Freír patatas en McDonald’s, la insólita parada de Trump en el camino hacia la Casa Blanca

El expresidente acude a una hamburguesería para trolear a Kamala Harris, a la que acusa sin pruebas de inventarse que trabajó en la cadena cuando era estudiante

El candidato presidencial republicano y expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, friendo patatas en un McDonalds en Feasterville-Trevose (Pensilvania).Foto: Doug Mills (Reuters) | | Vídeo: EPV

Pocas cosas hay tan estadounidenses como un McDonald’s. La cadena de hamburguesas de los arcos dorados tiene unos 42.000 restaurantes por todo el mundo, de los que unos 13.500 están en Estados Unidos, según su último informe anual. El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, puso este domingo a McDonald’s en el centro de su batalla contra Kamala Harris. La demócrata asegura que trabajó en uno de ellos un verano cuando era estudiante. Trump dice que es mentira, basándose en que nadie lo ha demostrado. Este domingo, se plantó en un restaurante de la cadena en Pensilvania para freír patatas y trolear a la demócrata.

Desde luego, Trump no acudió como un trabajador normal de McDonald’s. Llegó en una caravana de una veintena de vehículos incluidos motoristas, coches de policía y del servicio secreto y ambulancias. Una multitud le esperaba en el exterior del restaurante en Feasterville-Trevose, una zona residencial a las afueras de Filadelfia. “Ahora mismo voy a por un trabajo en McDonald’s. Realmente he querido hacer esto toda mi vida”, dijo a los periodistas.

Donald Trump, en el McDonald's con unas patatas fritas.Doug Mills (via REUTERS)

Dentro del restaurante, Trump, se quitó la chaqueta, se puso un delantal negro y amarillo sobre su inmaculada camisa blanca y su corbata roja, y enseguida se burló de Harris por decir que el trabajo allí era “muy duro”. Un empleado le explicó el funcionamiento de la freidora, bastante básico y le hizo una demostración. Fox News conectó en directo. Luego, fue el turno de Trump, que se saltó el paso que le acababan de explicar de poner a escurrir las patatas fritas tras sacarlas del aceite, pero a cambio, sacudió la cesta metálica. Después metió unas raciones de patatas fritas en una bolsa ―derramó algo de sal y se lanzó un poco sobre el hombro como conjuro: “soy muy supersticioso”― y salió a entregárselas a un cliente que las había pedido desde el coche con su familia. “Voy a daros unas cosas extra. Esto va por cuenta de Trump. Lo he hecho yo mismo”, les dijo.

Luego, añadió: “Me gusta este trabajo. Puede que vuelva y lo haga de nuevo”. Desde la ventanilla de entrega, contestó luego algunas preguntas. Cuando le preguntaron si cree que se debe subir el salario mínimo, se salió por la tangente: “Yo creo esto. Esta gente trabaja duro. Son geniales Y yo solo he visto, un proceso que es hermoso”.

Desde primera hora, ya había atacado a su rival. “Lo hemos comprobado con McDonald’s, y dicen, definitivamente, que no hay constancia de que la mentirosa Kamala Harris haya trabajado nunca allí. En otras palabras, ella nunca trabajó allí, y ha mentido sobre este ‘trabajo’ durante años”, escribió este domingo en su red social, Truth.

La campaña de Harris ha preferido desdeñar hasta ahora esas acusaciones. Sí que ha criticado a Trump por su numerito. “Hoy, Donald Trump mostró exactamente lo que veríamos en un segundo mandato de Trump: explotar a la gente trabajadora para su propio beneficio personal. Trump no entiende lo que es trabajar para ganarse la vida, no importa cuántos montajes fotográficos haga, y todo su plan para el segundo mandato es darse a sí mismo, a sus amigos ricos y a las grandes corporaciones otro recorte masivo de impuestos”, ha indicado en un comunicado Joseph Costello, portavoz de la campaña.

Trump, entregando su pedido a un cliente.Brian Snyder (REUTERS)

Kamala Harris, que este domingo ha cumplido 60 años, asegura que trabajó un verano en McDonald’s atendiendo la caja, la freidora y la máquina de los helados en el condado de Alameda (California), en 1983, cuando estudiaba en la Universidad de Howard, en Washington. Es algo que miles y miles de estudiantes han hecho durante décadas en todo el país. La demócrata presenta esa experiencia como prueba de sus orígenes de clase media, en contraste con su multimillonario rival, heredero de un imperio inmobiliario.

En su autobiografía, Nuestra verdad, Harris afirma: “Mientras estuve en Howard, además de estudiar, tuve muchos trabajos”. Cita unas prácticas en la Comisión Federal de Comercio, tareas de investigación en los Archivos Nacionales, un trabajo de guía en la Oficina de Grabado e Impresión y una beca de formación con el senador Alan Cranston, de California, en el verano de su segundo año de universidad, pero no su paso por McDonald’s.

En 2019, cuando era candidata demócrata a las primarias presidenciales, Harris se sumó a un piquete de trabajadores en huelga de la cadena y señaló que había trabajado en un McDonald’s. Lo ha repetido numerosas veces y en la convención demócrata de Chicago de agosto hubo varias referencias al respecto, incluida una broma de Bill Clinton: “Estoy feliz de que cuando ella llegue a la Casa Blanca romperá mi récord como el presidente que ha pasado más tiempo en McDonald’s”.

En septiembre, en una entrevista en la MSNBC, la demócrata dijo: “Parte de la razón por la que incluso hablo de haber trabajado en McDonald’s es porque hay gente que trabaja en McDonald’s en nuestro país que está intentando sacar adelante a una familia —yo trabajé allí cuando era estudiante, era una cría—, que trabaja allí intentando sacar adelante a familias y pagar el alquiler con eso. Y creo que parte de la diferencia entre mi oponente y yo incluye nuestra perspectiva sobre las necesidades del pueblo estadounidense y cuál es entonces nuestra responsabilidad para satisfacer esas necesidades”.

Los bulos de Trump

No hay razones para dudar de ese relato, más allá de que el tiempo transcurrido haga difícil verificarlo. Trump, sin embargo, es especialista en cuestionar la biografía de sus rivales mediante bulos, como el de que Barack Obama no había nacido en Estados Unidos. Y aprovechando que no se han encontrado pruebas fehacientes de ese trabajo de verano de Harris, desde muy pronto se lanzó a cuestionarlo. “Es una mentirosa. No trabajó en McDonald’s. Dijo que trabajaba en McDonald’s, ¿verdad? Trabajó en McDonald’s. Y trabajaba muy duro. Solo hay un problema. Ella no trabajó en McDonald’s. Es una mentirosa”, dijo ya en septiembre en un mitin en Arizona.

Otra imagen de Trump en el interior del McDonald's.Doug Mills (Reuters)

En los últimos días, ha ido preparando el terreno para su visita a McDonald’s de este domingo. El viernes, en un mitin en Detroit volvió a decir que Harris “mintió sobre trabajar en McDonald’s”. “Eso no es gran cosa, pero puedo ser honesto con ustedes, es terrible”, añadió. Y este sábado, en Latrobe (Pensilvania), a las afueras de Pittsburgh, anunció: “Voy a McDonald’s a freír patatas. Creo que lo haré mañana, y creo que será en un lugar de Pensilvania”. En ese mismo mitin llamó a su rival “vicepresidenta de mierda” y se deslizó en la vulgaridad hablando dl tamaño del pene del golfista Arnold Palmer, cuyo nombre lleva el aeropuerto donde intervenía: “Arnold Palmer era todo un hombre, y lo digo con el debido respeto a las mujeres. Este es un tipo que era todo un hombre. Cuando se duchaba con otros profesionales, salían de allí. Decían: ‘Dios mío. Eso es increíble”. Y siguió hasta 12 minutos hablando de Palmer: “Tenía que decirlo. Tenemos mujeres muy sofisticadas aquí, pero solían ver a Arnold como un hombre”.

Con respecto a su visita de este domingo, el asesor principal de la campaña de Trump, Jason Miller, dijo a los periodistas el sábado que Trump haría la parada “para que un candidato en estas elecciones realmente haya trabajado en McDonald’s”. “Como Kamala Harris no lo ha hecho, el presidente Trump al final de mañana habrá trabajado en McDonald’s. Habrá hecho más patatas fritas que Kamala Harris nunca. Creo que eso demuestra que conecta con los estadounidenses trabajadores”, dijo Miller, según recoge Associated Press.

“Cuando Trump se siente desesperado, lo único que sabe hacer es mentir”, dijo el domingo el portavoz de la campaña de Harris, Ian Sams, según recoge dicha agencia. “No puede entender lo que es tener un trabajo de verano porque a él le pusieron millones en bandeja de plata, solo para malgastarlos”, añadió.

El sermón de Kamala Harris

En el día de su cumpleaños, la vicepresidenta Kamala Harris se dirigió este domingo a los feligreses de la iglesia New Birth Missionary Baptist Church de Stonecrest (Georgia, uno de los Estados decisivos) para hablarles de la importancia de poner la fe en acción y de levantarse unos a otros en lugar de golpear a los demás, así como del poder que tienen los estadounidenses para determinar el futuro de nuestro país a través de su voto. El discurso forma parte de la iniciativa de la campaña de Harris-Walz "Las almas a las urnas", que anima a los votantes negros a poner su fe en acción en las urnas.

En su intervención Harris habló sobre las lecciones de la Parábola del Buen Samaritano, el "deber" de "acudir en ayuda de otro en momentos de necesidad", y compartió una historia de su época como joven pasante en la oficina del fiscal del distrito sobre una madre que fue detenida injustamente, y cómo Harris y "suplicó" para asegurarse de que pudiera ser liberada para volver a casa con sus hijos. "Nunca olvidaré ese momento", dijo.

Harris subrayó el poder de las voces y los votos de la gente en una democracia para marcar la diferencia. "Nuestro país se encuentra en una encrucijada", dijo. "Lo que hagamos a partir de ahora depende de nosotros", añadió. Recordó a los asistentes a la iglesia que el pueblo estadounidense decidirá "en qué tipo de país" vive, si en uno de "caos, miedo y odio, o en un país de libertad, compasión y justicia".

La vicepresidenta, en referencia a Donald Trump, denunció a los líderes que ahondan las divisiones, en lugar de levantar a los demás. "Es nuestra fe la que nos guía hacia adelante" en "momentos de dificultad e incertidumbre". Señaló que, en este momento, hay líderes que "intentan ahondar la división, propagar el odio, sembrar el miedo y provocar el caos". "La mejor expresión de nuestra fuerza", continuó, es cómo "nos tendemos la mano unos a otros con amabilidad y con amor".

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