. El lotero no sabe a quién le ha tocado. “Aunque lo supiese, no se lo podría decir”, afirma para después señalar: “Quien compra es del vecindario”. El año pasado también vendieron el primer premio. “Habíamos incrementado nuestras ventas gracias a eso”, apunta el lotero. “Estamos en racha”, explica Vicente.
En el número 16 de la calle de Arenal, en Madrid, el champán se ha vuelto a descorchar. “Dos años seguidos dando el Gordo y, este año, además, dos quintos premios”, ha dicho Guillermo Madán (48 años), uno de los siete socios de El Elefante, una de las administraciones donde se ha vendido el billete más codiciado de este 22 de diciembre. “Llevamos seis años aquí y en los seis años hemos dado premios de Navidad”, ha asegurado. “Nos esperan varios días de fiesta”, augura Madán, quien ha comenzado a rociar con licor a los curiosos y trabajadores del punto de venta, ubicado en una de las vías más concurridas de la ciudad.
En La Sort de Alzira (Valencia) han repartido cuatro millones de euros del primer premio y dos billetes de un quinto, el 57421. Para su responsable, Soraya Escolà, es la mejor manera de celebrar este año sus bodas de plata: “Hacía 20 años que no dábamos un premio en Navidad y este año, dos”.
María del Mar Montoya es la titular de la administración de lotería del centro comercial Copo, de El Ejido (Almería) y ha vendido el segundo premio 58303. “Es de máquina, así que tampoco sabemos a quién le ha podido tocar”, ha explicado. En 2002, esta administración ya dio el Gordo de Navidad y también El Niño, además de un cuarto premio en años posteriores: “La verdad es que sí damos suerte”.
“¡No me lo creo, tengo dos décimos del segundo premio!”, ha dicho exultante Rafael Platero. Compró dos décimos del 58303 en la administración número 5 de la localidad madrileña de Fuenlabrada. “Con el dinero no planeo hacer nada especial, ¡pasar unas buenas Navidades, eso sí!”. Este vecino es uno de los 10 fuenlabreños que se hizo con este décimo. Josefa Rodríguez, dueña de esta administración desde hace 37 años, aún no es consciente. “Es la primera vez que repartimos un premio de la Lotería de Navidad”, cuenta alegre. Una de sus trabajadoras, Esperanza Madrid, dice que la llena de felicidad que haya caído un premio tan grande en un barrio humilde como este. “Nuestros clientes son siempre los mismos, ¡muy trabajadores y muy amables!”, apunta.
Los quintos madrugadores
Los quintos premios han sido los más madrugadores. Los expertos en Lotería han calculado, con más o menos certeza, que han ido saliendo con diferencia de 10 minutos para así romper el sopor inicial que trataban de gestionar de los asistentes al salón del Teatro Real. Uno de ellos, el 92023 ha caído en la administración ubicada en el número 13 de la calle Carboneros, en La Línea de la Concepción. “Hemos vendido 100 décimos, 10 series”, ha explicado emocionado el lotero al otro lado de un teléfono tan saturado de llamadas que se entrecortaba. Por ahora, en la administración desconocen a quién han repartido suerte, aunque sospechan que ha sido “a clientes de toda la vida que los han ido comprando por décimos” en una Administración que está a punto de cumplir los 100 años. Dunia Godino apenas puede contener las lágrimas. La trabajadora de la administración El piojo de la suerte, también en La Línea de la Concepción, ha vendido 15 series del quinto premio 01568. La mayoría de los décimos los repartió al cercano bar Los primos. “Hoy va a ser un día de locos en La Línea”, exclama la lotera.
José Miguel Delgado es el propietario de la administración de lotería de la calle Sierpes, en pleno centro de Sevilla, y también ha repartido un quinto premio con el número 01568. “Es un número bajito y no sé a quién se lo hemos vendido, probablemente a algún turista”, ha explicado y con cierta ironía ha dicho que, aunque le hace ilusión, no lo coge por sorpresa. “Nos sabe hasta a poco”, responde a carcajadas.
Abel Caballero tendrá, probablemente, otro eslogan para vender la Navidad de Vigo el año que viene. Tres quintos premios han caído junto al árbol de Navidad más alto de España, en la administración de lotería de la Porta do Sol de Vigo.
Un sorteo largo y con anécdotas
El sorteo se ha tenido que detener por unos instantes en dos ocasiones, ya cerca de las 13.00, para desesperación de los asistentes que ansiaban que saliera el Gordo, debido a una avería en el bombo de los números. El manubrio del mecanismo que acciona la salida de las bolas se ha soltado, por lo que ha tenido que intervenir un operario, destornillador en mano. Y los dos premios mayores, sin salir. Colocada de nuevo en su sitio la manivela, el sorteo ha continuado.
También al filo de la una de la tarde, una de las niñas de San Ildefonso, Kiara Román, ha personificado como nadie la larga espera, con cara de resignación y un resoplido al mirar la bola que fijaba que el premio que estaba repartiendo era un quinto premio, no el primero. Una de las imágenes de la jornada que ha compartido con tres de sus compañeros, que han visto cómo se les caían las bolas de las manos cuando salían del bombo y rodaban por el suelo del escenario del Teatro Real.