El marido de Kamala Harris, Doug Emhoff, la define como una “guerrera alegre” en la convención

El segundo caballero de Estados Unidos asegura que tanto él como su mujer están comprometidos en la lucha contra el antisemitismo

El segundo caballero de Estados Unidos, Doug Emhoff, durante su discurso en la convención demócrata.CAROLINE BREHMAN (EFE)

“Alegría y dureza”, una “guerrera alegre”. Así es como definió a Kamala Harris este martes en la convención demócrata de Chicago su marido, Doug Emhoff, que puede convertirse en primer caballero, un título protocolario inédito, si la candidata demócrata gana las elecciones del próximo 5 de noviembre. Emhoff cumplió con la tradición de que el cónyuge de la persona nominada a la presidencia defienda las virtudes de su pareja, algo que declinó hacer en la convención de Milwaukee la mujer de Donald Trump, Melania. El marido de Kamala Harris es, eso sí, el primer hombre que asume ese papel y bromeó varias veces en su discurso. “Mi madre es la única personas del mundo que piensa que la afortunada por casarse conmigo fue Kamala”, dijo.

“Kamala es una guerrera alegre. Está haciendo por su país lo que siempre ha hecho por la gente a la que quiere. Su pasión nos beneficiará a todos cuando sea nuestra presidenta. Esto es lo que pasa con los guerreros alegres: siguen siendo guerreros. Y Kamala es tan dura como parece”, dijo Emhoff, de 59 años, la misma edad que Harris.

Emhoff, abogado, está casado con la vicepresidenta en segundas nupcias. Se divorció en 2009 de su primera esposa, Kerstin, con quien se había casado 17 años antes y con quien tiene dos hijos ya adultos. Fue presentado en la convención a través de un vídeo por su hijo Cole, hijastro de la vicepresidenta, al igual que su hermana Ella. Ambos la llaman Momala, un juego de palabras entre mamá y Kamala. “Puede que no nos parezcamos a otras familias en la Casa Blanca, pero estamos dispuestos a representar a todas las familias de Estados Unidos”, dijo Cole.

El ahora segundo caballero —ese es su título actual, pues se entiende que el primero es el presidente— recordó cómo conoció a Kamala a través de una cita a ciegas y lo rápido que se enamoró de ella, así como el embarazoso e “incoherente” primer mensaje que le dejó en el contestador, a las 8.30 de la mañana para quedar con ella por primera vez. Riéndose de sí mismo, aseguró que ella le obliga a escucharlo cada aniversario. De cumplir la tradición tendrá que escucharlo el jueves, día en que Harris pronunciará su discurso de aceptación y décimo aniversario del matrimonio, como también subrayó Emhoff.

“Te quiero y estoy muy orgulloso de cómo estás dando un paso al frente por todos nosotros. Así es ella. Siempre que se la necesita, sea como sea, Kamala está a la altura de las circunstancias. Lo hizo por mí y por nuestra familia”, dijo Emhoff. “Ahora que el país la necesita, está demostrando lo que ya sabemos: que está preparada para liderar, que aporta tanto alegría como dureza a esta tarea, y que será una gran presidenta de la que todos estaremos orgullosos”, añadió sin abandonar nunca la sonrisa, que le define tanto como a su mujer sus carcajadas. “Me encanta esa risa”, dijo Emhoff.

“Estados Unidos: en estas elecciones, tienes que decidir a quién confiar el futuro de tu familia. Confié a Kamala el futuro de nuestra familia. Fue la mejor decisión que he tomado”, aseguró Emhoff a los reunidos en el United Center de Chicago. Entre ellos no estaba su mujer, que se encontraba en Milwaukee, unos 150 kilómetros al norte. La vicepresidenta de Estados Unidos había acudido a la principal ciudad de Wisconsin, uno de los Estados en disputa en las elecciones del próximo 5 de noviembre, para dar un mitin. El escenario elegido, en una especie de exorcismo, fue el Fiserv Forum, el mismo lugar donde la convención republicana coronó hace un mes a Donald Trump como candidato y líder absoluto del Partido Republicano.

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Una votación simulada

La vicepresidenta siguió desde allí por televisión el tramo final de la segunda jornada de la convención, incluido el discurso de su marido. Antes, tuvo una mínima intervención para agradecer su nominación tras el simulacro de votación representado por las delegaciones de los diferentes Estados y territorios en la convención de Chicago: “Doy las gracias a todos, allí y aquí, por creer en lo que podemos hacer juntos. Nos sentimos muy honrados de ser sus candidatos. Esta es una campaña de poder popular, y juntos, abriremos un nuevo camino, un futuro de libertad, oportunidad de optimismo y fe. Así que a todos en Chicago y en todo Estados Unidos, gracias”. Esas palabras se retransmitieron en el United Center, en una exhibición de cómo el entusiasmo que ha despertado su candidatura la permite llenar dos pabellones a la vez.

Harris ya fue designada oficialmente candidata demócrata hace dos semanas en una conferencia virtual para cumplir con los plazos de inscripción en las papeletas de Ohio. De ese modo, la muestra de apoyo de este martes de los diferentes Estados era una escenificación política, llena de entusiasmo, música y energía. Una ceremonia convertida en celebración que ha concedido a Harris el voto de más de 4.500 delegados, incluidos los de Puerto Rico, cuyo representante se ha dirigido a la convención en español.

El marido de Kamala Harris se ha puesto como objetivo captar el voto judío para su mujer. Con cada vez más frecuencia habla de su identidad judía. La lucha contra el antisemitismo sería una de sus prioridades en caso de ocupar el ala Este de la Casa Blanca a partir del 20 de enero del año próximo, la fecha de toma de posesión de los presidentes. La guerra de Gaza ha provocado divisiones en el Partido Demócrata que Trump ha tratado de explotar. Aunque los árabes americanos, los jóvenes y muchos progresistas reprochan el decidido apoyo de Joe Biden a Israel, los republicanos aprovechan cualquier titubeo en ese apoyo y los desencuentros entre Washington y el Gobierno de Benjamin Netanyahu para tratar de erosionar el apoyo de los influyentes donantes y votantes judíos.

En su intervención, aprovechó para recordar que estudió en un colegio hebreo y aseguró que Kamala le ha ayudado a conectar más profundamente con su fe, pese a que ella no sea judía. Acude con él a la sinagoga y celebra las fiestas. Ambos están comprometidos en la lucha contra el antisemitismo, añadió el que puede ser en unos meses el primer primer caballero.

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